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Mujeres científicas

Hijas de la curiosidad y del rigor

Escribe Mariella Checa Científicas María Rosario Sun y Jennifer Wong premiadas por su talento e invención en la Exposición Internacional de Inventos de Mujeres KIWIE 2020

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Además de sus antepasados chinos, María Rosario Sun (química) y Jennifer Wong (diseñadora industrial) tienen en común los rasgos que ambas reconocen indispensables para el productivo ejercicio profesional que muestran en los campos de las ciencias y la innovación, y que sienten haber heredado de sus ancestros: la paciencia, la perseverancia, el detalle, la observación y la disposición al trabajo duro como requisito indispensable para el logro. Además, ambas han liderado el desarrollo de inventos que constituyen importantes aportes, y han sido reconocidas por ello, dentro y fuera de nuestras fronteras.

A partir de la necesidad de detectar tempranamente las fugas de gas propano que se producían en el laboratorio donde trabajaba, la doctora Sun empezó a investigar, en el año 2015, el desarrollo de un sensor. La satisfactoria experiencia la motivó luego a dirigir sus esfuerzos a la búsqueda de idénticos instrumentos, pero para la detección de otro tipo de gases. En ese afán, fue integrando a más profesionales, de diferentes especialidades, a su equipo de trabajo, hasta que, acompañada de físicos e ingenieros mecánicos y electrónicos, tanto de la Pontificia Universidad Católica del Perú –donde es profesora investigadora– como de la Universidad Nacional de Ingeniería, logró desarrollar una “nariz electrónica”, que ya ha sido patentada y reconocida con una medalla de oro en la Exposición Internacional de Invenciones de Ginebra.

“Los compuestos orgánicos volátiles que tienen muchos alimentos y bebidas son detectados por un conjunto de sensores que transforman la señal química característica de estos gases en una señal analítica que puede ser cuantificable y comparable con patrones. De esta manera, identificamos o diferenciamos alimentos o bebidas, y podemos establecer su calidad o si tienen algún grado de adulteración”, explica la investigadora. Precisa, además, que la herramienta presentada ha sido desarrollada para evaluar y diferenciar vinos, por cepas y marcas.

Dado que los sensores solo trabajan a altas temperaturas –260 a 330 grados–, la propuesta del equipo que lidera María Rosario Sun incorpora, como novedades, un sistema de calentamiento uniforme y el uso de una cobertura

FOTO: REUTERS

El interior de la premiada ‘nariz electrónica’. Ha sido desarrollada para evaluar y diferenciar vinos, por cepas y marcas. María Rosario Sun lideró un equipo de profesionales integrado por físicos e ingenieros mecánicos y electrónicos. Abajo, los sensores.

del mineral microporoso llamado “zeolita”, el mismo que actúa como un tamiz molecular: “Hemos encontrado que en el aroma hay mucho compuesto orgánico volátil grande capaz de alterar la señal que se quiere detectar. La zeolita, cuyos poros chiquitos son bastante homogéneos, lo retiene mientras deja pasar al más chiquito, para que entre en contacto con los sensores y reaccione”, explica la científica, detallando así los méritos que hizo acreedora a la nariz de una de las medallas que fueron otorgadas a inventoras peruanas en la XIII Exhibición Internacional de Inventos de Mujeres de Corea del Sur, KIWIE 2020.

Hija de padre y madre chinos, la destacada creadora lamenta que una enfermedad crónica de uno de sus hermanos obligara a la familia a instalarse en provincias y así quedar distanciada de la colonia y los paisanos que su padre solía frecuentar cuando aún vivían en Lima. Celebra sí que en su hogar se conservara y cultivara el disfrute de la cocina china y permanece atenta a la oportunidad de viajar al país de sus antepasados.

