KIGEN - Organo oficial de la Jitsuyou Touidi Kenkyukai Nr 2 - sep. 2023

EN BÚSQUEDA DE LA GÉNESIS DEL KARATE ORIGINAL

No pensamos, no imaginamos, ¡sabemos!

Geometría vs. Realidad

La forma sin forma

¿Funcionan los ejercicios de endurecimiento tradicionales?

Hoplología: la ciencia del combate humano

Romper la inercia

El enemigo del Karateka

Patrones endémicos del Karate moderno

¿Qué perjudica al artista marcial?

No

Por José Navarro Parra

Un poco de ciencia

Por Iván Ramos López

Por Daniel Alvarado

El enemigo del Karateka Por José Navarro Parra

Por Jorge Garibaldi

Cuando comenzamos a estudiar sobre la posibilidad de sacar a la luz una revista que materializa nuestros pensamientos y experiencias, en este apasionante mundo del Karate. Creímos que la mejor forma era establecer un diálogo directo con el lector. Conversar con ellos a través de la escritura. De forma natural, como lo hacemos con nuestros alumnos en clase. Sin pretensiones ideológicas, sino por el puro placer de comunicar y enseñar. Y por extensión, también de aprender. Como se hacen los diálogos reflexivos que

No pensamos, no imaginamos, ¡sabemos!

intentan sumar y no ganar el relato, aún a costa de invertir la realidad.

Una vez madura la idea, decidimos seguir dicha línea editorial. La revista Kigen no estará enfocada en ofrecer información. Queremos ir más allá. Queremos aportar conocimiento. Cada sensei que escribe aportará sus experiencias. Esto es lo que nos enriquece, el flujo constante de escritos que intentan dar a los lectores todo aquello que parte de la práctica personal y sus resultados.

No pensamos, no

imaginamos, ¡sabemos!. El saber como la fuente principal de conexión entre el emisor (el que escribe) y el receptor (el que lee). Al igual que en la práctica del Karate aplicado. Ninguno de los dos actores son pasivos. El Uke necesita de la técnica y la intención del Tori. Y el atacante necesita tener a alguien frente a él, para que sus técnicas sean realistas. Como un juego infinito de intercambios de conocimientos y saberes.

Somos conscientes que para conseguir este logro debemos de expresar de forma clara todo lo que escribimos. Sabemos que los que nos leen, son un grupo variado de practicantes, al menos así queremos pensarlo. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad que la transmisión sea fundamentada.

Se trata, en la medida que podamos, de trasladar el conocimiento que se obtiene

José Navarro Parra

en la práctica presencial de un Dojo, a las hojas de papel, o en su defecto, a la pantalla de un ordenador. El formato es lo de menos. Lo importante es el contenido. La tarea no es fácil, nada en Karate lo es. Pero con la actitud correcta y el esfuerzo en la dirección adecuada, todo o siendo realistas, casi todo se consigue.

Como solemos afirmar: “Cada día en nuestra práctica debe ser mejor que el anterior”. Con ese espíritu sale cada mes Kigen (génesis). Como el comienzo de algo nuevo. Donde la única constante que se dé, sea mejorar. Al igual que un Kata se repite, no para reproducir una y otras vez los errores, sino para corregirlos.

José Navarro.

Geometría vs. Realidad

Mario Bordón

Acualquier Karateka de hoy podría surgirle, y con mucho sentido, una duda relacionada con el aspecto del kata o la forma de karate y su equivalente chino. ¿Por qué en el kung fu chino sureño se observan unos movimientos tan fluidos e incluso caóticos (refiriéndonos a los estilos influyentes en el karate

de Okinawa) mientras que en el karate se aprecian movimientos mucho más rectos y esquemáticos con pausas y cambios de ritmo?

