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No permitas que sean avergonzados los que en ti ponen su esperanza; más bien, que sean puestos en vergüenza los que sin razón se rebelan contra ti.

pues en ti he puesto mi esperanza! 22 ¡Salva, oh Dios, a Israel de todas sus angustias!

ORACIÓN INSPIRADA EN EL SALMO 25 - PARÁFRASIS

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A ti, nuestro Dios, elevamos nuestros corazones. En ti confiamos y a ti recurrimos porque te reconocemos como nuestro Sustentador en todo momento y circunstancia. Que las más graves dificultades que nos puedan sobrevenir no nos derroten. Que nuestra confianza encuentre eco en ti. No nos abandones a nuestras pocas fuerzas y confusión en medio de la adversidad. Muéstranos, oh Dios, tus caminos, y que podamos andar en ellos con rectitud y sabiduría. Que tu verdad y fidelidad se manifiesten en medio de nosotros, pues tú eres el Dios que tiene poder para salvarnos de nuestros pecados, miserias e injusticias, y también eres el Dios de la misericordia que se renueva día tras día. Acuérdate, oh Dios, de tus piedades y misericordia. No nos cobres nuestras deudas que nos vienen por los pecados del pasado. Por tu bondad, afírmanos en tu gracia que, cuando la recibimos en confianza, es transformadora, sanadora, liberadora. Tú eres bueno y justo; por eso tu Palabra viene con la promesa, la voluntad y la fuerza para cambiar la vida de toda persona pecadora, injusta, violenta. Y tu Palabra viene a las personas humildes, sencillas y confiadas en ti para rescatarlas de su angustia, soledad y frustración. Tus caminos para la vida son misericordia y fidelidad. No permitirás que nos hundamos en nuestros pecados, rencores, agresiones u olvidos de ti. Tu Palabra es vida y nos involucra en la vida y el camino de Jesús. Tu Palabra nos enseña tu justicia, la cual va unida a la solidaridad: justicia que ilumina lo que nosotros somos y lo que tú eres; y solidaridad que en Jesús se manifiesta en su máxima expresión . Tu Palabra es anunciadora de tu Reino: y tu Reino, el que Jesús proclamó y por el cual vivió y murió, es tu Palabra en acción, transformando a personas y comunidades, sembrando las semillas de una nueva sociedad. Tu Palabra es promesa de una nueva tierra, de una nueva humanidad, y somos alimentados por ella y por tu Palabra vivimos, esperamos y actuamos. Por tu Palabra existimos como Iglesia,

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