Dando una mano

Como miembro de la Sala de Manufactura Digital de la PUCP, Jennifer Wong también había ido acumulando experiencias en el uso de equipos de fabricación digital cuando decidió, junto a su amiga, la psicóloga Sara Moll, tentar el desarrollo de una prótesis de mano. “Me motivaba muchísimo obtener la primera o una de las primeras prótesis impresas en 3D, un producto que ya se estaba haciendo en otros países, pero todavía no se había elaborado en el Perú”, recuerda la creativa, para

Pruebas de la mano artificial. Hecha a la medida, cubre las necesidades específicas de uso del receptor.

justificar las muchas horas que ella y su equipo dedicaron, fuera de sus jornadas laborales, a este proyecto. Pero, además, el grupo multidisciplinario, también conformado por la ingeniera mecatrónica Midori Sánchez, la diseñadora industrial Marlene Bustamante, la abogada Andrea Pittaluga y la doctora Mariana Pendavis, de manera novedosa, generó una pieza personalizada, hecha a medida no solo física, sino también de las necesidades del joven adulto que fue el receptor de esta primera mano artificial. Para lograrlo, prácticamente lo incorporaron al equipo de trabajo, pues no solo debieron conocer las características de su miembro lesionado, sino también el uso que quería darle al invento, así como las virtudes a conservar y defectos a corregir en cada uno de los ensayos que le pidieron poner a prueba, usándolo de manera cotidiana durante algunos días. “El usuario fue lo primero que hubo que conocer, y todo lo que estaba relacionado a él: su interacción con otras personas, en el hogar, en el trabajo; cómo apretaba, cómo flexionaba. Después hubo que ver temas de ergonomía, antropome-

Patento, luego innovo

Si en algo están de acuerdo las inventoras y el INDECOPI, es en que las patentes benefician al invento y a las inventoras: al primero le dan credibilidad y a ellas, reconocimiento, empoderamiento y confianza en sí mismas al saber que el trabajo realizado genera un impacto en la sociedad de la que son parte. Para iniciar el trámite y/u obtener mayor información, consultar www.patenta.pe

Jennifer Wong generó con tecnología 3D la primera prótesis de mano, junto a un equipo de profesionales, todas mujeres.

tría, de materiales; cuánto tendría que resistir la prótesis, cuáles serían las propiedades del material que íbamos a utilizar, cómo iba a funcionar la pieza, cómo se armaría y desarmaría, cómo se la pondría y sacaría, como se la limpiaría y daría mantenimiento”, explica Jennifer, quien encontró en este proceso una motivación adicional: el impacto que su labor estaba teniendo en el beneficiario de ella.

Merecedora de una medalla de oro en la exposición de Corea del Sur, la prótesis requirió el uso de un escáner 3D para obtener la imagen digitalizada de la mano real, sobre la cual se pudo hacer el diseño, tomando en cuenta el ángulo de flexión de la muñeca y usando cables que van desde esta hasta la punta de los dedos. Luego se hicieron varias pruebas con impresión también 3D, que permitieron ir cambiando los parámetros rápidamente y a bajo costo, hasta lograr una versión definitiva.

Hija de padre nacido en China y traído al Perú en sus primeros años de vida, Jennifer Wong no solo se reconoce tusán, sino que se siente orgullosa de serlo; aprecia y

Virtudes femeninas

Durante la ceremonia virtual que organizó el INDECOPI para homenajear a las 28 peruanas que fueron premiadas en la décimo tercera edición de la Korea International Women’s Invention Exposition (Exhibición Internacional de Inventos de Mujeres de Corea del Sur) ‘KIWIE 2020’, el presidente Francisco Sagasti celebró el talento, la creatividad, la inteligencia, la inventiva e imaginación de la mujer peruana que, unidas al rigor, al trabajo sistemático y al esfuerzo, permiten plasmar ideas en novedades prácticas y operativas.

La ocasión sirvió también para dar a conocer que fue en 1837 que, por primera vez en el Perú, una mujer –Carmen Noriega– recibió la patente por su creación: una máquina para moler chocolate. Aunque han pasado 184 años desde entonces y el porcentaje de solicitudes de patentes para creaciones con participación femenina ha ido en aumento, las cifras apenas superan el 30 %.