Hay varios factores que influyen en esto pero una buena parte se explica con la geometrización de la técnica. Mientras que en otros deportes de contacto se estudian técnicas acogidas a

un reglamento y con el propósito de enfrentarse a un semejante, en karate se estudian técnicas para desenvolverse en situaciones caóticas y callejeras, en las cuales nos podemos ver envueltos cuando nos atacan en un terreno sin normas ni árbitros. Por tanto, el entrenamiento técnico es algo demasiado complejo si no tenemos un compañero que nos ayude como agresor. Y que nos ayude a sentir el estrés de la agresión. Es por esto por lo que los antiguos maestros, con la idea de facilitar el entrenamiento, la memorización y el aprendizaje, esquematizan los movimientos y las técnicas ayudándose de formas geométricas. De este modo, el practicante recordaba con mayor facilidad lo que le habían enseñado. Así, de alguna manera, el kata se convierte en una idealización del movimiento, el cual no era real pero sí aplicable, en sus múltiples adaptaciones dependiendo de los movimientos del adversario, a la realidad. Del mismo modo, un pintor que pretende retratar un paisaje montañoso comienza sus cuadros empleando figuras geométricas. Las montañas las simboliza con triángulos, los ríos con

rayas paralelas, los troncos de árboles con cilindros y las rocas con círculos. Posteriormente, y en función de lo que el paisaje muestra, comienza a dar detalles y convierte esos triángulos en imperfectas cadenas montañosas. Las paralelas se ondulan y adquieren la forma del río y los círculos se retuercen hasta adquirir la forma exacta de las rocas que aparecen en el suelo. El karateka entrena el kata Shitei («oficial») con formas geométricas para luego adaptarlo a su adversario real. Será entonces, cuando en nuestra mente imaginemos un adversario real, cuando empecemos a hacer el kata libre (Jiyu no kata) o también conocida como «la forma sin forma». Ahí tendremos que dejar fluir el cuerpo para que todos los rígidos movimientos del kata comiencen a adoptar una natural fluidez.

Dentro de esta geometrización, a lo largo de los años y sobretodo cuando el karate se japoniza, se introducen

aspectos puramente de entrenamiento físico, como las posiciones largas y profundas, los grandes saltos y las patadas por encima de la altura de la cabeza.

Pero centrémonos en su principal propósito, el de entrenar y recordar técnicas de combate.

¿Qué técnicas de combate estamos recordando al realizar un kata? ¿Cuál es la información que nos está transmitiendo?

¿Cómo debemos entrenar entonces para adquirir las habilidades de combate correspondientes?

La información que esconden la gran mayoría de las técnicas de los kata, a lo largo de la evolución del karate, se

ha ido perdiendo. Hay que tener en cuenta que históricamente se enseñaba karate y sus secretos de forma oral y muchas veces, si el maestro no encontraba un discípulo «adecuado» no se le transmitía el conocimiento. Si a esto le sumamos el caos que supuso la Segunda Guerra Mundial y la llegada de americanos a costas okinawenses, podemos concluir que es casi imposible descifrar los katas con su propósito original. Sin embargo, debemos tener clara una cosa. Tal como decía Itosu, nuestro oponente es un «villano o rufián».

NO ES UN KARATEKA ni un artista marcial. Es cierto que históricamente el karateka sí se enfrentaba a este tipo de oponentes y sí entrenaba para ello. No obstante, no lo hacían todos y los que lo hacían lo entrenaban fuera del kata.

KATA NO ES PARA ESO.

Sabiendo esto, podemos descartar automáticamente las interpretaciones técnicas de los kata que responden a ataques de un karateka. Nadie en la calle nos atacaría de puño directo en avance («oi tzuki»). Y si lo hiciera, la defensa alta («age uke») no sería la opción más recomendable tal y como es ejecutada en el kata. De hecho, este tipo de representaciones en las interpretaciones de los kata surgen como forma de entrenamiento para niños y gimnasticas, para que estos pudieran aprender con mayor facilidad los movimientos del kata. Parece bastante complicado descifrar los secretos técnicos de los kata, salvo si nos fijamos con detalle en aquellos escritos que nos han dejado diversos maestros En primer lugar, el kata afronta la situación de un

combate no consensuado. Esto quiere decir que una de las dos partes, el practicante de karate, no quiere un enfrentamiento y parte de esta posición física y mental. Es por ello por lo que normalmente se estudian defensas a ataques habituales de la violencia callejera. Estos ataques deben ser sorpresivos y algo alocados, puesto que el maleante que nos agrede lo hace desde una situación de descontrol y rabia.

Hay que tener también en cuenta que en el momento en el que nos colocamos en guardia clásica para intercambiar golpes ya hemos consensuado el enfrentamiento. Hemos manifestado la voluntad de luchar y, en ese caso, kata (en su propósito originario) sería mas útil nuestra experiencia haciendo “sparring”.

