vida
JULIO 2019 AÑO LVI N°519
de la Iglesia Evangélica Valdense de Montevideo y Libertad En su sexagésimo sexto aniversario y Quincuagésimo primer año de la dedicación del Templo
“Quien tenga sed, venga y beba gratuitamente del agua de la vida” (Apocalipsis 22,17)
Por el camino de la vida Leemos en Lucas 9,6162:
Entonces también otro dijo, te seguiré Señor, pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el Reino de Dios. Esta encrucijada se nos presenta en varias etapas de nuestra vida. Como hombres y mujeres mortales creemos que nuestras raíces están en nuestros familiares, padres, hermanos, hijos, nietos y demás componentes sanguíneos; es difícil entender este mensaje de Jesús, pero si nuestra fe es guiada por el amor a Dios a través de Cristo, debemos aceptar un camino en donde todos ellos son libres de elegir el suyo… Al comprender esto nuestra vida se dirige hacia quienes nos rodean todos los días, solicitando nuestra atención y nuestro compromiso. No es necesario grandes demostraciones, a veces solo estar, un abrazo, una palabra, una mirada, alcanza para lograr que el otro sienta que ahí estamos para él. Que no nos pase nunca que estando en compañía, nos sintamos más solos que en soledad. Por más que sintamos que no solucionamos nada, siempre hay algo que
podemos hacer o lograr. La vida con Cristo nos lleva a un compromiso sincero y permanente con el otro. Tengamos en cuenta siempre que no solo es dar, también es recibir, talvez nos cuesta más esto último, pues pensamos en grandes manifestaciones… No nos dejemos llevar por sociedades de consumo donde todo debe costar mucho dinero para que sea valorado. Una ramita de menta o cedrón, están dando la bienvenida, y solo nos llevó unos minutos colocarlos en el lugar preciso. Donde una persona agradezca o valore el hecho, ya nuestro acto es valorado como necesitamos para seguir. Nuestro movimiento fue sin esperar reconocimiento, pero ¡cómo nos motiva, que nuestro detalle sea reconocido! Seguir a Jesús nos plantea a cada momento de nuestra vida igual dilema: dejar nuestro deseo y seguir sus enseñanzas, que se nos hace difícil, es verdad, pero si fuera sencillo no sería premiado con la satisfacción de lo cumplido con el compromiso realizado.