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Cincuentenario de la UNCuyo y gestión institucional

1-2. Marcas 50º y 60º Aniversario de la Escuela de Diseño para la fad, uncuyo (2008 y 2018). Logotipos utilizados en papelería, comunicación, recordatorios y señalización del edificio. Diseño: Eduardo López.

Cincuentenario de la uncuyo y gestión institucional

La Universidad Nacional de Cuyo (uncuyo) está de fiesta: con el 2008, llega el cincuentenario de sus carreras de Diseño. El aniversario representa una necesaria revisión histórica, puesto que el evento por los 25 años tomó en cuenta el cambio de nombre en 1962 a Escuela de Diseño (ed), pero no la apertura de la Escuela de Diseño y Decoración (edd) cuatro años antes.

El festejo es doble: un lanzamiento en marzo para precalentar los motores y, en octubre, un congreso con figuras de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Chile, Colombia, junto a numerosos miembros y antiguos integrantes de la Facultad de Artes y Diseño (fad), como el exdirector Amado Muñoz. El autor de la marca alegórica, aplicada a la señalización de la facultad, es el docente Eduardo López, quien también la reversionará para el discreto sexagenario.

Es un momento de evaluación y de reflexión. Temas como la identidad regional, la migración de lo análogico a lo digital, el sentido de la disciplina y las demandas del mercado sobrevuelan cada charla. La historia propia es una deuda pendiente; son pocos los escritos que plasman, y en cuotas, su trayectoria. Por eso, un año como este es una buena excusa para reconstruir la memoria institucional.

Por un lado, Guillermo Eirín, María Cerván, Silvia Podestá y Mónica Buccolini presentan el trabajo «(10+10) + veinte años de productos», una selección de proyectos finales dirigidos en sus diferentes etapas por Norberto Coppola, Gui Bonsiepe, Ricardo Blanco y los propios autores. Además de sus tesis, incluyen la señalización de un barrio, realizada por Esther Azcona (1975); el rodado para niños Biciclo, de Gerardo Díaz (1975); una bicicleta plegable, de Elena Chorén (1980); productos de material reciclado, de Mercedes Chambouleyron (1996); juegos didácticos para niños invidentes, de Macarena Ponce (2001); un equipamiento home office, de Jerónimo Formica (2002); electrodomésticos prospectivos, de Arturo Cartagena (2004); y un recolector de residuos urbanos, de Martín Nonino (2004), entre otros.

Por otro lado, el exalumno de la uncuyo Wustavo Quiroga, junto a la Fundación del Interior (fi) que preside, propone una retrospectiva más amplia, en base a una investigación que emprendió en 2002 para la elaboración de la identidad institucional de la fad, sin marca desde el cambio institucional de 1998; y realiza un dossier para el especial de la revista Huellas… Búsquedas en Artes y Diseño, que lleva en su tapa la Torre de América. Es la primera vez que se divisa esta imagen en el ámbito académico.

En la órbita de la gestión, el contexto del nuevo milenio es dinámico. Al igual que en cada período, la gestión estudiantil mantiene joven la disciplina puertas adentro de la institución. Sus responsables son los grupos uvd! (Una vida de diseño, 20032006), liderado por Luis Jorquera y Sebastián Negri; Quemaditos por el Diseño (desde 2007), a cargo de Federico Riveros; y Agruparte (desde 2012), conducido por Nicolás Gombau, Tatiana Scoones y Jimena Lusi.

Si algo quedó atrás con los 90, eso es el monopolio académico de la uncuyo en el plano del diseño. La Universidad Champagnat (uch) y la Fundación Gutenberg

Mendoza se han asentado y complementan la oferta con sus perfiles alternativos. En tanto, desde 2002, la Universidad de Mendoza (um) suma a la enseñanza arquitectónica el diseño gráfico, de interiores y de indumentaria y textil. Un experimento de alto nivel, aunque breve, es la Fundación Grupo Valparaíso (2004-2008), impulsada por Marcelo Ortega, que promueve el desarrollo regional mediante planes de formación brindados por profesionales y educadores de ambos lados de la cordillera de los Andes. A este abanico de opciones, se suman los institutos de Nivel Superior (terciarios), que generan aún más hacedores en la calle.