“Por mucho tiempo, la labor de la mujer en la ciencia no ha sido bien valorada”, señala la doctora María Rosario Sun. “Hace años se creía que la ciencia solamente era para hombres. En los años 30, 40, 50, las mujeres estudiaban educación, enfermería y, para las que teníamos esta inclinación hacia las ciencias, era muy difícil conseguir trabajo y que nuestra labor fuera reconocida. Siempre se dudaba de que nuestra labor tuviera seriedad o resultados positivos. Para publicar también teníamos bastantes restricciones”, recuerda.

Miembro de otra generación, Jennifer Wong, sin embargo, coincide con la química: “En el área de tecnología yo veo muy poca participación de mujeres. Creo que deberíamos tratar de cerrar esa brecha; tendríamos que trabajar para lograr que más niñas, más jóvenes estudien especialidades relacionadas a la ciencia, la tecnología, la innovación”, comenta.

En esa misma línea, la doctora Sun añade: “Nos toca ahora motivar más a las adolescentes, a que, si les gusta alguna carrera en ciencias, o alguna ingeniería, sigan su vocación y logren su meta; que venzan cualquier obstáculo, sabiendo que no son menos que nadie, porque las mujeres tenemos las mismas destrezas que los varones”, enfatiza.

admira todas las expresiones de la cultura china, pero especialmente las artísticas. Ex alumna del colegio Juan XXIII, sueña con visitar la tierra de sus antepasados también para conocer sus avances tecnológicos. Mientras, se muestra satisfecha de haber logrado un mecanismo diferente, cuyos puntos de apoyo hacen posible su mejor adaptación al usuario, y de que este haya dado pie a posteriores evoluciones y hasta al surgimiento de un emprendimiento social que ha permitido atender la demanda de más personas.

Por: Humberto Rodríguez Pastor

Chepén Segundo artículo de una serie sobre la situación de las comunidades chinas que se asentaron en las provincias del Perú entre 1850 y 1930.

De los varios centros poblados del valle del Jequetepeque interesa Chepén por la creciente importancia que alcanzó en las últimas décadas del siglo XIX, y porque concentró significativas organizaciones de chinos inmigrantes.

El 6 de abril de 1926 el bisemanario “La Unión” informaba: Chepén es un distrito que desde hace años está empeñado en ser el primero de la provincia y va consiguiendo su objeto. Tiene el mayor número de habitantes; su comercio es activo; cuenta con varias industrias; posee la mejor carretera de la provincia; su campiña es rica y exuberante; la cultura popular aumenta.

Una explicación histórica

El censo de 1876 reportó en todo el valle a 4000 chinos, en su mayoría peones de las haciendas. De ellos, 1472 culíes se hallaban en el distrito de Chepén, el 37 % del conjunto de inmigrantes. Volumen tan numeroso se debía principalmente a la hacienda Lurifico, que tenía trabajando en sus tierras a casi 1000 peones, la mayor parte semiesclavos culíes. La cercanía entre Lurifico1 y Chepén condicionó la economía e historia del poblado a donde llegaban los peones de la hacienda para compras o diversión, lo que originó que chinos con algo de dinero abrieran tiendas, algunas de importación y exportación2 .

Cuando los culíes que finalizaron sus contratos decidieron residir en Chepén y otros pueblos, se ubicaron en espacios marginales de los centros poblados donde levantaban

Sociedad de Beneficencia China, Chen Jia Club de Chepén, 1945.

1 De 1840 a 1920, Lurifico y sus anexos comprendían unas 2 000 Ha. Sembraba arroz, algodón y caña de azúcar, para lo cual requería unos 800 peones de campo (chinos, serranos y costeños). En 1876 fue el asentamiento poblacional con más personal de todo el valle. Sus dueños fueron prominentes personajes de la economía y la política: Rázuri, Luisa Gonzales viuda de Dreyfus, Henry Meiggs, José Balta, Augusto B. Leguía. La Unión, Nº 895, Chepén, mayo 1921.

