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LA DIVERSIDAD: LA MIGRACIÓN COMO MOTOR DE INCLUSIÓN JUVENIL
La empatía y la solidaridad pueden trascender fronteras y unir a las comunidades en la lucha por la dignidad y los derechos de los migrantes. Por Gustavo Cano*
Red Juvenil Ignaciana En Arica
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En medio de la crisis humanitaria que afecta a muchísimos migrantes que abandonan el país por el camino fronterizo entre Chile y Perú, un grupo de jóvenes líderes se ha levantado como una verdadera esperanza para aquellos que se encuentran en una situación desesperada. Los jóvenes de la Red Juvenil Ignaciana (RJI) de Arica, junto con su capellán Marcelo Oñederra sj, abrieron las puertas de la Parroquia del Carmen con el fin de prestar un servicio a los migrantes, quienes, mientras esperaban una respuesta del gobierno, se vieron sin techo y en extrema vulnerabilidad. Conscientes de esta difícil situación, como Red Juvenil Ignaciana, establecieron redes de apoyo para ofrecer servicios vitales a los más necesitados, tales como alimentos, contención y un espacio para descansar. Estos jóvenes líderes representan la esperanza y la resiliencia de una generación comprometida con la justicia social y los derechos humanos. Su dedicación y sacrificio evocan los valores del Padre Hurtado, recordando que cada persona puede marcar la diferencia, sin importar su edad o posición. Son ejemplos vivos de cómo la empatía y la solidaridad pueden trascender fronteras y unir a las comunidades en la lucha por la dignidad y los derechos de los migrantes. Sin embargo, estos jóvenes líderes enfrentan numerosos desafíos en su labor. La escasez de recursos, el agotamiento emocional y la falta de apoyo institucional dificultan su trabajo. Es fundamental que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en general reconozcan su importante labor y les brinden el respaldo necesario. La colaboración y el trabajo conjunto son fundamentales para lograr soluciones duraderas y sostenibles en esta crisis humanitaria.