SETIEMBRE 2019
¡Tú eres mi roca y mi castillo! Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Ponme a salvo, pues tú eres justo! ¡Guíame y protégeme; haz honor a tu nombre! ¡Sácame de la trampa que me han Dígnate escucharme; tendido, pues tú eres mi protector! ¡date prisa, líbrame ya! Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación!
En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad! (Salmo 31:1-5)