Por fuera de los centros de estudio, otros actores demuestran la potencia del diseño social a través de programas institucionales. Después de la crisis estructural de 2001, ni el país ni los ciudadanos son los mismos.

En medio de la plaza Independencia, una carpa llena de afiches invita a los transeúntes a mirar con otros ojos la realidad. Se trata de la exposición «Industria Latina» (2006), que denuncia el trabajo infantil en el continente. Detrás de su planteo, está la agencia Utopía (2002-2009), coordinada por Pablo Bicego y Jorge Specogna. Puesta al servicio de ong provinciales y constituida por publicistas y empresarios, su fin es invertir el sentido de la profesión, que generalmente responde a un sector socioeconómico que no es el que más necesita la intervención del diseño. Impulsa, así, campañas en plataformas no tradicionales de comunicación, una revista con eje en la economía solidaria y convocatorias abiertas a los profesionales gráficos bajo temáticas como la inseguridad, la xenofobia y la democracia.

Estos llamados dan origen al Grupo Grapo (Gráfica Popular, 2003-2017), de los docentes de la uncuyo López, Edgardo Castro, Ricardo Colombano y Luis Sarale,

3. Afiche ¿Estás seguro? de la Agencia Utopía (2003). Impresión láser sobre papel montado en foam board, 100 x 70 cm, e impresión offset, 10 x 15 cm. Cartel y postales de convocatoria para la muestra homónima distribuidos en instituciones educativas de diseño y organismos gubernamentales. Diseño: Agencia Utopía – Jorge Specogna. 4. Flyer digital Cuatro años de la Agencia Utopía (2006). Pieza gráfica para divulgación por correo electrónico. Invervención sobre fotografía mediante Adobe Photoshop. Diseño: Agencia Utopía – Jorge Specogna.

5. Tapa de catálogo Guón! Colección de Diseño Mendocino, primera edición, ed Contemporáneo (2006). Offset a dos tintas sobre cartulina, 25 x 25 cm, 8 p. eca, Ciudad de Mendoza. Dirección de proyecto: Federico Calle, Sebastián Fernández, Mariana Mattar y Wustavo Quiroga. Ilustración: Diego Agasso. Diseño: Tite Barbuzza y Jorge Specogna. que ejecutan más de una decena de series de carteles de carácter político para incentivar la discusión en la casa de estudios.

Convencido acerca de la existencia de un déficit en la protección y la divulgación de la producción local, Quiroga conforma –desde ed Contemporáneo, con Sebastián González y Mariana Mattar, y la fi– los primeros archivos y colecciones sobre arte contemporáneo y diseño mendocinos. Pese a la falta de apoyo oficial para su resguardo, de su labor resulta el acervo patrimonial más importante de la región.

Es noviembre de 2006 y en el portal de ingreso al Espacio Contemporáneo de Arte (eca), dirigido por Ana María Álvarez, luce la palabra «Guón!»: es la primera muestra que revisa la tradición y la actualidad del diseño provincial. Con una notable puesta escénica, ocupa la totalidad del edificio. Además de la exposición, se edita un catálogo y, en el cierre, se distingue a hacedores del medio con una piedra bola. Esta dinámica se repite en 2007 y 2009 en el mmamm, en el contexto de la presentación del libro C/Temp. Arte contemporáneo mendocino (fi, 2008).

«Guón!» es una variante informal del término «huevón», muy utilizado en el lunfardo regional. Es un localismo que permite sumarse con identidad a un panorama nacional tendiente, desde la década del 2000, a volverse federal. El espectro de lo mendocino contempla la formación académica, la labor profesional, los aportes extraterritoriales y el diseño telúrico, espontáneo o popular. Rápidamente la movida se posiciona en los medios de mayor tirada, donde periodistas como Luján Cambariere y Carolina Muzi ponen en tapa la escena cuyana.