2 Mencionamos solo algunas de una larguísima relación: Wa On y Cía. Kcomt Hermanos, Toribio S. Chang, Felipe Cheng, Jau Chong y Co., Hop Chong y Co., Wing Wo Chong, Santiago Lam, etc. una vivienda con materiales simples procurando no crear rechazo de los residentes ya enraizados. El chino José Achón fue todo un símbolo. Trabajó como culí en Lurifico y al quedar libre radicó en Chepén, donde se lo recuerda con intensidad. Asumió o lo bautizaron con el apellido Balta, y su vecindario chepenano lo conoció por su oficio de relojero. Falleció a los 82 años en setiembre de 1920. Según una nota periodística, fue decano de la comunidad china de toda la provincia.

Terminado el período de los culíes, los propietarios de las haciendas recurrieron a la mano de obra proveniente de la sierra con la modalidad de enganche, con una magnitud similar a la de los inmigrantes chinos. Igualmente, muchos de los enganchados se hicieron clientes de las tiendas de los chinos y se quedaron a vivir en Chepén, considerado como puerto de la Sierra a pesar de hallarse a 30 kilómetros del mar. No pocos chinos se casaron con cajamarquinas.

Chepén, 1937. Equipo de fútbol de la Asociación Deportiva 'Chung Wa',

Hechos de la presencia china

1884. Gobernador autoriza al chino Atay para que abra casa de lotería. 1914. Chinos celebran el 10 del 10 (de octubre) con tiendas cerradas e izando la bandera republicana al tope. 1926. La comunidad china entrega colegio que ofreció construir en el jirón Trujillo con motivo del centenario de la independencia nacional. 1935. Periodistas de la revista “Oriental” dan conferencias sobre Sun Yat Sen. 2018. En ceremonia en la Plaza de Armas se entregó premios en el marco de las celebraciones por los 64 años del Cheng Lhin Club.

Escribe Giuliana Lévano

El Perú cumple 200 años de vida independiente en el mes de julio y ese es un gran motivo para celebrar. La Asociación Peruano China, tal como lo hizo la colonia con ocasión del primer centenario, se hace presente con algunos regalos para la ciudad de Lima y una serie de actividades virtuales, como corresponde a estos tiempos de cuidados y distancia social.

Presente Continuo

La Asociación Peruano China celebra el Bicentenario con obsequios que contribuirán a embellecer la ciudad capital y a fortalecer la relación de nuestra comunidad con el país.

El arquitecto Carlos Chinen, a cargo de los proyectos de APCH por el Bicentenario, supervisando las obras de recuperación y renovación de la Fuente China del Parque de la Exposición.

Foto: José Vilca

Entre los elementos recuperados está la placa original que la colonia china colocó con motivo de la inauguración de la fuente, en 1924.

Entre los primeros figura la instalación y develación de la escultura ganadora del concurso “Dos Culturas, Una Visión”, en el distrito de San Borja, y la colocación de los primeros elementos mobiliarios de lo que será el nuevo Chinatown en ese distrito.

Se viene ya trabajando en la remodelación completa de la Fuente China del Parque de la Exposición, cuya construcción data de 1921, así como elaborar las réplicas de las placas conmemorativas pertenecientes a las esculturas de Las Llamas y La Yunta, otro aporte de la colonia a la capital con motivo de los 400 años de su fundación española. Se remozará también completamente la portada china con los dragones y se les dotará de iluminación led.

“Para el mes de julio organizaremos una serie de actividades virtuales, consecutivas y temáticas, con las cuales queremos resaltar los 172 años de la presencia china en el Perú en los 200 años de independencia”, dice Olinda Chang, gerente de APCH. “La unión de estas dos culturas milenarias ha sido un hecho histórico que ha marcado un antes y un después: los chinos aportaron al país en la agricultura, mejorando la siembra y cosecha del arroz, en la gastronomía, el comercio, y son reconocidos sobre todo por su dedicado y esforzado trabajo”, añade.

La Fuente China

Cuando se celebró el primer centenario de la independencia del Perú, los grupos de extranjeros residentes en el país entregaron a la ciudad de Lima algunos regalos que ahora forman parte de nuestro paisaje urbano: la torre del reloj del parque Universitario, el Museo de Arte Italiano, la estatua de Manco Cápac y la estatua de la Libertad, que adorna la Plaza Francia, donación de las colonias alemana, italiana, japonesa y francesa, respectivamente.