UN PODCAST DE KARATEKAS

Incursionamos en temas de interés para el karateka serio. Hablamos con maestros y personalidades del karate de habla hispana en Europa y América Latina.

www.podcast-dojo.com

¿Funcionan los ejercicios de endurecimiento tradicionales?

En artes marciales tradicionales como el karate, el kung fu o el muay boran es común realizar entrenamientos que consisten en golpear repetidamente objetos duros, con el fin de “endurecer” las diferentes zonas de golpeo que tenemos en el cuerpo. En el karate tradicional tenemos una herramienta de entrenamiento muy común, el makiwara, una tabla de madera rodeada por una cuerda de esparto o cáñamo, la cual golpeamos con todas las partes de la mano, intentando fortalecer la mano y corregir la postura a la hora de ejecutar las

técnicas. El tema a tratar en este artículo será la efectividad (o falta de ésta) que tienen estos ejercicios que tantas veces hemos realizado.

Utilizaremos de ejemplo las manos, ya que son el arma principal de un karateka. En primer lugar, hay que decir que no está demostrado científicamente que los huesos se fortalezcan a base de impactos, más bien al contrario; cuando éstos no están preparados pueden fisurarse, contraer enfermedades como la artrosis…etc

En segundo lugar, lo que va a darles a nuestros huesos una buena resistencia no

son los callos que tengamos encima de los nudillos, sino nuestra densidad ósea. Aumentaremos la densidad ósea sobre todo cuando realicemos ejercicios que en los que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos, es decir, principalmente trabajando con cargas elevadas, pero eso lo trataremos más adelante. Durante décadas se han realizado entrenamientos basados en golpear objetos sólidos con los nudillos, con la creencia de que ésta es la zona fundamental que debemos fortalecer, pero esto no es así. Existe una lesión llamada “fractura del boxeador”, que como su nombre indica es común entre boxeadores. Ésta lesión consiste en el quiebre del quinto hueso metacarpiano. Como norma general, ésta lesión se produce cuando

Iván Ramos López

se golpea con fuerza un objeto sólido. El cuello del hueso metacarpiano es el punto más débil, por eso la fractura tiende a producirse allí.

Si bien pueden darse las lesiones en los nudillos, las que ocurren en otras zonas de la mano son mucho más comunes, por lo que es aquí donde deberíamos centrar nuestro esfuerzo.

Si de verdad queremos fortalecer nuestra mano, debemos realizar ejercicios de fuerza como pesos muertos, diferentes tipos de remos, dominadas, flexiones sobre los nudillos o las yemas de los dedos…etc

Un ejemplo claro son las personas que realizan trabajos físicos, como los mineros, trabajadores

de la construcción, agricultores, etc… que sin haber realizado en su vida ejercicios de endurecimiento tradicional poseen unas manos fuertes y grandes. Si estas personas dan un puñetazo, probablemente tengan menos posibilidades de romperse la mano que un karateka que por mucho que golpee al makiwara, no tenga una densidad ósea tan elevada.

Con todo esto no quiero decir que no se pueda hacer nunca entrenamientos tradicionales de “endurecimiento”, pues tienen beneficios como desarrollar la tolerancia al dolor, generar en la mano, tibia etc… la costumbre de golpear, o incluso mejorar la postura corporal como en el caso del makiwara. A mí personalmente me gusta hacer éste tipo de entrenamientos, pero los hago en su justa medida, sin golpear a toda potencia, y nunca con la idea de que entrenando de esa manera voy a endurecer los huesos de mi mano, porque para eso ya hago entrenamientos de fuerza en el gimnasio.

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Noticias

Hoplología: la ciencia del combate humano

Daniel Alvarado

Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en este artículo, en el que exploraremos una disciplina científica poco conocida pero muy relevante para el estudio y la práctica del combate humano.

La hoplología es la ciencia que estudia el comportamiento y el rendimiento de los seres humanos en un entorno combativo, tanto armado como desarmado. La palabra hoplología deriva de los términos griegos hoplos (un animal mítico acorazado) y hoplon, el escudo utilizado por los guerreros de la antigua Grecia. Se cree que fue acuñada en el siglo XIX por Sir Richard Burton, aunque otras fuentes listan usos del término mucho antes, fue Burton el primero en estudiarla.

Fue originalmente definida

por Burton como la ciencia “de las armas y técnicas de ataque y defensa, humanas y bestiales”.

