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Trabajar gratis: la vida de los y las concurrentes en CABA

Poner el cuerpo sin recibir nada a cambio

Trabajan más de 20 horas semanales en hospitales y salas de salud de la Ciudad pero no perciben sueldos, no tienen derechos laborales, aportes ni ART. ¿En qué consiste una modalidad que roza el trabajo esclavo? horas de su vida durante 4 días de la Texto: El Grito del Sur semana a una actividad por la cual otra persona, en igualdad de condiciones,

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Srecibe un pago. La única diferencia on 20 horas a la semana con entre un residente y un concurrente las mismas tareas que un residente es el orden de mérito en un concurso médico: atienden pacientes, medican, público. La meritocracia en su forma recetan, diagnostican, intervienen. más pura. Trabajan en hospitales públicos, en salitas de barrio, o en cualquier tipo de 2. No tienen ART: eso implica que efector de salud que tenga el concurno cuentan con ningún tipo de protecso disponible dentro de la Ciudad de ción en un procedimiento médico y Buenos Aires. Son profesionales a los que están doblemente expuestos a los que se les computa asistencia, llegadas riesgos de la profesión, sea el contatarde y que tienen que rendir exámegio de una enfermedad, un corte, un nes de formación continua. Todo eso, pinchazo o una herida, que Dios te lo gratis. pague. Lo que en cualquier lugar del mun do se llamaría trabajo esclavo, en la 3. Jubilación, aguinaldo y vacaciociudad más rica de Latinoamérica se nes pagas no hace falta ni explicarlo. llama régimen de concurrencia. Un El régimen de concurrencia entró en sistema que legitima la explotación agenda ayer luego de que la Policía de laboral y blanquea una relación de la Ciudad reprimiera a un grupo de métrabajo bajo el dulce relato de la fordicos concurrentes y residentes de los mación académica. No tienen salario, hospitales públicos de la Ciudad, que ART, jubilación, y ni que hablar de reclamaban contra la ley que aprobó aguinaldo o vacaciones. Pero vamos de el gobierno de Larreta. La legislación, a poco. impulsada por la ministra de Salud 1. No tienen salario: dedican 5 Ana María Bou Pérez, no los reconoce como trabajadores, deja librada al azar la discusión sobre el salario de los residentes y agrava sanciones para faltas no explicitadas, que llegan a la suspensión sin goce de sueldo durante 10 días o a la rescisión del contrato.

Pero con los concurrentes la situación es aún peor, porque siquiera cuentan con un salario cuyo goce suspender. Sofía López Yelpo es concurrente desde el año 2015 en el Hospital Argerich, en el servicio de salud mental. «Cuando arrancamos la concurrencia, hace cuatro años, el bondi y la comida tenían un determinado precio. En los últimos años se hizo cada vez más difícil de sostener: comprar un alfajor o un café con medialunas, sumado al precio del pasaje, fue haciendo cada vez más difícil sostener la concurrencia», explica.

Los y las concurrentes no tienen licencia por enfermedad. Pero además de tener unas condiciones nefastas de (un no reconocido) «trabajo», existen servicios médicos que se sostienen solamente por concurrentes. El sistema es muy cruel: sumado a la exclusión de no tener salario ni cobertura social, la concurrencia dura 5 años mientras que la residencia son sólo 4. Además, una vez terminada, los y las concurrentes tienen menos puntaje: el residente finaliza con 20 puntos y el concurrente con 15, una diferencia complicada de acortar en la difícil pelea por acceder al sistema público de salud. «Es muy difícil en el post-concurrencia concursar y que te vaya bien. Es obvio que el residente va a ganar el cargo de planta», explica López Yelpo.

«También tenemos que pagarnos el seguro de mala praxis, que hay que tenerlo porque sos profesional. O sea que a pesar de no cobrar, tenés que pagarte el seguro que implica unos 300 mangos por mes. Eso sin contar que además, la mayoría somos monotributistas y nos lo pagamos nosotros y que, al tener 4 mañanas ocupadas, conseguís trabajos solamente a la tarde, mal pagos o precarizados», comenta la concurrente.

«Yo estoy contenta con haber hecho la concurrencia porque aprendes muchísimo, una formación que en otro lado no la tenes», cuenta Sofía. «Sin embargo, se vuelve muy elitista este tipo de formación. Si no tenés posibilidades de recibir una ayuda económica, tener un piso de garantías, una casa o una familia que te banque, no podés sostener una concurrencia. En la residencia pasa lo mismo porque tardan en pagarte. Hay un componente de clase que tiene que ver con que sólo los privilegiados podamos formarnos en un hospital público», concluye López Yelpo.