La colonia china, que entonces contaba con alrededor de 16 mil personas, se organizó activamente para recolectar fondos con el objetivo de construir una fuente ornamental de grandes dimensiones en el Parque de la Exposición, como regalo a la ciudad en recuerdo de fecha tan significativa.

La Fuente China se alza desde 1924 en el centro del parque. Es obra del arquitecto italiano Gaetano Moretti, el mismo autor del diseño del Museo de Arte Italiano. Está hecha en mármol italiano de Carrara y coronada por una escultura de Valmore Gemignani, que representa a las razas negra, amarilla y blanca, por lo que se la conoce también como la Fuente de las Tres Razas.

A ambos lados, dos alegorías de bronce de Giuseppe Graziosi representan a los ríos Amazonas y Amarillo. Se observan también cuatro representaciones de la Estela de Raimondi. El conjunto está considerado Patrimonio Cultural de la Nación.

“En 2019, la Asociación Peruano China me encargó el mantenimiento y remodelación de la fuente. Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo”, dice el arquitecto Carlos Chinen.

El equipo de restauradores en pleno trabajo de recuperación de los elementos decorativos de la fuente. A la izquierda, se ve el mármol de Carrara erosionado y, a la derecha, la limpieza de las tallas de bronce.

Un experto restaurador recuperará el bronce de las esculturas.

La remodelación incluye la colocación de dos motobombas para que vuelvan a funcionar los chorros de agua de la fuente original y los de la pileta moderna que la circunda, de veinte metros de diámetro. Esta pileta se añadió durante la gestión del alcalde Alberto Andrade, bajo la supervisión del arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos.

Ubicada en una zona en la que por muchos años no había control, la fuente fue presa del pillaje. Perdió todas las luminarias de origen italiano y las esculturas de mármol y bronce fueron vandalizadas.

La recuperación que ha propuesto APCH incluye la limpieza de las esculturas, que han sufrido el embate del tiempo y de algunas malas decisiones. Durante la gestión de Luis Castañeda, posiblemente por un mal mantenimiento, se pintó de negro las esculturas de mármol y bronce. Se ha contratado al experto restaurador Elmer Zapata para que recupere el conjunto de mármol y el bronce de las esculturas.

Un punto interesante de la remodelación es el sótano original de la fuente, que tiene cien años. Allí se emplazarán las motobombas y las conexiones para la iluminación. “Una leyenda urbana dice que hay escrituras chinas de la época en este sótano. Estamos trabajando con mucho cuidado, pero todavía no las hemos encontrado”, comenta el arquitecto Chinen.

El nuevo Chinatown

La instalación de la escultura marca el preámbulo para lo que se viene más adelante: la creación del nuevo Barrio Chino de Lima en San Borja.

“El Chinatown de San Borja es un proyecto bastante ambicioso del ingeniero Erasmo Wong, que es consecuencia de una tendencia que ya existe: San Borja es el distrito con mayor población tusán. Tiene también la mayor cantidad de chifas: hay 42 en la avenida

La fuerza interna y artística de la obra escultórica convertirá la confluencia de las avenidas San Luis y San Borja Sur en un lugar emblemático. Arriba, el montaje de la estructura de seis metros de alto y, derecha, el plano muestra el lugar donde será emplazada.

Aviación y otros 20 en la avenida San Luis, y siguen creciendo”, dice Chinen. “Así que lo más probable es que con el tiempo esta avenida adquiera un carácter oriental como el nuevo Barrio Chino”, asegura.

El arquitecto Chinen apunta que los chifas y comercios de la calle Capón, pertenecientes a familias tusanes o niseis, poco a poco se han trasladado o abierto sucursales en San Borja. “Sería bonito replicar paulatinamente en las avenidas Aviación y San Luis lo que se hizo en la calle Capón”, sostiene. “Por lo pronto, en el distrito está el parque República Popular China, que tiene una glorieta y un pequeño puente. La pileta, vista desde arriba, tiene la forma del Perú, que es abrazado por un jardín con la forma de China”, añade.

