UNA MIRADA CRISTIANA A LA REALIDAD ACTUAL
AÑO VIII Nº 115 ENERO, 2019 Iglesias Evangélicas Valdenses de: COLONIA / COSMOPOLITA / ROSARIO / TARARIRAS / VALDENSE
De todas partes vienen
Es habitual que de la Asamblea Sinodal participen no sólo miembros de nuestra iglesia en el Río de la Plata sino de otras partes del mundo. Hasta ahora está confirmada la participación de la próxima en febrero, el moderador de la Tavola Valdese de Italia, Eugenio Bernardini y la Secretaria Ejecutiva de la Sociedad Valdense Americana de Estados Unidos, Carol Brechtel. La Palabra del Señor para cada día
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Los refranes de Dios
EL FUTURO ES MEMORIOSO Ya tenía casi cumplido el ritual. El 31 de diciembre es día de romper la agenda, tirar los almanaques, desparramar apuntes, recordatorios y tareas hechas y por hacer. Parece un ritual de limpieza simbólica y de liberación de un tiempo que empieza a pesar como una carga. La agenda y el almanaque nuevos ilusionan con trescientas sesenta y cinco oportunidades en blanco a la espera de nuestra decisión. Ya tenía casi cumplido el ritual pero algo me frenó. ¿Y si miro la agenda? ¿Y si me tomo un tiempito para leer lo que hice, lo que quise hacer, lo que debí y no tuve ganas, lo que no pude? Me puse en el ejercicio creo que por primera vez en la vida. Es como si de golpe alguien me hubiera avisado que no podía permitir que se fuera una buena parte de mi memoria sin utilizarla en provecho propio y ajeno. En un rapto de lucidez, de ésos tan escasos como necesarios, descubrí como si fuera una novedad, que no hay futuro sin memoria. No hay año nuevo ni vida nueva si el pasado es pisado. La tragedia de quien pierde la memoria no es que se queda sin pasado, es que no tiene futuro. La vida se transforma en un
presente circular e inconducente que repite una y otra vez lo mismo con la ilusoria sensación de que lo hace y lo dice por primera vez. Le pasa a las personas, a las comunidades, a las instituciones, a las iglesias, a los pueblos: nos pasa. El conocimiento es acumulativo porque tenemos memoria, la ética se construye sobre el cimiento de la memoria y se destruye cuando la borramos. Me quedé a mirar la agenda. ¡Cuántas auto promesas podría volver a escribir si no me acordara que ya no las cumplí! ¡Cuánto proyecto podría volver a formular si no me acordara que ya los hice y no funcionan! «La historia es una gran maestra de la que nunca aprendemos nada» decía un grafiti de paredón. Y no aprendemos porque la despreciamos por obsoleta, o la inventamos para complacernos, o la llenamos de nostalgia mentirosa, pero no la oímos. No repetí el ritual esta vez. Todavía no tiré la agenda. Hay algunos aciertos que recordar y muchos errores de los que aprender. Son tan míos como esa agenda y sólo de mí dependerá guardar memoria para no repetirlos vestidos de novedad. Por ahí me parece que puede asomar un camino nuevo.
El Sínodo en Entre carnaval Asamblea y cuaresma
Tragedia, el Entrenombre carnaval otro de cuaresma lay corrupción
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