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2.3. RIESGOS PARA LA SALUD
from Exposición laboral a gasolina en las estaciones de servicios del principado de Asturias. Instituto A
La mayor parte de los daños a la salud que produce la exposición a la gasolina son debidos a cada uno de sus componentes químicos de forma individual. En todo caso, respecto del riesgo higiénico, el compuesto de la gasolina que es destacable y que determina un riesgo más importante para la salud es el benceno, puesto que está clasificado como cancerígeno de categoría 1A (se sabe que es cancerígeno en base a la existencia de pruebas en humanos) y está presente en la gasolina en una concentración de hasta el 1,0% v/v (7, 10).
La exposición a gasolina se puede originar por diferentes vías. Al ser un líquido muy volátil,
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la vía de entrada inhalatoria es la más importante y de absorción más rápida.
Respecto a los trabajadores de las estaciones de servicio, en el momento del repostaje de los vehículos se produce la evaporación a la zona de respiración del trabajador de parte de la gasolina que suministra por desplazamiento de los vapores del depósito durante su llenado, o cuando la gasolina se derrama de forma accidental tanto sobre la superficie de equipos, ropa de trabajo, etc. como sobre el suelo.
Otra posible vía de exposición es el contacto dérmico por salpicaduras con gasolina, tanto de forma directa a la piel, como por el uso de ropa contaminada en contacto con la misma.
Por otro lado existe la posibilidad de estar expuesto a gasolina por vía digestiva debido a malas prácticas de higiene personal, como comer o beber en el lugar de trabajo, etc.
La inhalación de niveles altos gasolina durante cortos periodos de tiempo o la ingestión de cantidades importantes origina daños en el sistema nervioso. Estos efectos se incrementan a medida que la dosis es mayor. Otros efectos menos importantes, pueden ser mareos o dolor de cabeza mientras que los más graves son el coma y la incapacidad para realizar la respiración.
Tras la ingestión de ciertas cantidades de gasolina, se pueden originar efectos dañinos sobre los pulmones cuando la persona la vomita y se produce la entrada de gasolina directamente a los mismos.
En experimentos con animales que han respirado altas concentraciones de gasolina de forma continuada durante 2 años, se ha constatado el desarrollo de cáncer de hígado y de riñón.
Aunque la población general puede estar expuesta a gasolina, en el ámbito laboral existen ciertos trabajos que presentan un mayor riesgo de exposición a gasolina, entre los que destacan los trabajadores del puesto de expendedor de las estaciones de servicio, además de los que realizan el transporte de cisternas de este carburante, trabajadores de terminales de carga de gasolina o que realicen tareas de mantenimiento reparación de depósitos, comprobación metrológica de aparatos surtidores, etc.
Una vez que la gasolina entra en el organismo viaja a través del torrente sanguíneo, sus componentes se metabolizan en el hígado produciéndose otros compuestos (metabolitos) que se eliminan en parte por la orina a través de los riñones. Sin embargo otra parte de los metabolitos no son eliminados de forma tan rápida.
A continuación se desarrollan con más detalle los principales daños a la salud que causa la
gasolina según la vía de entrada de la que se trate, recogidos en el documento Toxicological profile for Gasoline (ATSDR) (6), complementado en cuanto a lo referido sobre cáncer, con los documentos State of the science on the carcinogenicity of gasoline with particular reference to cohort mortality study results (Infante) (18), la monografía 45 Gasoline (IARC) (8), y el artículo Risk of cancer and exposure to gasoline vapors (Lynge) (19):
2.3.1. Vía respiratoria
Muerte: Se ha determinado que la inhalación de concentraciones de vapores de gasolina en aire del orden de 15·103 mg/m3 causa la muerte.
En cuanto a efectos sistémicos se consideran los siguientes:
Respiratorios: La inhalación de concentraciones elevadas de gasolina en aire, produce la irritación de los pulmones, congestión, edema y hemorragia intrapulmonar.
Se ha observado hiperemia (acumulación de sangre) en la mucosa de la tráquea y los bronquios, hemorragia intraalveolar y necrosis alveolar.
Existen estudios en los que se han observado cambios en la estructura del tejido pulmonar inducidos por los vapores de gasolina a concentraciones que previamente no se pensaba que causaban efecto, porque simplemente no se habían medido determinados parámetros de la función pulmonar o no se había examinado suficientemente la estructura de los tejidos.
Cardiovasculares: Aunque existen estudios que han determinado efectos cardiovasculares por exposición inhalatoria a gasolina con plomo, no se han observado efectos cardiovaculares relacionados con la exposición a vapores de gasolina sin plomo, como la que actualmente se expende.
Gastrointestinales: No se han observado efectos gastrointestinales causados por la inhalación de vapores de gasolina.
