donde se vendía el pasaje al cielo a cambio de dinero (indulgencias) por citar algunos de los abusos que se cometían por parte de la corona que tenía todos los poderes. Como es de imaginar recibieron la prohibición de la libre prédica y su posterior persecución para su exterminio. Transcurrieron 7 siglos de persecuciones y asesinatos como la terrible matanza en abril de 1655 conocida como La Pascua del Piamonte, donde se le tiende una cruel trampa a nuestros valdenses y mueren miles en sus propias casas. Después de estos acontecimientos aún corre mucha sangre, hay confinamientos, exclusiones y desprecios. Hasta que finalmente en 1848 el rey de Saboya, Carlos Alberto, decreta el fin de las persecuciones y mediante el Edicto de Emancipación, otorga los derechos civiles y políticos a nuestro pueblo. Ahora podían ir a la escuela y universidad, y por ende, obtener grados académicos. Faltaba aún el reconocimiento al libre ejercicio de su Fe. Pasó un tiempo y el tener los derechos civiles los llevó a un rápido reconocimiento de la libertad de culto. Una anécdota recuerda el festejo en los valles valdenses. Dos jóvenes en un vehículo tirado por caballos recorrieron 50 kilómetros desde Torino a los Valles para llevar la noticia. Esa noche se sucedieron varias fogatas en la montaña en señal de festejo ¡Esta forma de celebrar se mantiene hasta nuestros días, cuando cada 17 de febrero se vuelven a ver estos FALÓ (fogatas), allá en los valles, en memoria de aquel día! ELISA BIDEGAIN Nombre y dirección
FEBRERO 2021
Deberes cristianos
ROMANOS 12 Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. 2 No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto. 3 Por el encargo que Dios en su bondad me ha dado, digo a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe. 4 Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros sirven para lo mismo, 5 así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo. 1