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Historia de Satélites Geoestacionarios

Poco después, los Estados Unidos, que también pugnaban en la carrera espacial, lanzaron el 31 de enero de 1958 su primer satélite, el Explorer-1; este pesaba 30 libras (13.6 kilos), de las cuales más de 18 se trataban de instrumentos científicos, que incluían un detector de rayos cósmicos, detectores de temperatura y un micrófono para escuchar a los micrometeoritos que pudiera alcanzar el satélite. Explorer-1 estuvo mandando datos a la Tierra durante cuatro meses y cesó sus comunicaciones el 23 de mayo de 1958. Se mantuvo en órbita durante más de una década, reentrando en la atmósfera terrestre el 31 de marzo de 1970. Este satélite es recordado no solo por ser el primero estadounidense, que además demostró la posibilidad de poder hacer ciencia desde el espacio, sino porque gracias a él se descubrieron los Cinturones de Van Allen; esto fue posible porque una de las cargas de pago científica que llevaba el satélite era un contador Geiger, un aparato diseñado para detectar radiación, diseñado por un equipo de la Universidad de Iowa y liderado por James Alfred Van Allen.

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Con estos hitos se inició la denominada era espacial, que se caracterizó por el muy rápido desarrollo de nuevas tecnologías (como misilería, ciencia de materiales o informática) en la llamada “carrera espacial”, mantenida entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Gran parte de la tecnología desarrollada originalmente para aplicaciones espaciales ha sido aplicada a otras áreas. En la actualidad, el término “era espacial” todavía tiene connotaciones de novedad e innovación.

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Historia de Satélites Geoestacionarios

La idea de un satélite comunicaciones se publicó por Herman Potočnik.1 La idea de popularizó por el escritor de Clarke en 1945 como una órbita comunicaciones. En se refiere a esta órbita como

geosíncrono para primera vez en 1928 por órbita geoestacionaria se ciencia ficción Arthur C. útil para satélites de consecuencia, algunas veces órbita de Clarke. De igual manera, el cinturón de Clarke es la zona del espacio, aproximadamente a 35 786 km sobre nivel del mar, en el plano del ecuador donde se puede conseguir órbitas geoestacionarias.

Las órbitas geoestacionarias son útiles debido a que un satélite parece estático respecto a un punto fijo de la Tierra en rotación. El satélite orbita en la dirección de la rotación de la Tierra, a una altitud de 35 786 km. Esta altitud es significativa ya que produce un período orbital igual al período de rotación de la Tierra, conocido como día sideral. Como resultado, se puede apuntar una antena a una dirección fija y mantener un enlace permanente con el satélite. Se utiliza una órbita de transferencia geoestacionaria para trasladar un satélite desde órbita terrestre baja hasta una órbita geoestacionaria.

El primer satélite geoestacionario fue el Syncom 3, el cual fue lanzado desde el Campo Kennedy en 1964. El lanzamiento de este satélite experimental permitió probar comunicaciones y cubrió los Juegos Olímpicos de 1964 en Tokio para la televisión en vivo. Originalmente, durante 1961, era un programa exclusivo de la NASA y se convirtió en el primer satélite de comunicaciones geosíncrono y geoestacionario del mundo.

El EUTELSAT 113 WEST A, fue lanzado en mayo de 2006 con una proyección de vida útil de 15 años. Las frecuencias que brinda son las bandas C y Ku y se ubica en el 113° Oeste; este satélite provee cobertura en Las Américas por medio de sus haces hemisféricos y haces regionales. A la fecha, distribuye más de 90 canales recibidos por mil 300 antenas en la región y es capaz de recibir canales en banda Ku.

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como para los gobiernos. Este posee 24 transpondedores de banda C y 41.5 transpondedores de banda Ku, Estos se conectan con ciertas zonas de servicio específicas que van desde Alaska hasta Sudamérica incluyendo la isla de Pascua las Galápagos.

Mexsat posee dos de los satélites más importantes, el Bicentenario y el Morelos 3 y dos centros de control, los cuales tienen una capacidad tecnológica multiplicada hasta por cinco veces, convirtiéndolo en uno de los sistemas más importantes del mundo. Gracias a este sistema satelital, se brindan servicios de telecomunicación los cuales apoyan el cumplimiento de políticas públicas de seguridad, gobierno, educación, salud y economía.

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