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educati O n • educaciÓn

From Montessori to the Zapatistas from the previous page desks, the children would be subject to their natural manifestations – this was her “essential reform” (Ibid)

Montessori and Freire’s fraternal pedagogies then diverged —with HEr methodology becoming formalized in the Western world.

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While Montessori’s early intervention with infants —followed by her children’s houses, elementary and kinder schools being adapted by Geoffrey Canada in Harlem3 , Freire appeared to be trapped in the Marxist dialectic. Yet, he broke free of the Marxist storm. He is more and more convinced that true revolutionaries must perceive the revolution, because of its creative and liberating nature, as an act of love. For me, the revolution, which is not possible without a theory of revolution – and therefore science – is not irreconcilable with love. On the contrary: the revolution is made by people to achieve their humanization (Freire, 1993).

We can possibly seek Freire’s educational pedagogy in the Zapatista community in Oventik, Chiapas, southern Mexico, far removed from the auspices of the secretaria Educacion Publica in Mexico City. Within Oventik is the Aguascalientes II school which is part of a Zapatista dialogue in which the campesinos, teachers, scientists, elders, Zapatista leaders and students are “co-authors” of a creative, living and grass-roots curriculum that is taught in the communities’ own languages as well as spanish. based on local traditions and culture, the curriculum recognizes the ecological needs of the land such as how to save seeds and conserve water sources and forests.4 the communities’ elders and adults who plant and harvest the corn have become the principal teachers and have replaced the government teachers in the autonomous schools5 ternas de Montessori y Freire luego divergieron —y la metodología de la primera fue la que se formalizó en el mundo occidental. s i bien la temprana intervención de Montessori en la primera infancia —seguida de sus ‘Casas de los Niños’, las escuelas preescolares y jardines infantiles— fueron adaptadas por Geoffrey Canada en Harlem3, Freire parecía estar atrapado en la dialéctica marxista. Sin embargo, se liberó de esta tormenta marxista. Él está cada vez más convencido de que los verdaderos revolucionarios deben percibir la revolución, por su carácter creador y liberador, como un acto de amor. Para mí, la revolución, que no es posible sin una teoría de la revolución –y por tanto de la ciencia–, no es irreconciliable con el amor. Al contrario: la revolución la hacen las personas para lograr su humanización.1

A seed bank is part of the Zapatista Education system which partners with the campesinos and schools. scientists who visit and teach seed saving techniques receive priority. Data collecting, research on seeds, soils and climate; recipes; stories and ceremonies and prayers are integrated into the curriculum.

Yet, as radical as the Aguascalientes II system appears, Article 3 of the Mexican Constitution states that educational services shall be directed to “preserve our economic independence... and enrich our culture” while Article 2 states that indigenous communities “living in a territory and integrating a social, economic, and cultural unit” shall “determine whom indigenous law will be applied to” and that “self-awareness about the indigenous identity shall be the most important criteria” in that determination.

Posiblemente podamos buscar la pedagogía educativa de Freire en la comunidad zapatista de Oventik, Chiapas, al sur de México, lejos de los auspicios de la Secretaría de

Notes

1.Freire Paulo, Pedagogy of the Oppressed. 1968 (1970 english ed.) continuum Books. new York

2.Montessori, 1964

3.see Joaquin, Feb 2021

4.davies, Jessica. “the assault on autonomous education in southeast Mexico” nov 16, 2011

5.Organic consumers association/asociación de consumidores Orgánicos, dec. 09 2002

Educación Pública de la Ciudad de México. Dentro de Oventik se encuentra la escuela Aguascalientes ii que es parte de un diálogo zapatista en el que los campesinos, maestros, científicos, ancianos, líderes zapatistas y estudiantes son “coautores” de un currículo creativo, vivo y de base que se imparte en las lenguas propias de las comunidades, así como en español. basado en las tradiciones y la cultura locales, el plan de estudios reconoce las necesidades ecológicas de la tierra, tales como cómo guardar semillas y conservar las fuentes de agua y los bosques.4 un banco de semillas es parte del sistema Educativo Zapatista y una colaboración entre campesinos y las escuelas. se da prioridad a los científicos que visitan y enseñan técnicas de conservación de semillas. recopilación de datos, investigación sobre semillas, suelos y clima; recetas; las historias, las ceremonias y las oraciones están integradas en el plan de estudios. Los ancianos de las comunidades y los adultos que siembran y cosechan el maíz se han convertido en los maestros principales y han reemplazado a los maestros gubernamentales en las escuelas autónomas5

Sin embargo, por más radical que parezca el sistema de Aguascalientes II, el artículo 3 de la Constitución mexicana establece que los servicios educativos estarán dirigidos a “preservar nuestra independencia económica... y enriquecer nuestra cultura”, mientras que el artículo 2 establece que las comunidades indígenas “que viven en un territorio y se integran en una unidad social, económica y cultural” deberá “determinar a quién se aplicará el derecho indígena” y que “la autoconciencia sobre la identidad indígena será el criterio más importante” en esa determinación.

OTRA R EvOLUCIóN... OTRO ZAPATA

Casi todo estadounidense semieducado conoce este apellido español en particular y lo que significó para la Revolución Mexicana de 1910-20.

Pero casi nadie sabe del “otro Zapata”. El de texas. Ése de otra revolución.

Gracias en parte al Dr. Roberto Mario Salmón, su investigación, y su excelente aporte al sitio virtual de la sociedad Histórica del Estado de Texas, muchos escritores —sedientos de hechos— ahora pueden informarse sobre este olvidado e interesante segmento de la historia de texas/EE.uu./México.

La investigación del Dr. Salmón revela que Antonio Zapata, nacido alrededor de 1800 en el norteño estado mexicano de Tamaulipas, pasaría su juventud como un simple pastor de ovejas. Zapata perfecciona esas habilidades de pastoreo a toda una ciencia, lo que eventualmente lo convierte en un acomodado ranchero. Más tarde también se convertiría en un destacado oficial de milicia durante las escaramuzas contra los indígenas, lo que le granjeó el apodo “Sombrero de Manteca” por los nativos comanches y lipanes —esto debido al tipo de peinado grasoso que eligió para alisarse el pelo.

Según el reportaje del Dr. Salmón, Zapata se unió a otros líderes del norte en la resistencia armada a la subversión centralista del general Antonio López de santa Anna respecto de la Constitución Mexicana de 1824. Zapata fue nombrado Coronel y se fue a luchar por la causa federalista, bajo el mando

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