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1. Introducción
1. Introducción
Aunque una parte de la fruta sea consumida inmediatamente, otra parte muy importante es conservada y/o exportada para ser consumida más adelante, dependiendo de la especie y de la situación del mercado en cada momento. Hoy en día existen pocos estudios que nos muestren el potencial de conservación que tienen las distintas especies de fruta de hueso cultivadas en nuestras tierras. También se dispone de poca información de cómo las distintas tecnologías de conservación y/o exportación en frío afectan a la calidad global de la fruta. Si a todo esto le añadimos el desconocimiento de las preferencias de los consumidores finales, se nos presenta un problema grave a resolver.
La comercialización de fruta de hueso presenta dos principales problemas: la falta de calidad del producto en el punto final de venta y el estancamiento o disminución del consumo. Respecto a la falta de calidad es importante destacar que ésta se debe, principalmente, a dos factores: el estado de madurez en el momento de la cosecha y el efecto de diferentes prácticas y tecnologías postcosecha. Esta queja es común en muchos países productores como Italia, Francia o Estados Unidos.
Cada variedad, dentro de una misma especie, tiene unas características intrínsecas, controladas mayoritariamente por su “background” genético, que determinan su vida útil y su susceptibilidad o sensibilidad a sufrir alteraciones postcosecha (harinosidad, cuerosidad, pardeamiento y enrojecimiento de la pulpa). El conocimiento en profundidad de estas variedades permitiría mejorar la calidad del fruto y optimizar la logística de exportación.