Posteriormente a mediados del Siglo XX, Donn F. Draeger Sensei, un artista marcial y escritor estadounidense, mundialmente famoso por su experiencia en las artes marciales de Japón, la definió como “el estudio de las bases, pautas, relaciones y significancias del comportamiento combativo en todos los niveles de la complejidad social”. Es considerado el principal pionero y difusor de las artes marciales en Occidente, y figura como fundador de la disciplina conocida como hoplología.

Donn F. Draeger Draeger sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos desde 1943 hasta 1956, participando en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea.

Durante su servicio militar, aprendió judo, kendo, iaido y jodo, entre otras artes marciales japonesas. En 1956, se trasladó a Japón para dedicarse al estudio e investigación de las artes marciales clásicas (koryu bujutsu) y modernas (gendai budo). Allí obtuvo altos rangos y licencias en varias escuelas tradicionales, como Tenshin Shōden Katori Shintō-ryū, Shindō Musō-ryū Jōdō y Kyokushin Budokai.

Fue Draeger quien profundizó en el estudio de la hoplología, dándole relevancia científica, fundando la International Hoplology Society (IHS), una organización dedicada al estudio y difusión de la hoplología.

La hoplología engloba el segmento de la cultura humana dedicado a las armas, armaduras, técnicas de combate y sistemas de lucha, tanto en sus características técnicas como en la manera en que éstas interactúan con los planos económicos, políticos, sociales y religiosos de las sociedades humanas. Sus principales ramas de investigación son tres:

¿Qué es la hoplología? ¿Qué relación tiene con el karate funcional? ¿Qué beneficios puede aportar a los practicantes de artes marciales?

• Hoplología tecnológica: estudia el desarrollo de las armas, armaduras y demás herramientas bélicas en relación con los contextos históricos y geográficos.

• Hoplología funcional: se dedica al estudio de la estructura, desarrollo y organización de la aplicación de las armas y la lucha.

• Hoplología conductual: aglutina los factores psicológicos y fisiológicos que afectan al rendimiento del ser humano en combate y al desarrollo de la cultura de la lucha.

La hoplología tiene una gran relevancia para la defensa personal, ya que ofrece un marco teórico y práctico para comprender y mejorar el arte de combatir. Algunos de los aspectos que la hoplología puede aportar a los practicantes de artes marciales son:

• Un conocimiento profundo de la historia, evolución y diversidad de las armas y las técnicas de combate en diferentes culturas y épocas.

• Una visión global e integradora de los factores que influyen en el combate humano, desde los aspectos físicos hasta los psicológicos, pasando por los sociales, culturales y éticos.

• Una metodología científica para analizar, comparar y evaluar los sistemas de lucha

existentes o crear nuevos sistemas adaptados a las necesidades y circunstancias actuales.

• Una actitud crítica y reflexiva sobre el papel del combate en la sociedad humana, sus beneficios y sus riesgos, así como sus implicaciones morales y legales.

La hoplología sigue siendo una ciencia joven y en desarrollo, que ofrece una perspectiva única y profunda sobre el fenómeno del combate humano, para nosotros, buscadores del “toudi”,

es fundamental tener en cuenta esta ciencia tan poco conocida, no olvidemos karate se originó como un sistema de defensa personal.

Romper la Inercia

Uno de los enemigos ocultos para el Karateka y que se arraiga fuertemente en nosotros, impidiéndonos evolucionar, es la Inercia.

Romper con ella, conlleva una gran dificultad. Veamos porqué: Como es conocida, la primera ley de Newton, habla de la Inercia y explica:

“La ley de la inercia o primera ley postula que un cuerpo permanecerá en reposo o en movimiento recto con una velocidad constante, a menos que se aplique una fuerza externa. Dicho de otro modo, no es posible que un cuerpo cambie su estado inicial (sea de reposo o movimiento) a menos que intervengan una o varias fuerzas.”