Inmobiliaria Pro

En un solo mandato Rodríguez Larreta vendió más tierras que Macri en dos

Un informe del Observatorio del Derecho a la Ciudad y la Cátedra de Ingeniería Comunitaria revela que en los doce años de gestión Pro en la Ciudad se privatizaron 473 hectáreas, entre ventas y concesiones. Más de la mitad, en los últimos cuatro. ¿Cuánto recaudó el Estado y quiénes fueron los principales ganadores?

Texto: Matías Ferrari

Como una termita que roe la madera, durante los últimos 12 años el sector privado comió tierras públicas en la Ciudad como nunca antes. Un informe preliminar elaborado por el Observatorio del Derecho a la Ciudad y la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la FADU -al que tuvo acceso El Grito del Surconcluye que entre 2008, primer año de gestión de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno, y 2019, el último del primer período de su sucesor Horacio Rodríguez Larreta, se privatizaron un total de 473 hectáreas, el equivalente a 236 veces la Plaza de Mayo, a 630 canchas de River o a cuatro veces la superficie urbanizada de Puerto Madero.

El estudio sistematiza de forma exhaustiva la totalidad de los terrenos vendidos y concesionados a lo largo de las tres gestiones del macrismo en la Ciudad, tanto a través de leyes aprobadas por la Legislatura porteña como a partir de convenios entre Nación y Ciudad, sumados a los rematados por la Agencia de Bienes del Estado (AABE) desde que Mauricio Macri llegó a la presidencia. Y expone un dato de es

En un solo mandato Rodríguez Larreta vendió más tierras que Macri en dos

cándalo: en un solo mandato como Jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta vendió más tierras que Macri en dos.

Entre 2016 y 2019 se privatizaron 267 hectáreas, muy por encima de las 205 enajenadas durante los ocho años de Macri como Jefe de Gobierno, siempre según el informe. De esas 267, 226 se fueron a través de la gestión misma de la Ciudad, otras 20,8 a través de los convenios de traspaso de tierras de Nación a Ciudad y otras 20 más desde la AABE, por las que la Ciudad además no vio un peso porque lo recaudado fue a parar a las arcas de Nación.

Para Jonathan Baldiviezo, director del Observatorio, la privatización de tierras en la Ciudad “ha tocado su máximo histórico” en estos cuatro años, lo que terminó de configurar “una fractura espacial de la ciudad” a caballo de la especulación inmobiliaria. “Hay una ciudad ribereña y una ciudad mediterránea”, explica. “En la ciudad ribereña se venden tierras para la construcción de torres suntuosas con mirada al Río de la Plata, abundan los espacios verdes, se ha desarrollado conectividad vial adecuada a través de autopistas, no hay colapso de servicios públicos y sólo podrán gozar de la costanera los que tengan dinero, mientras los barrios populares (villas) son expulsados por el mercado inmobiliario. En cambio, la ciudad mediterránea seguirá creciendo de espaldas al río, con escasez extrema de espacios verdes, en emergencia habitacional y ambiental, con barrios populares que crecen día a día, todos los servicios públicos colapsados y una normativa urbanística que permite la sobreconstrucción”, describe.

Entre 2016 y 2019 se privatizaron 267 hectáreas, muy por encima de las 205 enajenadas durante los ocho años de Macri como Jefe de Gobierno

Según el estudio, la recaudación por la venta de tierras sumó 68.114.000 de dólares y 669.159.000 millones de pesos en los primeros ocho años de gestión Pro, con Macri, y otros 174.000.000 de dólares y 11.060.000 millones de pesos durante la gestión Larreta. Cifras de escándalo, a las que se suman los 591.680.000 recaudados desde 2016 por Nación a través de la AABE, en su mayoría para pagar deuda y financiar gastos de cuenta corriente.

Baldiviezo se pregunta a dónde fueron a parar esos fondos. “Muchas veces no se cumple lo que el Gobierno pone como excusa para vender, que se pagará deuda o que la plata se va a usar para mejorar la vida de los porteños”, dice. Lo que sucede en cambio, es una doble trampa: “Es el propio Gobierno porteño el que después termina realizando la inversión para mejorar la zona o financiando la construcción de la infraestructura para que el privado que compró a determinado precio se recapitalice elevando el valor de la propiedad que compró, por lo tanto son los privados los que se llevan toda la rentabilidad”, explica. Y ejemplifica con los casos emblemáticos del Centro de Exposiciones, el Mega Estadio Buenos Aires Movistar Arena en Villa Crespo o el nuevo predio del Tiro Federal.

