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3.2 Perfil del educador y educando que se pretende alcanzar

En el marco de la Educación en Derechos Humanos, y de la didáctica con enfoque de derechos, se hace necesario determinar un perfil que proyecte un conjunto de rasgos o características del educador, y del educando que se pretende lograr, que respondan coherentemente a los lineamientos y postulados de la propuesta formulada.

Este perfil no pretende ajustarse a un esquema o diseño de un conjunto pre-determinado de rasgos o características rígidas como pre-condiciones o pre-requisitos objetivamente visibles. El perfil es un elemento que se fundamenta en la convicción de que todo ser humano posee potencialidades que pueden coadyuvar a su crecimiento, desarrollo y realización como persona, como profesional y como actor social, siendo, en tal sentido un ser inacabado, perfectible.

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El perfil se constituye en una suerte de meta que se va alcanzando en la dinámica de los procesos de interacción con otros actores del contexto socioeconómico, educativo, cultural y político. A modo de referencia se señalan los siguientes rasgos:

- Firme adhesión a principios axiológicos y prácticas éticas y democráticas. - Clara conciencia de su ubicación y pertenencia a una realidad y contexto histórico, socioeconómico, político, cultural y natural dentro del cual vive e interactúa. - Capacidad crítica-propositiva frente a situaciones y hechos de la realidad local, nacional, regional y mundial. - Sólida convicción sobre la importancia y necesidad de promover, difundir, capacitar, practicar y defender los valores éticos y democráticos. - Elevado nivel de autoestima fundada en la conciencia de su dignidad y valor como ser humano y sujeto de derechos y responsabilidades. - Clara valoración y afirmación de su identidad personal, social y cultural. - Sensibilidad ante los valores estéticos, las artes y la belleza. - Clara comprensión sobre la importancia de la dimensión ética y política del rol que cumple en la sociedad, tanto a nivel profesional y como actor social. - Permanente voluntad de superación, tanto en lo personal como en lo profesional. - Responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes personales, profesionales y cívicopolíticos. - Espíritu de crítica positiva y disposición a la autocrítica. - Sólida convicción de la importancia y necesidad del diálogo en las relaciones de convivencia ciudadana. - Capacidad de iniciativa y disposición al trabajo en equipo. - Humildad, sencillez, sin afán de vanos protagonismos personalistas. - Capacidad de escucha.