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El equipo de gobierno analiza lo que ha dado de sí este primer año de pandemia

Redacción

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Hace un año nos preparábamos para dar comienzo a la desescalada, o lo que es lo mismo, el final del confinamiento domiciliario. Una de las épocas más duras que nos ha tocado vivir en los últimos años. Era entonces un alivio y lo que pensábamos que era la luz al final del túnel. Luego comprobamos que la nueva normalidad tenía más de nueva que de normal. Y para nada sospechábamos que tras aquella primera ola fuera a llegar una segunda, una tercera e incluso una cuarta. Hoy ya tenemos la vacuna, que, se supone, será el principio del fin. En esta nueva tesitura hemos querido volver la vista atrás acerca de lo que ha supuesto todo este tiempo. Para ello hemos recordado cómo se vivió la pandemia en su inicio, con ese primer positivo de la comarca, con las acciones que se han llevado a cabo posteriormente y con lo que ha deparado el COVID en los meses que preceden a esta artículo. Ha sido el Alcalde de El Pedroso quien junto a sus concejales nos han explicado cómo han vivido el año en que se instauró en nuestras vidas la pandemia de coronavirus.

El comienzo

Como en todo el país, el comienzo de esta pandemia fue incierto. Poco o nada se sospechaba del desbordante aterrizaje del corona-

virus cuando el día 6 se celebraba el carnaval en nuestra localidad. Por eso el propio Alcalde reconoce que fue todo muy nuevo y que en los primeros días el trabajo más importante fue el de coordinación. Además, al primer edil le pilló en cuarentena por el positivo de una persona cercana. El primer caso de la Sierra Morena sevillana. Alejo recuerda que aquellos primeros días el trabajo fue más terapia que otra cosa. Tenía muchas llamadas de teléfono, “por la mañana con los alcaldes para coordinarnos para ver lo que íbamos a hacer, también con Diputación, con los diputados para ir viendo cómo se iba a desarrollar. Y por las tardes era terapia de grupo. Todas las tardes llamando. Tenía un listado e iba señalando a quién iba a llamar, cuando no me llamaban a mí, muchas veces se adelantaban porque lo que necesitaban era hablar para desahogarse. En el tema de trabajo era coordinar las cosas del día a día. Hasta que empezamos ya con las videoconferencias y así organizamos el trabajo mejor. Por su parte, la concejal Zahida Pérez reconoce que aquel primer tiempo fue más incertidumbre que otra cosa, porque “te llega esto y nadie sabía por dónde tratarlo”. El pueblo paralizado completamente, para la actividad no esencial, luego la esencial también. “Aquí nos quedamos el tesorero, el de registro, un administrativo y yo, todos los demás estaban teletrabajando, menos Sergio y Miguel que estaban desinfectando. Los servicios mínimos había que seguirlos prestando. Fue una locura, parecía que te iba a caer el virus del cielo y nadie sabía cómo te contagiabas. Era todo miedo, vamos a fumigarlo todo. Desde arriba abajo, un caos”.

Asesoramiento y lucha por la economía

Otro aspecto importante de ese primer momento fue el de luchar contra la crisis económica que se avecinaba. Una crisis propiciada por la imposibilidad de trabajar como hasta entonces. La gente tenía que trabajar porque sus familiares estaban parados. La construcción debía seguir funcionando, tal y como reconoce Zahida, para que se dieran los máximos trabajos posibles para que por lo menos llevaran algo de sueldo a su casa. Después vino el boom de la informática y todo se paró porque todo era

telemáticamente. La gente no sabía echar el desempleo por ordenador, no sabían arreglar un erte y las gestorías estaban hasta arriba. Dejamos de hacer nuestras tareas para ponernos una oficina del Inem aquí. Le echamos el desempleo a medio pueblo, todo tipo de ayudas. Servicios sociales fue horrible. Lo peor fue el primer mes y medio. Tu tenías que aparcar todo tu trabajo para dedicarte a ayudar a la gente. Todo el mundo estaba perdido”. Por su parte, Juan Manuel Alejo asegura que con las reuniones de diputación lo que se intentaba era coordinar los ayuntamientos para que uno no hiciera algo que pueda perjudicar a otro, como piscinas, ayudas… Sin embargo, las normativas dejaban espacios de actuación a los pueblos y se produjeron diferencias. En El Pedroso para mayo se prepararon las primeras resoluciones para autónomos. “Empezamos a mediados de abril- explica Zahida- a tramitar y a primeros de mayo poder tener el dinero. Había gente sin poder realizar ingresos en el último mes y tampoco se sabía si el ministerio les iba a bonificar el autónomo. Se habilitó entonces una ayuda para que todos recibieran los mil euros de forma directa, en total la ayuda se compuso de 46000 euros. Tu preocupación era la gente que no ingresaba y se tenía que seguir pagando el autónomo”.