Hematológicos: El benceno que está presente en la gasolina puede producir efectos hematológicos, discrasias o alteraciones sanguíneas, tales como anemia, hipocromía, neutropenia y trombocitopenia.
Musculoesqueléticos: No se han observado efectos musculoesqueléticos causados por la inhalación de vapores de gasolina (sin plomo).
Hepáticos: No se han encontrado estudios sobre efectos hepáticos en humanos debidos a la inhalación de vapores de gasolina. Sin embargo en animales se ha observado hipertrofia hepática, además de necrosis y hemorragias asociadas a tumores en el hígado.
Renales: No se han encontrado estudios sobre efectos renales en humanos en relación con la inhalación de vapores de gasolina.
En animales de experimentación se han descrito el síndrome de nefropatía inducida por hidrocarburos debida a la inhalación crónica de vapores de gasolina. Este síndrome causa la dilatación y necrosis de los túbulos renales, pero al parecer estos resultados no son extrapolables a humanos.
Endocrinos: No se han encontrado estudios sobre efectos endocrinos en humanos en relación con la inhalación de vapores de gasolina.
Dérmicos: No se han encontrado estudios sobre efectos dérmicos en humanos en relación con la inhalación de vapores de gasolina.
Oculares: La exposición de personas a concentraciones de unos 600 mg/m3 durante 30 min o 1500 mg/m3 durante 1 h causan irritación ocular.
Peso corporal: No se han encontrado estudios sobre cambios en el peso corporal de las personas expuestas a vapores de gasolina por vía inhalatoria. Sin embargo, en animales se ha determinado una disminución significativa de peso corporal en exposiciones crónicas.
Respecto a efectos inmunológicos no se han encontrado estudios sobre los mismos en personas en relación con la inhalación de vapores de gasolina.
Efectos neurológicos: La exposición aguda de personas a altas concentraciones de vapores de gasolina se caracteriza por una serie de efectos neurológicos que aumentan con la dosis y duración de la exposición y pueden incluir mareos, dolor de cabeza, vértigo, euforia, visión borrosa, náuseas, somnolencia, anestesia y coma.
La exposición crónica de trabajadores a vapores de gasolina también se asocia a efectos neurológicos, pero en los estudios realizados que se citan en la bibliografía consultada no se puede discernir si son efectos producidos por los hidrocarburos o por el plomo que formaba parte de su composición y que actualmente no está presente.
Efectos sobre la reproducción: No se han encontrado estudios sobre efectos sobre la reproducción en personas en relación con la inhalación de vapores de gasolina.
En animales no se han observado variaciones en la calidad del esperma, ni incremento significativo en pérdida de embriones, ni cambios histopatológicos en órganos sexuales. Sin embargo, se ha reportado un aumento significativo de casos de atrofia uterina.
Efectos sobre el desarrollo: No hay datos suficientes para asegurar que la exposición a gasolina de madres gestantes provoque efectos en el desarrollo de sus hijos.
Efectos genotóxicos: El potencial genotóxico de la gasolina en humanos se ha evaluado mediante ensayos de inducción de micronúcleos en trabajadores de estaciones de servicio expuestos a vapores de gasolina. Se concluye que existen efectos genotóxicos (daños cro-
mosómicos) que podrían ser explicados por la presencia de benceno en su composición. Hay que señalar que la concentración de benceno en estos estudios era de hasta el 5% v/v y que la gasolina actual tiene menor contenido en benceno, por lo que resulta difícil determinar el grado de daño que podría originar a este respecto.
Cáncer: Se han realizado muchos estudios epidemiológicos sobre trabajadores expuestos a productos del petróleo e hidrocarburos incluyendo la gasolina. Sin embargo, estos estudios tienen limitaciones importantes que hacen que no puedan ser usados como evidencia de la asociación entre exposición a vapores de gasolina y cáncer.
Hay que decir que existen importantes interferentes en este tipo de investigaciones debido a la concurrencia de otras sustancias potencialmente cancerígenas, tales como los humos de combustión de los vehículos a los que suministran, o no tener en cuenta el ajuste de variables distorsionantes (como el fumar), etc.
Hay numerosos estudios de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) que concluyen que no se puede establecer una relación directa entre la exposición a vapores de gasolina y el cáncer.
Se ha observado un incremento del riesgo de padecer mieloma múltiple (MM) en los trabajadores expuestos a la gasolina que sugieren un papel etiológico del benceno. El MM afecta al hueso (especialmente al cráneo), la médula ósea y el riñón y se basa en una proliferación maligna de células de la médula ósea.
En estudios epidemiológicos realizados en Suecia se ha descrito un aumento moderado de padecer cáncer de páncreas entre trabajadores en puesto de expendedor de estaciones de servicio.