La labor de la fi continúa con las exposiciones temáticas «Colbo: diseño desde antes» (2011), en el marco de la reapertura fabril encaminada por el hijo de su fundadora, Matías Jannello, junto al diseñador Martín Endrizzi; y «Saga Jannello» (2012), a propósito de la reedición del mobiliario de César Jannello en manos de su nieta María; ambas, activaciones productivas posibilitadas por el rescate patrimonial.

En este sentido, su segundo libro, Feria de América. Vanguardia invisible (fi, 2012), se torna referencial en el país y en el exterior. La investigación y la recuperación documental, sistematización de datos y crítica interpretativa evidencian cómo la historia oficial puede olvidar hechos fundantes a nivel continental en términos de vanguardia artística, arquitectónica y de diseño.

Tras su actividad en Mendoza, Quiroga se instala en Buenos Aires para continuar su tarea enfocada en la mutación del diseño y el cuidado del patrimonio material. En 2013, crea –con Raúl Naón, Marina Baima y los consultores Gabriela Baldomá, Norberto Chaves, Rubén Fontana, Hugo Kogan, Frank Memelsdorff y Susana Saulquin– la Fundación ida (Investigación en Diseño Argentino). A los pocos años, posee el mayor acervo especializado del país y busca devenir en el Museo Argentino del Diseño; una tarea a contracorriente, en verdad, en una nación donde los archivos especializados se pierden o migran por la falta de apreciación interna.

En el ámbito asociativo, en 2010, diseñadores autoconvocados bajo un programa de ProMendoza crean la Asociación de Diseñadores de Mendoza (adimza). Con Ramiro Candia (2010-2014; desde 2017) y Susana Cabrera (2014-2017) como directores, logra confeccionar un tarifario para los diseñadores industriales, de indumentaria

y gráficos, además de efectuar una encuesta laboral de estos últimos. Aún queda pendiente sacar el diseño de su nicho. Dejando de lado su faceta proyectual más familiarizada, el pensamiento programático es indispensable para robustecer áreas como la cultura, la economía, la educación y la ciencia, pese a que no siempre estas asuman el poder de cambio real de la disciplina en la cualificación del entorno.

Uno de los sucesos más relevantes de estos años es la inauguración del Espacio Cultural Julio Le Parc, ubicado en Guaymallén, cuya infraestructura lo torna uno de los más grandes de la región. Su nombre es, en parte, una estrategia para repatriar a una figura clave del arte político, geométrico y cinético internacional, embajador de Mendoza en el mundo. En los primeros años, con la coordinación de Maximiliano Uceda, alberga una programación hiperactiva que sacude la parsimonia habitual de la provincia: se establecen el área de Industrias Creativas (2014), el canal de televisión Acequia (2014) y festivales como el Mercado de Ilustración de Mendoza (mime, 2014 y 2016) y la feria de fotógrafos En foco (2015).

A su vez, la Ciudad de Mendoza transforma un baldío en el Parque Central (2006); y sus antiguos galpones ferroviarios, en nodos de efervescencia: la Nave Cultural (2010), centro de exhibición artística, y la Nave Universitaria (2014), de la Secretaría de Extensión de la uncuyo.

Aunque algunas de estas iniciativas parecen efímeras, algo permanece. «En Mendoza hay mucho para ver. Pueden ir al Le Parc, donde hay shows lumínicos, acciones performáticas y diseño…», sugiere un taxista. Más que un simple comentario, ratifica que las buenas gestiones amplían las referencias culturales de una sociedad: del maestro Fader al provocativo Le Parc, del anonimato de las mujeres al reconocimiento de pioneras como Colette Boccara y Filomena Moyano, de no conocerse la historia del diseño a narrarse en un libro.

6. Fachada principal y marca del ec Julio Le Parc (2012). La identidad gráfica propone un alfabeto de tipografía display para títulos y utiliza los 14 colores fundamentales de la obra del artista. Su implementación es parcial. El edificio alberga la Sphère rouge, primera escultura pública del artista en Mendoza. Av. Bartolomé Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén. Gestión inaugural: director Maximiliano Uceda, Yamil Le Parc y Wustavo Quiroga. Proyecto arquitectónico: Paoletti-Bocanegra. Diseño de identidad: Estudio Cicchinelli-Aleman – Claudio Cicchinelli.