La APCH también ha solicitado cambiar el nombre de un tramo de la avenida San Luis por avenida China. Otro de los proyectos, que tuvo que diferirse por la pandemia, fue hermanar este distrito limeño con una ciudad importante del país de los ancestros.

El dragón que mira a China

En el 2019, la Asociación Peruano China organizó el concurso de escultura “Dos Culturas, Una Visión”. Fue una convocatoria abierta a todos los artistas y en esa participación debían plasmar el encuentro

entre las culturas china y peruana en un diseño monumental.

El ganador fue el escultor Álvaro Macalopú Chiu con su representación de la silueta de un dragón, elemento característico de la cultura china y que aparece también en la iconografía Moche. De un rojo chino intenso, tiene seis metros de alto y requiere una instalación compleja, pues es una pieza de formas sinuosas que desafían al espacio.

“Tuvimos hasta tres sesiones con el alcalde de San Borja para escoger la ubicación que permitiera percibir la obra en su función artística y ornamental sin perder su lenguaje conceptual”, cuenta el arquitecto Chinen, quien está a cargo de los proyectos de APCH por el Bicentenario. “Primero se pensó en el parque República Popular China; luego, en el óvalo Rousseau y, finalmente, se aprobó la mejor locación: en la confluencia de las avenidas San Luis y San Borja Sur”, añade. En ese punto la exposición de la obra dotará a la zona de un significado distinto acercando la cultura china a todos los ciudadanos.

“Estará colocada sobre un podio de un metro de altura, con una loma de jardín y mirará a China. Todo se está coordinando con el municipio, que nos está dando su apoyo”, dice el arquitecto, quien es también responsable de las instalaciones para las fiestas por el Año Nuevo Chino de APCH en el local de Rinconada.

La Yunta y Las Llamas La Portada China

En 1999, cuando se cumplían los 150 años de la inmigración china, la APCH hizo trabajos de mantenimiento al pórtico y creó un bulevar en el Barrio Chino. Gracias a un convenio con la municipalidad se puso orden al comercio ambulatorio y se peatonalizó la calle Capón.

La comunidad peruano china se movilizó para este fin creando un patronato y recaudando fondos a través de la venta de baldosas. Veintidós años después, este espacio se ha deteriorado y por eso se ha decidido remozarlo, hacer un mantenimiento de la portada (donación de la colonia por el Sesquicentenario de la Independencia, en 1971), reparar los dragones que la acompañan e iluminarla con luces led.

“Lo ideal” –dice el arquitecto Chinen– “sería peatonalizar todo el jirón Ucayali, que solo recibe el nombre de Capón a partir del pórtico, pero ese es un proyecto más grande por la presencia del Mercado Central. Así se podría ver desde el Jirón de la Unión el remate espectacular de la Portada China iluminada, con sus dragones bien protegidos. No será este año, pero esperamos lograrlo en algún momento”.

Con motivo de los 400 años de la fundación española de Lima, la colonia china obsequió a la ciudad dos grupos escultóricos hechos en bronce: La Yunta, obra de Ismael Pozo Velit, y Las Llamas, del artista Agustín Rivera Eyzaguirre. Fueron entregadas en 1937 y 1935, respectivamente, en lo que hoy es el Paseo de los Héroes Navales, que en aquel tiempo formaba parte de los terrenos del Parque de la Exposición.

“Pocos saben que estas esculturas fueron donadas por la comunidad china. Ambas se mantuvieron en el mismo lugar hasta que se construyó la estación subterránea del Metropolitano. Entonces, los jardines del paseo fueron reemplazados por jardines flotantes. La escultura de La Yunta tenía un pedestal muy pesado que tuvo que ser retirado para aligerar la carga, pero con él se perdió la placa conmemorativa que hacía patente la vinculación con la colonia china de la época”, señala Chinen.

“En una reunión que tuvimos con el alcalde de Lima hace dos meses le mostramos una foto de la

escultura original y cómo luce hoy. Queremos rescatar esa placa conmemorativa o que alguien en la colonia nos alcance fotos que nos puedan ayudar a replicarla tal como era originalmente”, añade. Ambos grupos escultóricos fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura.

