PÁGINA VALDENSE Movimiento Juvenil Valdense | Año XX | Mayo 2019 | conexionesvaldense@gmail.com
Conexiones «Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía.» «En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua.» Jn 4: 6, 8. «Y la encontró el mensajero de Yavé junto a la fuente de las aguas del desierto, junto a la fuente en el camino del Sur.» Gn 16: 7. «Y dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde entraste y para dónde irás?» Y respondió:» Gn 16:8. «–¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?» Jn 4:9. «–Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Mesías?» Jn 4:29. ««Ciertamente, he visto aquí después que él me vio». Por eso llamó el pozo de: «Viviente que me ve»». Gn 16:13-14.
claves para enfrentarnos a un texto, esas cuestiones coyunturales, no las hemos entendido siempre igual. No son las mismas las preguntas que nos hacemos cuando tenemos diez años que cuando tenemos veinte y algunos. Tampoco son las mismas que le hacemos a La Biblia. Ni hablar que no son las mismas preguntas que los varones le hacen a los textos, que las que estamos eligiendo hacerles nosotras. Juan 4 y Génesis 16 nos fueron presentadas como historias distintas. Es que lo son. Es que no es nuestra intención, tampoco, encontrar una relación forzada entre dos relatos de tiempos distantes. Al menos no una cronológica, no una en sentido estrictamente histórico. No estamos hablando de esa historia. Estamos encontrando, con algunas ayuditas de lentes y con algunas ayuditas de esas hermanas con quienes leemos, una relación que tiene que ver con la memoria de las mujeres. Una historicidad que nos es previa, unos relatos que nos trascienden. Algo del común de las vivencias de mujeres, de nuestras madres y de nuestras abuelas, pero también de las madres y las abuelas de hace más de veinte siglos. El fragmento que citamos al inicio resulta de poner a conversar estos relatos. Con este texto, y a partir de la pregunta «¿podemos reconstruir nuestra memoria de mujeres?», vemos tres líneas de reflexión: La primera trata del reconocimiento de Dios y sus mensajeros hacia esas mujeres: tanto en la idea de ángel como en Jesús, que elige y ve, que conoce y no juzga, que al ver, defiende. Donde el reconocer implica una acción, porque Dios nunca ve solo por ver: ve y hace.
Los días 30 y 31 de marzo de 2019 tuvo lugar en Paysandú un tercer Encuentro de mujeres: Brujas de ayer y de hoy. Las mujeres que organizamos estos encuentros, que ya hemos escrito para Conexiones en otras oportunidades, nos propusimos que esta no sea una crónica más. Queremos, en estas líneas, contarles un poco más acerca de las Brujas. Si bien cada uno de los encuentros hace a nuestra identidad como colectiva, creemos que hay cosas que trascienden a cada encuentro. Particularmente, uno de los objetivos que nos hemos propuesto radica en la lectura comunitaria de la Biblia. En esta ocasión queremos compartir una reflexión bíblica producto del encuentro. La memoria de las mujeres atraviesa nuestra forma de hacer teología, y particularmente la memoria de estas mujeres que presentaremos a continuación ha sido transversal a todos los encuentros. Tanto en el Parque durante el 2018, como en Paysandú semanas atrás, todas conocíamos el texto de la mujer de Samaria previo a comenzar el estudio. Ubicábamos Juan 4 y habíamos escuchado varios análisis previamente. No todas pero muchas también conocíamos Génesis 16. En ambos casos, el acercamiento a los textos nos fue diferente después de limpiarnos un poquito los lentes, o de ponernos otros. Los lentes, en tanto ayudas para ver mejor –o para ver distinto–, van cambiando a lo largo de nuestras vidas. Los lentes pueden ser preguntas, claves de lectura, podemos incluso hablar de hermenéuticas. No profundizaremos en eso ahora. Pero sí, reconocemos que esas preguntas, esas 9