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HEMÓN Y CREONTE: LA RAZÓN QUE SE ALZA FRENTE A LA TIRANÍA
from Enero/2023
Resulta inevitable concebir a Creonte como el antagonista de esta historia pues éste posiciona su discurso por encima de la ley divina que Antígona acaba defendiendo con su vida. Sin embargo, el carácter humano de este personaje se manifiesta cuando entabla conversación con su hijo Hemón; en lo que a su hijo respecta Creonte parece dar alguna cabida a los valores familiares que Antígona quiere preservar y es sólo en el marco de esta relación paternofilial que Creonte parece plantearse la corrección de sus actos: “¡Oh, hijo! ¿No te presentarás irritado contra tu padre, al oír el decreto irrevocable que se refiere a la que va a ser tu esposa? ¿O sigo siéndote querido de todas maneras, haga lo que haga?” (v. 633).
Por su parte, Hemón, aunque sus intervenciones se dan bastante avanzado el argumento de la tragedia, es una figura esencial para dar clausura a la tragedia. Resulta clave su posición familiar y afectiva pues se halla explícitamente situado entre Antígona, su prima y prometida, y Creonte, su padre y, no lo olvidemos, rey de Tebas. Hay varios indicios que nos indican una evolución bastante clara del personaje: nosotros descubrimos la psicología del personaje en la medida en que él va conformando sus propias opiniones y se permite a sí mismo individualizarse y darse una voz propia. Precisamente por eso interviene tan tarde en la obra, porque desde el principio su ser se asimilaba al de su padre y, por lo tanto, no era necesario que tuviera una voz autónoma. Sin embargo, llegados al v. 684 Hemón pone bajo interrogante la posición desde la que su padre se muestra ante el mundo, como representante absoluto de la autoridad y cuyas decisiones no deben ser puestas en duda pues siempre son por el bien de los ciudadanos. Vemos una relación más dialéctica entre ambos personajes: desaparecen los monólogos de Creonte para dar paso a los diálogos entre Creonte y Hemón, no sólo en tanto que su hijo, sino como individuo conformado y separado de lo paterno. Frente a su padre, Hemón representa la juventud a la vez que da muestra de una mayor capacidad de análisis de la situación y de buen razonamiento.
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Se establece pues un enfrentamiento entre Creonte y Hemón si bien, por el momento, no de carácter tan violento como entre Antígona y Creonte. Se trata de un enfrentamiento en el sentido de o-posición, es decir, en el sentido de que Hemón se posiciona frente, contra, su padre y en esa medida conforma su ser separadamente al hogar paterno. Y esta oposición acaba de configurar uno de los temas que hasta ahora había permanecido latente: el erguimiento de la razón (Hemón) frente a la actitud tirana que encuentra su máxima representación en Creonte. Así pues, Hemón le ruega a su padre que reconsidere su decisión; que debe tener en consideración otros puntos de vista pues nada tiene de vergonzoso que un hombre, aunque sea sabio, aprenda mucho y no se obstine en demasía. […] así que haz ceder tu cólera y consiente en cambiar y si tengo algo de razón-aunque sea más joven-, afirmo que es preferible con mucho que el hombre esté por naturaleza completamente lleno de sabiduría. Pero, si no lo está- pues no suele inclinarse la balanza a este lado-, es bueno también que aprenda de los que hablan con moderación. (v. 718)
Asimismo, el adivino ciego Tiresias actúa como si fuese un δαίμων de Creonte; como un espíritu que intenta hacerle reflexionar sobre el papel que sus decisiones han jugado en el fatal destino de la ciudad: “la ciudad sufre estas cosas1 a causa de tu decisión” (v. 1015) y en vv. 1025-1030
Recapacita, pues, hijo, ya que el equivocarse es común para todos los hombres, pero, después que ha sucedido, no es hombre irreflexivo ni desdichado aquel que, caído en el mal, pone remedio y no se muestra inflexible. La obstinación, ciertamente, incurre en insensatez.
No son Tiresias y Hemón los únicos de esta opinión, sino que el pueblo tebano al que el corifeo confiere voz dentro de la tragedia también juzga como injustas las acciones de Creonte pues considera que Antígona es la mujer que menos se merece morir dado que sus actos han sido dignos de alabanza. No obstante, la ciudad debe lamentarse a escondidas debido al régimen tiránico establecido, v. 507: [Antígona] “En efecto, a la tiranía le va bien en otras muchas cosas, y sobre todo le es posible obrar y decir lo que quiere.”9
Desgraciadamente, la actitud enfrentada pero benevolente de Hemón hacia su padre llega al límite cuando, después de haberle pedido que reconsidere su decisión, encierra viva en una tumba a Antígona, su prometida, quien termina ahorcándose. Una vez Hemón irrumpe en la escena y ve a su prometida sin vida, intenta matar a su padre quien se halla allí presente y, al fallar en su intento y “enfurecido consigo mismo” (v. 1235) por no haber podido salvar a su amada, se suicida en el túmulo abrazándola. Más tarde, cuando un mensajero comunica a Eurídice, esposa de Creonte y madre de Hemón, la muerte de su hijo ésta también se suicida. A través del profundo sufrimiento que las muertes de Hemón y Eurídice provocan en Creonte éste finalmente se da cuenta del error que supuso imponer su soberanía por encima de las leyes divinas pues esa decisión no ha hecho más que acarrearle su propia desdicha. Podría incluso decirse que profetiza su trágico y desgraciado final pues en el v. 474 Creonte dice “sábete que las voluntades en exceso obstinadas son las que primero caen”. En un primer momento este tipo de intervenciones se nos muestran como algo irónico, pero si volvemos a ellas una vez conocido el final de la historia comprendemos en qué consiste la verdadera desdicha de Creonte y la esencia de esta tragedia al completo.