En el Paseo de los Héroes Navales, están Las Llamas y la Yunta, esculturas que también donó la colonia en homenaje a la ciudad.

Día de Fiesta

Miembros de APCH se congregan de manera virtual para celebrar en original cita la fundación institucional para celebrar en original cita la fundación institucional

Reunidos a distancia física a través de una plataforma de Internet, como aconsejan las circunstancias y es extendida práctica en estos días pandémicos, miembros de la

Asociación Peruano China (APCH) conmemoraron y celebraron con el ánimo a tope el vigésimo segundo aniversario de fundación institucional.

La cita virtual se produjo el pasado sábado 12, a partir de las 7 p.m., con la conducción de Eduardo Tang, en calidad de maestro de ceremonias, secundado por Rita Cam Abarca, secretaria del Consejo Directivo de APCH.

Aniversario

La animada reunión concluyó con el brindis de los asistentes, apropiadamente precedido por la interpretación del Brindisi (Libiamo ne’lieti calici) de La Traviata de Verdi a cargo del coro de APCH, dirigido por Daniel Álvaro Wang.

El presidente de la institución, Erasmo Wong, abrió el encuentro con una alocución en la que puso de manifiesto el espíritu de integración que orienta a APCH desde su fundación. Como se sabe, el origen de la institución se remonta a un acontecimiento fortuito: un discurso de graduación del presidente de APCH a la primera promoción del MBA de la Universidad de Piura, en 1998, atendiendo a una invitación de Miguel Ferré. La gran cantidad de tusanes entre los miembros de la promoción fue el detonante para convencerlo de la necesidad de unir y consolidar a la comunidad tusán. La presencia entre los graduandos de Juan Wu, cabeza de la empresa Yichang, facilitó la puesta en práctica de la iniciativa. Junto con algunos coetáneos, este había creado años antes la Asociación Tusán que, entre otros emprendimientos, promovió la creación del colegio Juan XXIII. Para

Los participantes de distintas edades recibieron un apetitoso obsequio para celebrar en casa durante el encuentro (arriba, derecha). Sobre estas líneas, Sheilla Tang y Sergio Salas animaron el encuentro virtual. El domingo 13, una misa celebrada por monseñor Raúl Chau cerró el programa conmemorativo. Divididos en dos equipos, los asistentes tomaron parte en los juegos de trivia. Derecha, el Tour Oriente de APCH fue parte del recordatorio propio de la celebración.

entonces, sin embargo, dicha asociación se encontraba menguada, con solamente trece integrantes y decreciendo. Sobre esa experiencia, tras algunas reuniones para ajustar detalles y proceder al traspaso de activos, la nueva institución empezó a tomar forma. Fue, ciertamente, un bautizo de fuego: se cumplían 150 años de la inmigración china en 1999 y APCH inició actividades el 13 de junio de ese mismo año organizando una conmemoración a la altura de las circunstancias.

Pero fueron otros recuerdos –de más reciente data– de la incansable actividad de APCH los que, con ocasión de esta celebración, se compartieron con los entusiastas participantes. También, con el auxilio de aplicaciones disponibles en línea que facilitaron la interacción a distancia, formaron equipos entre ellos y tomaron parte en sendos concursos de trivia y de canta y gana.

Se sumaron a la conmemoración Sheilla Tang, ganadora del reciente concurso de talento musical con ocasión de la celebración del Año Nuevo Chino, acompañada por el guitarrista Sergio Salas. Ambos interpretaron tres piezas de música criolla (“Chola linda”, “La Cotorrita” y “El sol no tiene reemplazo”). Sheilla cerró su participación destacando la labor que cumple APCH y expresando su deseo de “que los tusanes nos acerquemos más a nuestra cultura”. También el coro institucional fundado hace 20 años, ahora bajo la dirección de Daniel Álvaro Wang, puso su cuota musical interpretando, con atinada pertinencia, el brindis (Libiamo ne’lieti calici) de La Traviata de Verdi.

Una sesión fotográfica a distancia de todos los participantes, mostrando el apetitoso obsequio que recibieron para la ocasión, precedió el brindis celebratorio y de despedida de la no por inusual menos alegre y amena celebración.

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