Las diferencias con otros pueblos

Esas diferencias a las que aludía el presidente de la Diputación se escenificó en El Pedroso con el mercadillo. Desde el equipo de gobierno aseguran que “quitamos el mercadillo porque era necesario porque si tu no podías salir del pueblo como iban a venir de Lora, si no hay controles de desinfección…. Te probabas una camisa y había que desinfectarla. Vimos normal de quitarlo. Los mercadillos nos querían denunciar.”

La Piscina

Por su parte, El Pedroso sí que fue uno de los pueblos en los que se abrió la piscina en verano. Un tema que tal y como reconoce la concejal Beatriz Lozano les dio más de un quebradero de cabeza, aunque el resultado final fuera de lo más positivo. Se abrió la piscina, asegura, “porque el protocolo covid lo cumplíamos. Al principio teníamos que leer mucha norma, las decisiones las hemos tomado así. Te dejaban las cosas a tu elección. Nos costó. La normativa cambiaba constantemente, te volvías loco por lo que se podía y lo que no se podía hacer. En la piscina teníamos mucha zona

de césped y muchas láminas de agua, zonas de entrada y salida…. Hubo mucha tarea y mucho estrés y creíamos que era posible controlarlo. Se puso personal laboral, controles de temperatura y acceso. El equipo de gobierno pringaba a tope en todo.”

Lo mejor de la pandemia

La pandemia ha sido un duro golpe para todos. Sin embargo, también dentro de los momentos duros hay situaciones que resultan de lo más gratificante. Dentro de estas, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de El Pedroso señala dos: el reparto de mascarillas infantiles y el día de reyes. La primera de ellas tuvo lugar cuando se anunció que los más pequeños podrían salir a dar paseos y que era recomendable que lo hicieran con mascarillas. Enseguida el consistorio se puso manos a la obra y fabricó de manera manual mascarillas para todos los niños. Unas mascarillas que se fueron repartiendo puerta por puerta. Junto a las mascarillas se entregaba una carta escrita por el alcalde y dirigida por los más pequeños. Esto les hizo tal ilusión que muchos de ellos quisieron hablar con el Alcalde. Juan Manuel Alejo explica que en una de esas llamadas uno de los niños le hizo una propuesta que fue la de instalar una fuente en el pueblo pero que en lugar de dar agua diera chocolate. Por su parte, la imposibilidad de sacar cabalgatas a la calle hizo que la noche de Reyes no fuera como la de años anteriores. Sin embargo, en El Pedroso se diseñó un recorrido a pie de Sus Majestades, que fueron puerta por puerta haciendo regalos personalizados a los más pequeños.

Primer caso y primeras acciones

Volviendo al comienzo de la pandemia, el equipo de gobierno recuerda cómo fue aquel primer caso de la comarca en su propio pueblo y las primeras acciones que se llevaron a cabo para combatir la pandemia. El primer edil reconoció que “cogí una depresión que no fue normal. Era la madre de un amigo. Todas las tardes a las siete o así echaba casi una hora hablando con ellos. Fue el primer caso y encima grave”. Asimismo, aseguran que en aquellos primeros días sentían miedo. “Miedo no pánico, salir a la calle el virus parecía que estaba en el aire. Nos sabíamos qué tocar, si ponernos guantes… es que no sabíamos a lo que nos enfrentábamos”. Con respecto a aquellas primeras acciones, la fumigación se convirtió en un fijo todos los días. Tal y como recuerda el Teniente de Alcalde, Sergio Vela, que junto al concejal Miguel Ángel López se dedicaron a esta tarea diariamente, “salían voluntarios para fumigar, pero tampoco sabíamos cómo estaba esto. Lo que no podíamos era mezclarnos porque no sabíamos el volumen de contagio.” Zahida añade que “tú escuchas que una persona se contagia y después escuchas que está bien, pero antes no sabías que te pasaba y creíamos que nos moríamos todos”.

La previsión, la gran arma

Uno de los grandes logros de esta pandemia en El Pedroso fue el de la previsión. Antes de que se declarase el Estado de Alarma, con lo que se estaba escuchando en los

medios, el Ayuntamiento de El Pedroso se aprovisionó de material. Ll amamos a matadero, secadero, todas las tiendas. Nos llevamos los guantes y los guardamos en nuestras propias casas, nunca nos han faltado los epis en El Pedroso. Se abastecieron de guantes de látex, de mascarillas y de todo cuanto les hizo falta. Incluso batas, patucos… nunca hubo problemas en este sentido, e incluso desde el Ayuntamiento se les facilitó epis a los médicos. Junto a ello se peleó desde un primer momento por los triajes, con la presencia de una unidad móvil y se construyó una nueva consulta.