Esta ley puede ser también aplicada al campo de la psicología y nos dan muchas respuestas en cuanto a actitudes que toman muchos practicantes de Karate de no cambiar nada, a pesar de que racionalmente sienten esa

necesidad. O al menos, tengan conciencia de ello. A este estado se le llama Sesgo del Status Quo. El sesgo del status quo describe nuestra preferencia por no hacer algo diferente de lo que ya hacemos. Preferimos que las cosas sigan como están. Los sesgos cognitivos nos ayudan a ahorrar recursos mentales en nuestra toma de decisiones, pero esto no significa que tomemos decisiones basadas en un buen razonamiento. Es decir, ese ahorro nos acomoda y nos hace solamente movernos en el plano mental que conocemos. Se produce una inercia a nivel mental que incapacita y quita la posibilidad del cambio. No se trata solo de no tener las herramientas metodológicas adecuadas, sino de tener la energía necesaria que haga romper

ese estado. Se entiende, que se ha gastado tanto esfuerzo en conseguir determinadas habilidades que la maquinaria, por decirlo de alguna manera, se para, se conforma. Y a más tiempo hayamos permanecido bajo la influencia de la inercia, más difícil es crear un impulso suficiente que nos mueva.

El problema para el practicante de Karate está, en que es muy difícil aplicar metodologías para este fin, más bien al contrario. Normalmente perpetuan el sesgo cognitivo del que hemos hablado antes. Para poder trabajar desde la conciencia y la variabilidad, es necesario un conocimiento profundo del sistema. Por profundo se entiende, que no es conocerse todas las Katas

José Navarro Parra

y aplicar algunos recursos externos e internos, sino saber lo que funciona y lo que no.

Admitir las debilidades y a través de la práctica, paliarlas. No es sólo repetir y repetir, punto por punto, cada elemento del sistema. Si bien es cierto que trabajar durante años en una linea nos da cierta habilidad y coherencia, sin duda ese es uno de los objetivos, no es menos cierto que para ello, tenemos que crear una inercia o hábito. Pero el problema surge cuando no se gestiona bien esa energía inercial. Está se acaba convirtiendo en algo negativo.

Veamos: La tercera ley de Newton dice:

“Para cada acción hay una reacción igual y en el sentido opuesto”. Eso quiere decir que, siempre que un objeto realice una acción como mover, empujar u oprimir

otro objeto, este último reacciona devolviendo la misma fuerza. Volvamos a la psicología. También ocurre esto en nuestros actos, no es sólo una ley física, sino Universal. Nos aparece entonces un problema y es que se necesita mucha conciencia para amortiguar ese efecto de reacción, es decir, para darnos cuenta de si hemos entrado en un estado inercial. Para cualquier karateka normal que no busca, y le basta con adquirir ciertas habilidades. O para aquellos otros que se conforman en rebatir con argumentos más o menos lógicos, estas leyes pasan de puntillas por su práctica. Perdiéndose trenes que te llevan por un camino Mas

más claro y consciente. Un camino de llenura. Un camino de habilidad mental que te capacita para el entendimiento y la comprensión.

Pero a modo de disculpa. Que difícil es romper el sesgo y la inercia. Cuantas fuerzas adversas hay que lo impiden. Pero que retos tan apasionantes nos permite ahondar el Karate!.

Patrones endémicos del Karate moderno

Los patrones reactivos, percusivos y de kihon sin relación con la realidad, son los que mas confusión crean sobre la aplicación de la kata.

En el Karate moderno tenemos algunos patrones de pensamiento que invariablemente condicionan nuestra comprensión del Kata y su posible Bunkai. En este artículo voy a tratar tres.

Elegí estos tres, por ser estos los más persistentes y especialmente por ser los más nefastos y perjudiciales para la capacidad marcial del Karateka.

El patrón reactivo

Si tuviera que elegir un único elemento que haya sido perjudicial para la capacidad defensiva del Karate, sería el famoso Karate Ni Sente Nashi.

Este famoso precepto hecho famoso por Funakoshi Gichin sensei, ha condicionado el pensamiento de generaciones de karatekas y ha determinado la forma de comprender el Karate, sus Katas y sus posibles

aplicaciones. Por culpa de este precepto, hasta el más funcional de los karatekas funcionales se encuentra a veces a sí mismo entrenando secuencias técnicas, donde parte de una agresión del oponente. El karateka procede entonces a utilizar una técnica del Kata, preferiblemente un bloqueo, para defenderse del ataque. Este concepto es erróneo y hasta peligroso. Veamos porqué.

Este patrón de pensamiento requiere del karateka un proceso para el cual ningún ser humano está capacitado:

- Identificación del tipo de ataque, velocidad y objetivo del ataque.

- Elección de una técnica defensiva apropiada al ataque del oponente.

- Lanzar mi propia técnica de defensa.