En ese contexto, el Ejecutivo porteño envió a la Legislatura un proyecto de ley para flexibilizar y quitarle transparencia a los procesos de venta, que pretende aprobar en la sesión de hoy. “El proyecto autoriza a Rodríguez Larreta y sus funcionarios a vender tierras utilizando distintos mecanismos alternativos a la subasta pública, como licitaciones públicas, concursos públicos y hasta venta directa. También autoriza en forma general y sin marco regulatorio que se pueda establecer una modalidad de pago distinta por cada inmueble. Los compradores ahora podrán pagar con dinero, con obligaciones de hacer, con permuta de muebles o inmuebles. El remate de tierras no sólo genera un vaciamiento del capital inmobiliario de la Ciudad, sino que ahora se pretende otorgar mayores facilidades a los compradores para apoderarse de lo público y mayor discrecionalidad a los funcionarios para elegir a dichos compradores”, advirtió María Eva Koutsovitis, titular de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la FADU.

“La ciudad mediterránea seguirá creciendo de espaldas al río, con escasez extrema de espacios verdes, en emergencia habitacional y ambiental”. Jonatan Baldiviezo (Observatorio del Derecho a la Ciudad)

LOS GANADORES

Del otro lado del mostrador, el de los compradores, aparecen varios pesos pesados, que han sabido usufructuar el modelo de venta de tierras de Macri y Larreta, con quienes muchos de ellos tienen vínculos políticos y de negocios probados. El principal winner en esta historia es Eduardo Costantini, principal accionista de Consultatio SA, una empresa inmobiliaria que cotiza en bolsa. Constantini es también el alma máter de Nordelta y uno de los empresarios que defendió con mayor ímpetu a la administración Cambiemos. Consultatio SA está construyendo la torre más alta del país en las inmediaciones del Paseo del Bajo y prometió inversiones por 500 millones de dólares en la zona. El terreno, de 5.858 metros cuadrados, lo compró en apenas 181 millones de pesos.

Otro que compite fuerte es Eduardo Elzstain, quien también compró una de las parcelas en la zona del Paseo del Bajo, en 2009, y lo mismo hizo con el emblemático Edificio del Plata en la 9 de julio y con el Shopping Distrito Arcos.

El principal winner en esta historia es Eduardo Costantini, principal accionista de Consultatio SA, una empresa inmobiliaria que cotiza en bolsa.

A la cola, recientemente, se sumó la familia Werthein, la gran ganadora del remate de Tiro Federal, el enorme y valioso predio de Avenida Libertador y Udaondo, que adquirió a un valor irrisorio, de mil dólares el metro cuadrado. Ya vale seis veces más.

LOS CASOS EMBLEMÁTICOS

-Edificio del Plata: El primer puntapié del modelo. La excusa para venderlo fue que el dinero se usaría para comprar nuevas oficinas para organismos descentralizados de la Ciudad. Muchos, como el caso del IVC, hoy están alquilando. Lo compró el Banco Hipotecario, del grupo IRSA, en 2009, a un precio barato porque tenía protección patrimonial, es decir, no se podía demoler. Rodríguez Larreta le quitó la protección patrimonial, por lo que creció fuertemente el valor. Negocio redondo. -Catalinas Norte I y II: Compraron Constantini, Elzstain (IRSA), Banco Macro y también el Grupo Techint. Constantini está construyendo allí el edificio más alto del país, de 250 metros de alto. “Es la continuación de la privatización de Puerto Madero en los 90 hacia el norte y hacia el sur con Catalinas Sur II”, señala Baldiviezo. “Esto constituye parte del plan del Gobierno porteño para que la Costanera de la Ciudad sea apropiada por empresarios inmobiliarios y que la ciudadanía nuevamente pierda como en los 90 con la Costanera Norte”, denuncia. -Catalinas Sur I y II: La venta salió por decreto presidencial, pero las subastas se declararon desiertas, nadie ofertó. Dentro de ese perímetro está el club de tenis Darling, que traba el proceso en reclamo de dichas tierras que le corresponderían por ley nacional. Se podrían construir allí proyectos de 150.000 metros cuadrados con un plano límite de 75 metros de altura. -Parque de la Ciudad: Con la excusa de la Villa Olímpica, que sirvió como vivienda social, se autorizó la venta de otras 20 hectáreas más al sector privado. -Tiro Federal: Se autorizó la venta de 17 hectáreas emplazadas en uno de los terrenos más caros de todo el país que eran usufructuadas por la Asociación Civil Tiro Federal. Para despejar el terreno para la venta, concedió (Ley N° 5.940) al Tiro Federal un nuevo usufructo por 75 años en predios de la Costanera Norte al lado del Parque de los Niños con una superficie de 13 hectáreas. Además, el GCBA le construyó un nuevo edificio que costó a la ciudad $ 500 millones de pesos y autorizó a establecer otro polo gastronómico frente al río. Mientras tanto, el 80 % de la venta de los predios de la Parcela A, comprados por la familia Werthein y que fueron los que se vendieron a mayor monto en la historia de la ciudad serán invertidos por la ciudad en el Parque de la Innovación. La plata de los privados retornará a los privados para valorizar sus inmuebles.

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