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El Emblema
Desde tiempos muy remotos, en los servicios de sepelio, siempre se empatizó con el respeto como primer herramienta. Luego con el paso del tiempo y el cambio radical en los conceptos y creencias culturales, el sinónimo de respeto en la sociedad propiamente dicho fue cambiando. Hoy se podría decir que todo ese proceso de cambios y conversiones, ha llegado a un punto en el que se emblematizó la empatía hacía el deudo. Las características de cada región, se consolidan y acentúan algunas propensiones que como alternativa de cambio, se utilizan muy a menudo. La reverencia, el silencio, el acercamiento físico, la observación del entorno y otras acciones típicas de un velatorio, generaron una mezcla de sentimientos encontrados que cruza muchas veces lo ancestral para convertirse en contemporáneo. Es en base a esto último, es que el concepto de la juventud sobre como y de qué manera actuar en velatorios, ha cambiado radicalmente. Y no debe tomarse este cambio como una falta de respeto, o un acto de insensibilidad, muy por lo contrario, es un acto de reverencia al emblema de un velatorio, que un acto de rito mismo. A medida que el mundo y su comportamiento cambian, las conmemoraciones también lo hacen, desde los hogares y las escuelas, hasta ese momento en que despedimos a nuestros más querido seres cuando dejan de existir. Hoy el respeto y la generación, se conjugan en un EMBLEMA.
Alejandro Jiménez Aguirre Director funerario.
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