Todo esto en el lapso de tiempo que le lleva al ataque

del oponente en alcanzar su objetivo. Es decir que en el tiempo que tarda el ataque del oponente en recorrer los 50 a 100 cm que lo separan de mí, yo tengo que identificar el ataque, seleccionar una técnica defensiva apropiada y usar esa técnica. Esto es incorrecto e inaplicable debido a varios factores.

1. El tiempo que lleva, identificar el tipo de ataque y elegir una defensa apropiada, es más extenso que el tiempo que tarda el ataque del adversario en hacer impacto sobre mí.

2. Como si esto fuera poco, las técnicas “defensivas” del karate, los mal llamados Uke, acostumbran tener dos momentos: La primera de carga y la segunda de descarga. Es decir que estamos intentando aplicar una técnica de dos momentos contra una de un momento.

3. Incluso si todo el proceso reactivo de identificación, elección y empleo descrito con anterioridad fuera viable, igual parte de un paradigma falso: El atacante no ataca

Por Jorge Garibaldi

una segunda vez, pero yo sí tengo tiempo para lanzar un contragolpe.

El patrón percusivo

Karate moderno reduce su arsenal técnico y táctico a los atemi.

Esto condiciona lo que vemos al analizar los katas. Traducimos todos los movimientos, todos los gestos técnicos y todas las acciones a golpes. Incluso aquellas técnicas que llamamos de defensa se ejecutan con explosividad. Los katas están llenos de un sinfín de técnicas que no son percusivas, que no son golpes o patadas. Los katas están llenos de luxaciones, proyecciones, estrangulamientos de aire y sangre, manipulaciones de estructura, derribos, absorciones, evasiones, invasiones, etc.

Pero lo único que ve el karateka moderno son tsuki, keri y uke.

¿Cuál es la razón de esto?

Las razones son históricas y metodológicas.

Este es un tema que hemos tratado extensamente en Podcast Dojo y que te invito a explorar.

El patrón del kihon desconectado de la realidad

En el Karate moderno parece que decidimos de forma arbitraria, que un atacante jamás intentará agarrarnos, empujarnos tironearnos, volcarnos, mordernos, arañarnos, etc.

En el Karate moderno solo contemplamos la posibilidad de un ataque percusivo. La inmensa mayoría de las interpretaciones que les damos a las técnicas defensivas de los katas es contra ataques de golpe, en su mayoría rectilíneos. Esto nos condiciona sobremanera a la hora de interpretar la información codificada en los Katas. El gran problema es que, con esta interpretación, no se

pueden lograr los resultados prácticos que le atribuimos a los viejos maestros. Si el Karate realmente es un método de autodefensa, debe por definición, preparar al karateka contra los tipos de ataque que ocurren en la realidad.

Si el Karate, no tiene metodologías de entrenamiento que traten los ataques y las situaciones tácticas normales a la agresión física humana, no puede y no debe hablar de la defensa personal, ni debe autodenominarse un arte marcial. Debe definirse como un pasatiempo compartimentado y separado de la realidad combativa del mundo afuera del Dojo.

A continuación, muestro a forma de ejemplo, la interpretación moderna de una secuencia del Kata Aragaki Niseishi, seguida de una interpretación funcional.

Ataque: Gyakuzuki chudan

Defensa: Osaeuke

Atacante en zenkutsudachi y gedan barai

Ataque: junzuki chudan. Defensa: Neodachi y osaeuke.

Contragolpe: Gyakuzuki

Como se puede observar esta visión del karate, se limita a ver al kata como una serie de defensas técnicas contra técnicas de kihon. Esto está separado de la realidad de la confrontación física y no

prepara al practicante para absolutamente nada. El karateka formado en esta metodología no tiene armas para defenderse, ya que está formado en un mundo técnico y táctico ilusorio, de fantasía.

Interpretación funcional de la misma secuencia inicial del Aragaki Niseishi:

Se parte de una situación táctica mucho más probable: Agarre por la solapa.

Fijación del agarre, para que el oponente no pueda soltar.

Golpe de gracia. y la nuca. Proyección.

Ataque a la carótida.

Del otro lado:

Se parte de una situación táctica mucho más probable: Agarre por la solapa.

Fijación del agarre, para que el oponente no pueda soltar.

Golpe de gracia.

Tatezuki a la garganta.

Proyección.

Ataque a la carótida y la nuca.