
9 minute read
Patriarcado, machismo, desigualdades de género, sexismo e interseccionalidad
¿Qué es el Patriarcado?
Advertisement
En su sentido literal significa gobierno de los padres. Es decir el predominio o mayor autoridad del varón en una sociedad o grupo social. Históricamente el término ha sido utilizado para designar un tipo de organización social en el que la autoridad la ejerce el varón jefe de familia, dueño del patrimonio, del que formaban parte los hijos, las hijas, la esposa, los esclavos y los bienes. La familia es una de las instituciones básicas de este orden social.
Es un sistema de relaciones sociales basadas en diferentes instituciones públicas y privadas que trazan un pacto interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, ejercen su dominio sobre las mujeres e identidades de género feminizadas también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia.
Es un sistema que hace 6.000 años justifica la superioridad y dominación de las masculinidades dominantes por sobre las mujeres y otras identidades, construyendo un modelo “natural” de cómo debe ser la vida; estableciendo lo que está bien y lo que está mal para legitimar su poder a través de las prácticas sociales: en la familia, en la escuela y en el trabajo, en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, no es la única forma posible de organizar nuestras vidas en sociedad; como cualquier construcción social puede ser modificado o transformado con el anhelo de una sociedad libre de violencias hacia las mujeres y diversidades. Se estima que el homo sapiens surgió hace 300.000 o 200.000 años y el sistema patriarcal ha definido las sociedades de los últimos 6000 años. ¿Cómo era la organización relacional antes, es decir en más del 97% de la historia de la sociedad?
Patriarcado, machismo, desigualdades de género, sexismo e interseccionalidad
Con la formación de los Estados modernos, el poder sobre los demás miembros de su familia pasa de manos del padre de familia al Estado, o instituciones públicas y privadas que dan lugar a normas, leyes, valores, ideas y prácticas que reproducen la lógica patriarcal. Como resultado de ello, la sociedad se encuentra centrada en la figura del varón y tanto las mujeres, como otras identidades genéricas no binarias, quedan subordinadas de manera práctica y simbólica en todos los ámbitos de la vida: la familia, el trabajo, el deporte, las organizaciones, la política, es decir en la vida social en general. Se puede hablar, entonces, de un Estado patriarcal que garantiza a través de la ley y la economía, la sujeción de las mujeres al padre, al marido y a los varones en general, impidiendo su constitución como sujetos políticos.
Los debates sobre el patriarcado tuvieron lugar en distintas épocas históricas y fueron retomados en el siglo XX por el movimiento feminista de los años sesenta en la búsqueda de una explicación a las desigualdades que sufrían las mujeres. Ponerle nombre al sistema significó visibilizar el carácter estructural de las violencias y discriminaciones: ya no se trataba más de vivencias individuales, hechos anecdóticos, ni circunstancias particulares; por fin era posible afirmar que era la sociedad entera la que se regía por normas que, de manera sistemática, subordinaban a las mujeres e identidades diversas.
En el siguiente video realizado por la Universidad de General Sarmiento se nos invita a reflexionar a través de algunas escenas muy comunes de nuestra vida cotidiana sobre qué es el patriarcado y cuáles son las normas y mandatos que impone según el género. Les invitamos a verlo y pensar si reconocen alguna de estas experiencias en ustedes u otras personas:

Fuente: El Patriarcado. Elaborado por la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Patriarcado, machismo, desigualdades de género, sexismo e interseccionalidad
Analicemos nuestras propias vivencias e intentemos observarlos con perspectiva de género ¿Qué elementos patriarcales recuerdan?
Sigamos completando el GLOSARIO, Gerda Lerner (1986) definió al patriarcado como: “La manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”. Una definición demasiado binaria para estos tiempos, por lo que proponemos definirlo como:
Patriarcado: un sistema de relaciones sociales basadas en diferentes instituciones públicas y privadas que trazan un pacto interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva ejercen su dominio sobre las mujeres e identidades de géneros no binarias en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia.
La diferencia sustancial entre el significado del término en la teoría feminista y el significado tradicional en la sociología es que para el primero el patriarcado no existe solo en las sociedades primitivas, sino también en las civilizaciones complejas, existiendo una continuidad histórica entre el patriarcado de las sociedades antiguas y el patriarcado de las sociedades contemporáneas.
¿Qué es el Machismo?
El machismo es la traducción ideológica, la expresión cotidiana y permanente del patriarcado. Engloba un conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la superioridad de lo masculino sobre lo femenino y se puede observar a cada segundo en comportamientos y expresiones hostiles y hasta en gestos que podríamos ver como positivos o “de caballero”, en cualquier ámbito, con cualquier persona y todo el tiempo.
El machismo tiene como fin poner en evidencia el poder masculino para afirmar así la estructura patriarcal. Es una actitud inherente en los varones, buscando conservar su masculinidad, y con ella sus privilegios y su poder, pero también es reproducida por mujeres, porque –aunque se perjudican con ella– es la ideología aprendida a lo largo de nuestras vidas, a través de la cultura, la comunicación, el lenguaje y la educación.
Se manifiesta con prácticas y discursos disciplinantes sobre quienes no ejercen la masculinidad hegemónica, invalidando cualquier palabra, identidad o práctica que pueda poner en riesgo el carácter de “verdad absoluta” de aquellas ideas que sostienen el patriarcado como única forma de dominación y organización social posible.
Patriarcado, machismo, desigualdades de género, sexismo e interseccionalidad
Para nuestro GLOSARIO:
Machismo: conjunto de ideas, actitudes y comportamientos sexistas que tienen por objeto establecer o mantener el predominio de los hombres sobre las mujeres, tanto en el ámbito público como en el privado. Se da tanto en hombres como en mujeres, ya que tiene un fuerte componente cultural y educativo, muy arraigado socialmente e incluso bien visto en diferentes sociedades y épocas. De ahí la necesidad de que la familia y la escuela eduquen y socialicen a niños y niñas en valores y comportamientos no sexistas.
Desigualdades de Género
La desigualdad de género se expresa en los privilegios y la supremacía del poder que se les asigna a los hombres frente a las mujeres e identidades feminizadas.
Es estructural e inherente a la sociedad en la que vivimos, por lo tanto, opera y se manifiesta en los diferentes ámbitos de la vida; tanto en lo privado (doméstico y familiar) como en lo público (instituciones educativas, deportivas, de salud, en el trabajo, en la política, etc.).
Es importante identificar y reconocer las desigualdades de género como transversales a todas las esferas de la sociedad, que se manifiestan en cada una de nuestras relaciones. En nuestra vida cotidiana poner foco sobre la desigualdad nos permite dejar de naturalizar situaciones, abandonar roles que nos son asignados interponiéndose a nuestros deseos, libertades y condiciones de vida. Nos posibilita a construir nuestra autonomía.
En la función pública, conocer las situaciones de inequidad, exclusión y violencia estructural que atraviesan las mujeres y personas no binarias nos hace tomar conciencia de que cada decisión y acción política que tomamos puede incidir en
las brechas de género, tanto para igualar en la construcción de una sociedad más
libre y equitativa como para profundizar esa desigualdad.
Incorporando el concepto al GLOSARIO:
Desigualdad de género: distancia y/o asimetría social entre hombres y otros géneros. Históricamente, las mujeres han estado relegadas a la esfera privada y los hombres, a la esfera pública. Esta situación ha derivado en que las mujeres tengan un limitado acceso a la riqueza, a los cargos de toma de decisión, a un empleo remunerado en igualdad a los hombres, y que sean tratadas de forma discriminatoria. La desigualdad de género se relaciona con factores económicos, sociales, políticos y culturales, cuya evidencia y magnitud puede captarse a través de las brechas de género.
Patriarcado, machismo, desigualdades de género, sexismo e interseccionalidad
¿Qué es el Sexismo?
La idea de sexismo fue propiciada desde el feminismo en la década de los sesenta. Se refiere a la ecuación simbólica y política que pretende ordenar el mundo de acuerdo con la superioridad del varón en relación con la mujer. Es complementario del androcentrismo que generaliza “lo humano” como masculino, expulsando a las mujeres del mundo real y del universo simbólico.
Corresponde considerar los efectos del sexismo en la producción de discriminaciones que alcanzan a los hombres intentando disminuirlos por alguna característica sexual mediante comparaciones anatómicas de sus genitales, por ejemplo el tamaño del pene.
Para el GLOSARIO usaremos la definición de Eva Giberti (2008):
Sexismo: conjunto de actitudes y comportamientos que instala la discriminación entre las personas basándose en su sexo. Se organiza en forma de prejuicio y creencia, y se pone de manifiesto mediante el lenguaje, símbolos y costumbres históricamente arraigadas.
Interseccionalidad
El concepto de interseccionalidad es útil para integrar las desigualdades de género con otros ejes de desigualdad, tales como clase social, edad, raza/etnia o ciudadanía y proporciona un enfoque multidimensional para el abordaje de las desigualdades y discriminaciones.
La interseccionalidad nos permite ver desigualdades que se superponen y que a primera vista obviamos, y nos muestra que si alguien padece un gran número de identidades oprimidas, estas acabarán provocando opresiones también múltiples.
Es un enfoque que subraya que el género, la etnia, la clase y la orientación sexual, entre otras, son categorías sociales “no biológicas” y “no naturales”, sino que están construidas e interrelacionadas. No es lo mismo ser una mujer con poder económico que una que ni siquiera tiene salario. No es igual ser heterosexual que trans o ser lesbiana. Ni una con discapacidad. Ni con avanzada edad. Muy distinto es ser blanca que negra. Y mucho más cuando se pertenece a varias de estas identidades juntas. En este sentido, el análisis interseccional evita tener una visión única o universalista de las identidades de género no binarias, para tener en cuenta las desigualdades y discriminaciones por razones de sexo, orientación sexual, identidad de género, discapacidad, edad y pobreza. ¡Kimberlé Williams Crenshaw, académica y profesora estadounidense nos da una definición que es útil para el GLOSARIO que venimos ampliando:
Patriarcado, machismo, desigualdades de género, sexismo e interseccionalidad
Interseccionalidad: fenómeno por el cual cada persona sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales.

¿Que habría pasado si Einstein, Schrödinger o Fleming hubieran nacido mujeres?

No More Matildas