vida
Noviembre 2018 AÑO LV N°512
de la Iglesia Evangélica Valdense de Montevideo y Libertad En su sexagésimo sexto aniversario y Quincuagésimo año de la dedicación del Templo “Quien tenga sed, venga y beba gratuitamente del agua de la vida” (Apocalipsis 22,17)
Una iglesia más auténtica Sabemos, a través de los relatos de los historiadores, que Pedro Valdo rico comerciante de Lyon, ciudad francesa importante hasta la actualidad, vivió a principios del siglo XII y fue por algunos años anterior a Francisco de Asis. Traemos estos relatos desde la niñez. Ellos, tanto Valdo como Francisco sintieron un fuerte llamado a predicar hacia los humildes y a su vez a vivir también ellos mismos en la sencillez cristiana que nos manifiesta el propio Jesucristo en su vida terrenal. También luego de siglos más tarde en Alemania, un sacerdote llamado Martín Lutero, después de una fuerte crisis personal, sintió el llamado de la prédica hacia su pueblo confundido y temeroso ante el engaño, la amenaza de castigo y el chantaje de las indulgencias que la poderosa iglesia romana le imponía. Esa prédica, por la sencillez de las enseñanzas y el ejemplo de Jesús en quien Dios viene a salvar al mundo por su sola gracia, sin ningún tipo de requisito, ni mérito, fue la llamada de la Reforma del
siglo XVI. Lutero buscó, como sus antecesores, una iglesia cristiana más auténtica de acuerdo con la buena noticia del evangelio. La Reforma inició un proceso de cambio muy profundo, dando lugar a una nueva sociedad y a una iglesia distinta a la Católico Romana. Son muchos los historiadores que relatan este cambio. Hoy día y en el siglo XXI roguemos y trabajemos como aquellos hombres y mujeres, que por la fe en Cristo Jesús, lucharon por un mundo mejor. Sigamos los caminos señalados por la Reforma Protestante. Siempre en la búsqueda de un mundo más fraterno, más justo, no violento, amante de la paz, de la equidad y del amor. Con la esperanza en el Señor resucitado que transforma nuestras vidas por la fe en él.
Alfredo Servetti