La Ecolimpia

Experiencia Cooperativismo y ecología contra el desempleo

Limpiar con respeto José Luis Palacios

A nadie se le escapa la dificultad de crear empleo en estos momentos. Más aún para personas desfavorecidas. Sin embargo, no faltan «emprendedores sociales» que logran el milagro de levantar empresas capaces de conjugar el beneficio social, ambiental y económico. «La Ecolimpia» es una de ellas.

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a actividad de esta entidad, en realidad una Unión Temporal de Empresas (UTE), se define como un «un servicio de limpieza profesional con productos ecológicos para promover espacios sanos». La plantilla esta formada por ocho personas, todas mujeres, siete limpiadoras y una gerente, Diana Gómez Fidalgo, experta en consultoría medioambiental.

Componen la UTE, «Redes Cooperativa de Intervención Social» –una entidad que opera en el barrio de Carabanchel (Madrid) con distintos programas sociales, algunos en colaboración con el Ayuntamiento–, «RREBRAND unocomunicación» –otra cooperativa de servicios estratégicos e imagen corporativa para empresas e instituciones que aspiran a combinar lo social, ambiental y económico– y «PRAXXIS» –una sociedad laboral con experiencia en la formación laboral de personas discapacitadas y la gestión

empresarial responsable–. La primera aporta su conocimiento del mundo de la exclusión y las necesidades de las personas que participan en sus procesos de reinserción laboral; la segunda ha diseñado la identidad de la empresa, su imagen de marca, así como la atención al cliente; mientras que la tercera se encarga de la gestión más puramente empresarial y de auditar desde la perspectiva del triple balance la actividad. La idea es que después de un tiempo, estimado en aproximadamente dos años, la iniciativa haya adquirido la consistencia suficiente como para crear una cooperativa que estaría en manos de las trabajadoras, de modo que las tras entidades mencionadas puedan retirarse del accionariado y la gestión.

Beatriz Macarrón, miembro de «Redes Cooperativa de Intervención Social» dedicada a la atención de personas en riesgo de exclusión, relataba en la sección «Grietas en el

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Experiencia muro» de la web de Cristianismo y Justicia la razón de ser de «La Ecolimpia» de este modo: «A pesar de nuestros esfuerzos, nos dábamos cuenta de que la ausencia de empleo era un elemento con el suficiente peso específico como para no permitir salir adelante a muchas de estas personas. Los problemas derivados de la falta de un trabajo remunerado son innumerables… ¡y complican enormemente el salir del círculo de la pobreza!».

Ante este panorama, surgió la idea de montar una empresa que pudiera dar trabajo a alguna de estas personas y cuya actividad cubriera la necesidad de otras personas respetando el propio entorno. La intuición primera ha acabado transformándose en un serivicio de limpieza con productos ecológicos de empresas y hogares, identificados con los valores de la economía social, capaz de fomentar trabajo en condiciones dignas, respetuoso con la salud de las propias empleadas y el medio ambiente. «Analizando los perfiles de mujeres con las que intervenimos en la cooperativa, decidimos lanzar un servicio de limpieza con productos ecológicos, ¡el primero en Madrid!», explica Beatriz.

Gracias a la concesión de un crédito a fondo perdido por parte de la Obra Social de La Caixa, en noviembre de año pasado, se constituyó esta particular empresa. Explica Diana que «partir de cero era inviable» por lo que la ayuda económica destinada a «cubrir el déficit de arranque» ha jugado un papel clave. Antes de ofrecer sus servicios, las trabajadoras se han formado específicamente en el uso de los productos concretos libres de tóxicos, no perjudiciales y ecológicos; en las tareas que iban a desempeñar y en el trato con el cliente. Después, desarrollaron un mes y medio de prácticas laborales en empresas y hogares para entrenarse en lo que pronto iba a ser su realidad cotidiana.

para contratar a media jornada a una persona, pero es un principio prometedor, que hasta se está viendo complementando con la venta de los productos ecológicos de limpieza en ámbitos cercanos, la formación en el uso de estas sustancias para personas que ya trabajan en la limpieza y la evaluación de la posible «subrogación» de trabajadoras domésticas ya empleadas a través de «La Ecolimpia».

El servicio completo supone la puesta a disposición de un pack mensual de productos ecológicos, que no han sido usados con animales, son respetuosos con la salud de las personas y están certificados con la etiqueta «Ecolabel»; el contrato directo con «La Ecolimpia», seguro de responsabilidad civil y garantía de sustitución por baja o enfermedad de la trabajadora; una revisión mensual para evaluar la prestación del servicio; y el acompañamiento social, psicológico y laboral de las trabajadoras, que incluye también la formación continua en productos y su manipulado, así como en emprendimiento y desarrollo del servicio. «La Ecolimpia» adquiere el compromiso de difundir el nombre de la empresa que contrata sus servicios a través de la web como empresa responsable.

«Las empresas y particulares que demanden nuestros servicios han de ser gente consciente y sensibilizada», expone Diana, quien confiesa que su actual empeño es «conseguir más horas de trabajo para las siete trabajadoras», mujeres solteras con cargas familiares que han terminado sus procesos de inclusión social, con experiencia laboral previa y con ganas de trabajar, «aunque eso suponga perder las prestaciones que puedan estar cobrando».

Las empresas y particulares que demanden nuestros servicios han de ser gente consciente y sensibilizada

Por el momento, han conseguido dos clientes estables, dos empresas con conciencia: «Coocrea», una empresa de formación, y «Sannas», una red de empresas que trabaja en el sector ambiental en diferentes ramas –que además acoge en sus espacios a «La Ecololimpia»–. Esporádicamente, han conseguido la limpieza general de alguna que otra vivienda. No son muchas horas de trabajo, apenas hay 34 78

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Confía Beatriz en que «el servicio es bueno y en que habrá gente que le de el valor que tiene a esta iniciativa de emprendimiento social. Sabemos que el reto al que nos enfrentamos es grande, pero más grande es la convicción de que saldrá bien. Es una iniciativa soñada y construida colectivamente que nos ha unido con un objetivo común: hombres y mujeres; con formación o sin ella; de distintas nacionalidades y recorridos profesionales… A ellas les hace falta mantener a sus familias y sentir que pueden; a nosotras nos emociona ver que podemos favorecerlo… y todas necesitamos esperar contra toda esperanza». n