En otra investigación epidemiológica (19) realizada sobre la incidencia de cáncer en una cohorte de 19000 trabajadores, de entre 20 a 64 años, de estaciones de servicio en los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Suecia y Noruega), expuestos a vapores de gasolina en las tareas de expedición de carburante, se concluyó lo siguiente:
1 Los trabajadores de las estaciones de servicio en los países nórdicos tuvieron un incremento del riesgo de 30% de padecer cáncer de hígado respecto de la población general.
1 Los riesgos de padecer cáncer de faringe, laringe y de pulmón de estos trabajadores se incrementaron respecto de la población general, un 60%, 40% y 20%, respectivamente. Estos datos suponen diferencias notables respecto al resto de la población.
La International Agency for Research on Cancer (IARC) (8) refiere que respecto a la exposición a gasolina hay pruebas insuficientes (inadequate evidence) de su carcinogenicidad en humanos, y hay pruebas limitadas (limited evidence) de su carcinogenicidad en animales de experimentación, por lo que clasifica a la gasolina como posible carcinogénico para humanos (grupo 2B).
Respecto a los estudios realizados en animales se ha observado relación entre la exposición crónica a gasolina y un incremento de la incidencia de tumores en los túbulos renales. En base a los estudios en animales la EPA (Environmental Protection Agency) ha clasificado a la gasolina como probable carcinógeno.
Por otro lado se han descrito en animales la relación entre la exposición crónica a gasolina y un incremento de la incidencia de tumores hepatocelulares que produjeron metástasis en pulmones. Sin embargo, el mecanismo de producción de este tipo de tumores en animales, además de otras consideraciones procedimentales, provoca que no se pueda extrapolar al riesgo de cáncer en humanos.
2.3.2. Vía digestiva
Muerte: La ingestión accidental o intencionada de grandes cantidades de gasolina puede causar la muerte en humanos.
La dosis letal por vía digestiva se ha estimado en 350 g o 5 g/kg de peso corporal.
La causa de la muerte que sigue a la ingestión de gasolina puede ser una neumonitis química severa (inflamación de los pulmones) provocada por la aspiración de gasolina que desemboca en asfixia —una depresión del sistema nervioso central que origina un fallo respiratorio—, o también podría deberse a una sensibilización cardiaca que provoca arritmias fatales.
En cuanto a efectos sistémicos, no se han encontrado evidencias en humanos de efectos musculoesqueléticos, dérmicos, cardiovasculares, oculares, cambios en peso corporal o inmunológicos, reproductivos, sobre el desarrollo, genotóxicos o cancerígenos debidos a la exposición a gasolina por vía oral.
Respiratorios: La ingestión accidental o intencionada de gasolina produce una aspiración de la misma hacia los pulmones debido a su alta volatilidad y a su poca tensión superficial.
Por tanto, el efecto más común asociado a la ingestión aguda en humanos, es la neumonía que frecuentemente se acompaña de dificultad respiratoria, edema pulmonar, enfisema y hemorragias alveolares localizadas, pudiendo llegarse a la muerte por asfixia.
Gastrointestinales: Se han observado daños en el tracto digestivo después de la ingestión de gasolina tales como esofagitis severa, gastritis, degeneración del epitelio y mucositis de la cavidad oral.
Hematológicos: Se han descrito la hemolisis y anomalías que suponen la interrupción de los mecanismos de coagulación sanguínea.
Hepáticos: No se ha encontrado probable que la ingestión de gasolina provoque un efecto tóxico específico en el hígado.
Renales: Se han descrito daños renales en numerosos casos de individuos que han ingerido accidental o intencionadamente gasolina, tales como oliguria, necrosis tubular, edema, hematuria o fallo renal.
Neurológicos: Se han descrito complicaciones en el sistema nervioso central después de la exposición accidental a gasolina por vía oral, tales como convulsiones, coma y somnolencia. Estos efectos se pueden atribuir a la hipoxia derivada de la neumonitis química producida.
2.3.3. Vía dérmica
Muerte: No existen evidencias de efectos mortales después de la exposición dérmica a gasolina.
Respecto a efectos sistémicos, no se han descrito efectos cardiovasculares, gastrointestinales, musculo esqueléticos, respiratorios, hematológicos, hepáticos, renales, oculares, inmunológicos, genotóxicos, neurológicos, reproductivos, efectos en el desarrollo, o cancerígenos causados por la exposición por vía dérmica de la gasolina.
Dérmicos: La gasolina produce irritación dérmica, hasta el punto de originar quemaduras químicas (tanto superficiales como más profundas) en las zonas de contacto prolongado con la piel.
En estudios realizados en animales se comprueba también que la gasolina es un irritante cutáneo.