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Salud Física a la manera de Dios

Janettsy Chiszar

Health coach

Instructora de Zumba Certificada CEO @instapower21club @janettsyc

Cuando tenía 25 años me invitaron a una clase de Zumba Recuerdo que desde el calentamiento ya sentía mucho cansancio, me costaba respirar y, me sorprendí de que, siendo tan joven y activa, me encontrara en esa situación Sin embargo, perseveré de tal manera, que llegué a disfrutarlo tanto que mi instructora vio en mí una gran pasión por el baile De modo, que me invitó a participar desde la tarima en una de sus rutinas A pesar de que era la primera vez que bailaba frente a muchas personas, descubrí mi vocación, así que me certifiqué como Instructora de Zumba

En medio de ese año tan fuerte, en el que las consignas fueron: inestabilidad emocional, tomar pésimas decisiones, fiestas y consumo de alcohol; además de tener que vivir un divorcio, de estar en medio del adulterio y ser diagnosticada con herpes genital, algo que fue sumamente vergonzoso y difícil de aceptar, creí que gracias a este trabajo, mi dolor desaparecía. Mas Dios, a través de su infinito amor me hizo saber que todo sería usado para llevarme hacia Su propósito (Romanos 8:28).

Un nuevo comienzo

A mis 27 años participé en el concurso Nuestra Belleza Latina, lo cual me llevó a vivir a Miami y a trabajar con un entrenador y nutricionista reconocido en los medios, quien me enseñó todo lo relacionado con llevar una vida fitness. Me adentré en competencias de esa categoría y a transformar mi cuerpo, lo que convertí en una de mis prioridades. Luego de estar en una relación amorosa muy tóxica tomé la iniciativa de comprar una Biblia. Me hallaba desesperada porque no comprendía la razón de tanto sufrimiento; clamaba a Dios Poco después un entrenador del gym en que trabajaba me invitó a su iglesia diciéndome: “Allí me habla Dios”

Tenía mucho tiempo orando a Dios, pidiéndole que me hablara. Llegué a la iglesia, entré en confusión e incertidumbre, me senté casi de última; durante la alabanza pensé en irme Pero al ver la pasión con la que la mujer que se encontraba a mi izquierda adoraba a Dios, dije: ¡Wow, yo quiero eso que ella tiene!, y me quedé.

La enseñanza me impactó muchísimo, parecía hecha para mí. Desde entonces le entregué mi vida a Dios, aunque todo fue un proceso Aquella iglesia me enganchó, quería seguir conociendo más de Dios y Su Palabra mediante las diferentes prédicas.

Viviendo el proceso

Dios comenzó a pasarme por procesos y pruebas muy fuertes, una de ellas fue tener que afrontar el cáncer que padeció mi padre biológico. Durante el tiempo que batalló con esa enfermedad tuve la oportunidad de compartir con él, me senté a contarle todo lo que estaba aprendiendo sobre el estilo de vida saludable, le preparé una ensalada con muchos vegetales; me dijo que nunca había comido algo así, eso me causó tristeza. Sentí que llegué tarde a la vida de mi padre para enseñarle a cuidar su cuerpo.

El día en que murió, me propuse que nadie más vería morir a su padre de la forma en que me tocó a mí. El dolor de haber perdido a mi papá me motivó a desarrollar en otros la búsqueda de una verdadera estabilidad entre espíritu, mente y cuerpo Entonces nació mi slogan: "Si no sacas tiempo para tu salud hoy, tendrás que sacar tiempo y dinero para la enfermedad mañana".

Tiempo después me enamoré nuevamente, esta vez me casé convencida de que Dios me lo había dado. A su vez, creé una sociedad para abrir un gimnasio Estaba feliz y enamorada de Dios, hasta que a los nueve meses todo comenzó a derrumbarse. Dios me plantó en una iglesia de sana doctrina y me dio una mentora espiritual

Debido al fracaso del gimnasio llegué a pensar que Dios no estaba a gusto con ese negocio Desesperada, de rodillas, le pregunté: ¿Por qué a mí? ¿Qué quieres de mí? Me respondió diciendo: “Lleva salud a mi iglesia”, y le creí. Meses después vino mi segundo divorcio, fue entonces cuando decidí rendir mi voluntad a la suya; le ofrecí honrar mi cuerpo mientras que rogaba que me formara como una mujer virtuosa.

En Sus propósitos me vi

Mediante 1ª Corintios 6:19-20 y Romanos 12:1 comprendí Su plan conmigo Cada vez que profundizaba en Las Escrituras, podía ver lo importante de levantarnos firmes y fuertes de la mano de Dios Así que, ese deseo de enseñar a la iglesia a adoptar hábitos alimenticios sanos se acrecentó, al punto de escuchar a mi Padre decirme: “Mis hijos no aman mi creación” Con ello corroboré que somos llamados para cumplir la misión de dar a conocer a Jesús.

Mi mensaje va más allá de tener una figura esbelta para ganar una autoestima alta, se centra en honrar a Dios, ya que ese nivel de autoestima es el resultado de tener una identidad clara en Cristo. Aparte de honrar a Dios con mi cuerpo, el ejercicio me ayudó a estabilizar mi salud mental y a ser disciplinada, esto último se refleja al momento de orar, ayunar y estudiar Las Escrituras. Dios me ha ido fortaleciendo en todo momento; hoy soy testimonio vivo de Su poder y grande amor.

Atravesamos tiempos en que la iglesia debe levantarse para llevar el mensaje de salvación a quienes están sumergidos en la derrota y la enfermedad. Tristemente, no todos caminamos sobre el propósito y las promesas de Dios por la falta de disciplina y obediencia. Por esta razón, mi invitación es tomar la decisión de ser saludables en espíritu, mente y cuerpo, para cumplir el propósito de Dios y ser luz en la vida de los demás.

Recuerda que naciste para este tiempo y estás llamada como hija de Dios para impactar al mundo, por lo mismo debes pararte firme, ser fuerte y valiente; perdona y perdónate.

Puesto que, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, eres más que vencedora. Camina siempre buscando su voluntad. Él ha prometido estar siempre a tu lado y si lo prometió, lo cumplirá.

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