Ayudas externas

Como hemos dicho, la clave para subsistir de manera adecuada a la pandemia en sus primeros momentos fue la de la prevención y la de los fondos propios que se pusieron para paliar de alguna manera los efectos negativos del covid en los autónomos. Por lo que respecta a las ayudas externas, estas fueron escasas en aquellos primeros momentos, basándose en algo de cloro, algunas mascarillas y poco más. Luego, más tarde, sí que llegaron otras ayudas que han venido a contribuir en ese primer desembolso, aunque lo hicieron ya en verano. Con respecto a las medidas y políticas que han tomado los gobiernos nacional y autonómicos, desde el Ayuntamiento no son especialmente críticos, pues consideran que han actuado como han podido. “Aquí lo que ha imperado es ser excesivo en algunas cosas porque primaba más la seguridad. Nosotros no lo veíamos seguro, como te daban potestad para muchas cosas decidimos cortar el mercadillo o los parques infantiles. La mayoría de las veces muchas cosas se quedaban en el aire pero siempre se iba a ser más exagerado de lo normal para no entrillarte los dedos. En lo que está dentro de tu mano hemos actuado con rapidez. Antes de que llegara la primera ola ya teníamos decidido el cierre de mercadillo, cierre de parque y de instalaciones deportivas”.

La educación

Donde sí que aprecian mayor descontrol es en el tema de la educación con los niños, que los padres se tuviesen que encargar de la educación. “Se tenía que haber dedicado más tiempo- señala el

Alcalde- a analizar esa situación a ver si se le podía dar cobertura a las tareas. Se ha creado un estado de tensión porque los padres no son educadores y ha habido problemas serios. No había más remedio que hacerlo pero se le tenía que haber dedicado un poco más de tiempo a pensar en la situación. Por parte del ayuntamiento le hemos imprimido apuntes, ofrecido ordenadores, nos mandaban las tareas y las repartíamos casa por casa, tareas especiales..” Iniciado el curso, el Ayuntamiento también ha estado cerca de los educadores. Sobre todo en la elaboración del protocolo y en las infraestructuras necesarias. Así, se ha incrementado la limpieza aumentando los gastos y las horas de trabajo, “y eso no repercute en que nos den más ingresos, eso va a costa de las espaldas del ayuntamiento. Hemos sido colaboradores porque hemos querido, para llevar a cabo el protocolo, controlando la entrada y salida, que no se agrupen los padres y se está llevando bien. El protocolo ya dentro es cuestión del cole”.

Un año después

Mirando hacia atrás en el tiempo, el equipo de gobierno reconoce que ahora las cosas son diferente, para empezar “se tratan los temas de manera diferente. Llevas ya un año de experiencia. Ya no te tiembla la mano a la hora de cerrar un parque por ejemplo. Antes tomabas medidas por miedo pero también tenías miedo a la repercusión de la gente. Ahora ya te sientes más segura a la hora de hacerlo. Antes íbamos corriendo a todos sitios, ahora las hablas más, las piensas. Cuando supimos lo de que desinfectar podía ser efectivo en menos de 24 horas tuvimos 300 garrafas de cloro aquí, que fuimos casi de madrugada. Ahora lo mides todo más y sabes a quién tienes que llamar…antes no te cogían el teléfono.”

La ansiada vacuna

Por último, vivimos ahora la época de vacunación. Una vacunación que ha ido lenta al principio pero que en las últimas semanas se ha incrementado con dos vacunaciones masivas en el Pabellón Polideportivo Municipal. Según cuentan, este, el de la vacuna, es el trabajo más bonito del año entero aparte de los reyes y las cartas a los pequeños. “¿Tú sabes lo que es la alegría de pinchazo, pinchazo, otro más, otro más… y la seguridad que te da para el pueblo?. Somos voluntarios en BTT, Rallys, pues a mi me gustaría estar 24 horas en esto, es lo más satisfactorio, ir a por las personas que no pueden ir andando. La cara de algunos, esa alegría… eso es como el día de los reyes de los niños, sobre todo de ochenta años hacia arriba”.

La llegada de la normalidad

Aunque la normalidad tal y como la conocemos tardará en llegar, el Alcalde de El Pedroso pronostica que a partir de septiembre vamos a hablar más relajados, en otro tono. “Normalidad normalidad hasta dentro de un par de años no habrá, pero a lo mejor podemos a hacer actos”. De hecho, aseguran, “hemos pedido todas las pruebas deportivas para octubre, y si se puede se harán y si no se pueden no se harán. Todo se puede hacer con control de aforo”.

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