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La Vía de la Plata en la historiografía moderna, por Isaac Moreno

La Vía de la Plata en la historiografía moderna

Los argumentos publicados por Ramón Grande del Brío en la Opinión de Zamora, en defensa de la existencia del Camino de la Plata y de un supuesto Iter romano por Corrales del Vino (30/10/06) y reproducidos con entusiasmo por el Alcalde de Astorga, en el Diario de León (07/11/06), no hacen si no retrotraer el invento de ese trozo en concreto del Camino de la Plata hasta el siglo XIX, en lugar del siglo XX en que yo suponía inventado todo él.

Aún reconociendo el leve adelanto de fechas para ese punto, tengo que suponer también que cierto espíritu corporativista historiográfico, si no de intereses meramente turísticos, se mueve en estas notas porque, científicamente, no tienen sustento, ni son prueba de ningún Iter romano por donde se pretende.

Sería necesario relativizar estas noticias hasta su justo punto. Grande del Brío, como historiador, sabe mejor que nadie, o debería, que los diccionarios del siglo XIX se realizaban mediante informaciones procedentes de encuestas y formularios enviados y transmitidos gracias a la estructura eclesiástica del momento. Tal es el del Sr. Miñano y otros muchos que en España se confeccionaron en este siglo.

Cuando Miñano habla del camino de arrieros con expresiones como "siguiendo con poca desviación por la famosa ruta militar de los romanos, llamada Camino de la Plata" estamos claramente ante la nota erudita que el informador de los Corrales envió al editor, que normalmente era el párroco. La copia exacta de la expresión, por Madoz, que manejaba la documentación vigente en su momento y su nuevo aprovechamiento por Mellado años más tarde, no hacen si no probar que estamos ante una labor meramente historiográfica, mala, pero historiográfica, y no ante una prueba histórica ni toponímica.

Además, no serían muy buenas esas pruebas si quien más escribió sobre la Vía de la Plata y con mayores consecuencias, Roldán Hervás, no las utilizó para nada. No solo no las utilizó si no que "su vía de la Plata" no pasa por Corrales, ni tan siquiera por su término municipal.

Isaac Moreno Gallo

¿Tal vez cada historiador propondrá su propia vía de la plata sin que ninguno encuentre los restos materiales de ninguna vía romana?

Si el Sr. Grande quiere convencernos de que la toponimia alude a la Vía de la Plata en cualquier camino entre Salamanca y Zamora, y si quiere hasta Astorga, debería utilizar documentos más serios y contundentes como el Catastro de Ensenada. Allí aparecen documentados con rigor todos los topónimos del municipio a mediados del siglo XVIII. De esa forma nadie refutará sus tesis y reconoceremos su parcela de gloria correspondiente.

Pero es cierto que, antes del siglo XX, nadie se atrevió a llamar Camino de la Plata a toda la Cañada de la Vizana al norte de Salamanca y nada menos que hasta Astorga.

El Sr. Roldán tituló su famoso trabajo como "Iter ab Emerita Asturicam", con un nombre inventado que no figura en ningún documento clásico y menos en el Itinerario de Antonino y con el que nos quiere hacer comulgar el Sr. Grande mencionándolo así expresamente. Y lo subtituló como "el Camino de la Plata", porque le pareció bonito y punto.

Bien es cierto que en Extremadura y hasta Salamanca la vía romana se ha conocido como Camino de la Plata desde hace siglos. Así aparece citado en una carta de Cristóbal Colón a su hijo en 1502 y en 1510 Elio Antonio de Nebrija (en su Repetición sexta sobre las medidas, según la traducción de Jenaro Costas Rodríguez, en la edición facsímil de la Universidad de Salamanca, 1981) dice lo siguiente: "También pertenece a la misma Lusitania una vía famosísima, llamada vulgarmente ‘de la plata’. El pontífice Licinio fue el primero que la construyó, después la rehizo César Trajano y a continuación la restauraron Elio Pertinax y otros emperadores, como se deduce por los mojones, a los que separan mil pasos. Fue trazada desde Mérida, pasando por Cáceres, hasta Salamanca, donde comienza a desaparecer en la parte externa del puente y ya no se ve rastro alguno de aquella vía".

Debería haberse informado también el Sr. Grande

de que, en Astorga, se presentaron fotografías y pruebas de la vía romana que comunicaba Salamanca con el Duero, hasta el gran yacimiento de Villalazán. Carretera romana que no coincide para nada con la cañada de la Vizana, ni con la "Vía de la Plata del Sr. Roldan", ni con ningún camino de los tratados hasta hoy. También se mostraron muchas fotografías procedentes de prospecciones arqueológicas aéreas que muestran el mayor yacimiento romano de esa parte de la región, lo que fue la ciudad romana de Ocelo Duri, en el Alba de Villalazán, así como otros muchos vestigios más, de esta y otras vías romanas de Astorga.

Se expusieron los argumentos de por qué la Cañada de la Vizana no es vía romana de ningún tipo ni posee ningún valor histórico especial, llegándose a afirmar que, de mantenerse la promoción que hoy disfruta, estaremos ante una estafa cultural de grueso calibre.

Nuevas investigaciones y excavaciones, que se emprenderán en breve, certificarán aún más todo ello y esperemos que en aras de la verdad, aunque no perezca que vayan a afectar a la vergüenza de los historiadores que defienden un camino inventado sin pruebas y aún se empeñan en mantenerlo.

Respecto a la preocupación que muestran los municipios afectados, por la falta de valor histórico de la llamada hoy Vía de la Plata, entiendo que deberían pedir las explicaciones pertinentes a los autores que inventaron el camino o pedir pruebas de mayor peso de su existencia, supuesta romanidad y valor histórico.

Y no es que me parezcan nada excepcional este tipo de engaños, más bien al contrario. De hecho, al norte de Benavente hoy se promocionan ya dos Vías de la Plata, una por Villabrázaro y Maire y la otra por Torre del Valle y Pobladura, ambas sobre viejas cañadas y caminos reales y ninguna con derecho a llamarse así, ni a contar con crédito especial de valor histórico pero, eso sí, perfectamente señalizadas.

Y qué decir del Camino de Santiago, de las varias alternativas con que goza el Camino Francés y de los muchos que nacen cada día desde todos los sitios en dirección a Santiago, entre ellos, como no, la manida Vía de la Plata. Pero: ¿qué pueblo que se precie hoy en España no tiene un Camino de Santiago (y un puente romano)?. Desgraciadamente, es costumbre que la élite de la historiografía universitaria no se queje nunca de estas situaciones, mientras que no faltan historiadores de cabecera que avalan estas promociones turísticas, bien por ignorancia o por mera necesidad de buscarse la vida, que ambas son malas consejeras.

Supongo que la ciudadanía deberá tener al menos el derecho de protesta por ello.

Señalización de la Vía de la Plata en el Puerto de Béjar (Foto: Santiago Bayón)