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Celebro, siento y viajo a mi interior
Celebro la conversión ecológica
Celebrar la conversión ecológica consiste en dar gracias y alegrarse en grupo por las personas y las experiencias personales que nos hacen cambiar y mejorar la Creación (los demás, la naturaleza, uno mismo…). Es tomar conciencia de las injusticias sociales y de los problemas medioambientales. Es cambiar la forma de vivir consumista y destructiva por una nueva: consumir de forma responsable y solidaria, compartir con los necesitados, cuidar la naturaleza y los animales…
1 En pareja, preparamos la celebración con las siguientes actividades: a) Leed y explicaos mutuamente la definición anterior. Después, contestad: ¿Qué cuatro actitudes y comportamientos producen en la persona su conversión ecológica? b) Dialogad: ¿Cuál ha sido la persona o experiencia que más te ha hecho cambiar, convertirte y practicar la ecología integral? ¿Por qué motivo le darías las gracias en esta celebración? c) Cread una presentación o tarjeta (online o impresa). Ilustrarla con un dibujo, una fotografía y materiales reciclados (hojas y flores secas, cartón…). Escribid vuestras dos experiencias o personas y darles las gracias por su ayuda. ¡Ayudaos del ejemplo!

2 Participamos en la celebración: a) Vemos en silencio el vídeo: «Lenin Vladimir Cárdenas Torres, RESPIRAR BEBE», que podemos encontrar escribiendo estas palabras en el buscador de Internet. Después, dialogamos: ¿Qué sentimientos te ha despertado? ¿Te ayuda a tu conversión ecológica? ¿Por qué? b) Cada pareja lee y explica su presentación, y la clase aplaude. c) Evaluamos la celebración: ¿Para qué te ha servido? ¿Qué ha sido más positivo y negativo?
«Esta conversión supone (…) gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre. (…) La amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. (…) La conciencia de que cada criatura refleja algo de Dios y tiene un mensaje que enseñarnos, o la seguridad de que Cristo ha asumido en sí este mundo material y ahora, resucitado, habita en lo íntimo de cada ser, rodeándolo con su cariño. (…) El reconocimiento de que Dios ha creado el mundo inscribiendo en él un orden y un dinamismo que el ser humano no tiene derecho a ignorar. Cuando uno lee en el Evangelio que Jesús habla de los pájaros, y dice que «ninguno de ellos está olvidado ante Dios» (Lc 12, 6), ¿será capaz de maltratarlos o de hacerles daño?» (Papa Francisco: Encíclica Laudato Si, 2015, n.° 220 y 221).
Experiencias De Nuestra Conversi N Ecol Gica
• Mi madre recogió a Sora, una perra abandonada en la carretera. La adoptamos y me enseñó a responsabilizarme de cuidarla.
• ¡Gracias, mamá, por salvar a Sora! ¡Gracias por cuanto nos queremos!
• Mi padre colabora como voluntario en un banco de alimentos de Cáritas. Y reza a Dios para construir un mundo mejor.
¡Gracias, papá, por ser solidario!
¡Gracias por enseñarme a compartir!