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LA GENERACIÓN CONTRA RELOJ

Todo tiene su tiempo debajo del sol…

“Ir despacio”, “tomarse el tiempo necesario”… parece no son las expresiones que ahora abundan en nuestro vocabulario. Más bien “apúrate” es la palabra que entra en el vocabulario de todos.

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Hoy vivimos la era de las velocidades supersónicas o quizá “galácticas”, todo debe ser para “ya”, para “ahora”. Los niños se apresuran a tener novia y las niñas novio, las jóvenes parejas quieren tener experiencias sexuales como los casados lo más pronto posible, los artistas quieren el triunfo inmediato, sin “quemar etapas”; los futbolistas con talento debutan a los 16 años en las ligas mayores… Es decir, parece que ya no queremos disfrutar de cada etapa… Todo lo queremos ya… Somos una “generación contra reloj”, apurada, frenética, afanada, angustiada…

El detenerse en el camino y disfrutar el presente es el privilegio de unos pocos iluminados. La sociedad consumista nos empuja a diario a tomar decisiones impensadas, sin tomarnos el tiempo para meditar lo que haremos. Muchas veces, me he sorprendido cómo me han “obligado” las circunstancias a correr a la par de otros que ya no se detienen… Me como una hamburguesa que no me gusta porque tengo prisa, me subo al “pedalazo” al bus porque se me hizo tarde (con peligro de caerme…), me compro el par de zapatos incómodos pero a la moda, todo porque había que hacerlo “ya”; hago una negociación de la cual me arrepiento al día siguiente porque tuve que hacerlo aquel mismo día…

Hoy quiero detenerme, aquí, exactamente en estas líneas, para pensar… ¿Qué objeto tiene el correr tanto?

Hoy quiero pensar en las palabras de Salomón que expresó: “Todo tiene su tiempo debajo del sol…” y agregarle aquellas otras expresadas por Jesús para sazonar las anteriores: “No se afanen por el día de mañana… Basta a cada día su afán” (Mateo 6.34). Es decir, vivamos hoy, disfrutemos hoy. ¿Por qué correr tanto?

Hoy, entonces, haré mi mejor esfuerzo, daré mi mejor sonrisa, disfrutaré de la amistad de mis amigos, expresaré mi amor a mi esposa e hijos con palabras de aliento, abrazos cariñosos, pequeñas cortesías… Mañana será otro día… para disfrutarlo. Viviré hoy. Dejaré de correr sin darme cuenta de un hermoso paisaje, la sonrisa maravillosa de un niño, el cielo azul y el viento refrescante… Me concentraré en las cosas positivas que sucedan a mi alrededor… hoy. Las malas, trataré de minimizarlas… hoy mismo.

Todo tiene su tiempo. Todo tiene su lugar. Si toca estudiar, estudiemos. Si toca jugar, juguemos. Si toca trabajar, trabajemos. Ya llegará el momento que esperamos. No nos angustiemos imaginando el futuro en el presente. No amarguemos el presente con las amarguras del pasado. Vivamos HOY.

Edin Yaxcal

Hoy, 12 de febrero 2008.