V. 1351. [Corifeo] La cordura es con mucho el primer paso de la felicidad. No hay que cometer impiedades en las relaciones con los dioses. Las palabras arrogantes de los que se jactan en exceso, tras devolverles en pago grandes golpes, les enseñan en la vejez la cordura.
Es desde esta manera Sófocles da fin a la tragedia. En esta forma de sentencia que caracterizaba tanto los escritos de los griegos para impartir sus enseñanzas Sófocles invita a los espectadores a la reflexión filosófica (particularmente ética) y religiosa. Sófocles decide defender la ley de los dioses pues en ella cree que se encuentra la salvación de Atenas que se halla amenazada por una destrucción moral inminente. Con esta reflexión Sófocles quiere advertir a sus compatriotas sobre la hybris, la arrogancia y la insolencia, porque cree que ésta supondrá la caída de la ciudad. En Antígona, Creonte se muestra como máximo exponente de la hybris. Así pues, esta tragedia en tanto que está bien construida contribuye, como diría Aristóteles, a la purificación o limpieza (κάθαρσις) de nuestro espíritu y, en esa medida, al ennoblecimiento del alma. Pues a través de la historia trágica que Sófocles nos presenta podemos armonizar nuestros sentimientos ajustándolos a la realidad para intentar discernir con propiedad entre lo justo y lo injusto y evitar así cometer actos de hybris.
A través de la historia de Antígona se ha hecho patente la tesis que enunciábamos al principio del artículo: la tragedia trata las historias de personajes míticos y en torno a ellas conforma dilemas éticos que trascienden todas las épocas y que parece que cuanto más tiempo pasa, se tornan más actuales. Sin duda la tragedia griega ha sido, sigue y seguirá siendo objeto de nuestra más noble y sincera admiración porque en este proyecto poético los griegos supieron captar la esencia del ser a partir de sus posibilidades y límites extremos de una manera que, a mi parecer, ninguna otra empresa poética o filosófica ha podido igualar.
V. BIBLIOGRAFÍA
Traducciones
SÓFOCLES. Tragedias. Antígona y Electra. Vol. II. Ed. Bilingüe. Texto revisado y traducido por Errandonea, I. Barcelona: Ediciones Alma Mater, 1965.
— Tragedias. Áyax, Antígona, Edipo rey, Electra y Edipo en Colono. Trad. Alamillo, A. Madrid: Gredos, 1981.
Obras generales
HEIDEGGER, M. Introducción a la metafísica. Trad. Ackermann, A. Barcelona: Gedisa, 2001.
Notas al final
1 4ª ed. México: Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 96.
2 Por ejemplo, la ópera Antígona (Antigone) de Honegger (1924-1927) o la canción de Schubert titulada Antígona y Edipo (Antigone und Oedip) (1817). Una adaptación teatral especialmente interesante es la obra de teatro en catalán Antígona (1939) de Salvador Espriu, no publicada por razones de censura hasta 1952.
3 No resulta baladí recordar que Antígona es la tercera en el orden de sucesión de los acontecimientos de las tres obras tebanas de Sófocles: Edipo rey, Edipo en Colono y Antígona. Esta última se basa en la leyenda tebana que la antecede retratada en la tragedia llamada Los siete contra Tebas compuesta por Esquilo.
4 Resulta esencial destacar la importancia de los honores fúnebres en la cultura griega para comprender el dilema ético en el que los personajes de la tragedia se hallan inmersos. Los griegos creían que el alma de un cuerpo sin enterrar no era admitida en el Hades, sino que estaba condenada a vagar por la tierra eternamente. Es por esta razón que Antígona, tan decididamente, entierra y realiza sobre el cuerpo de su hermano los ritos fúnebres correspondientes; acciones que a su vez entrañan su insubordinación respecto a Creonte.
5 Ésta es una reelaboración de la dialéctica naturaleza (ley divina) y cultura (ley humana) acerca de la cual los Sócrates, Platón y sofistas como Protágoras debatieron fervientemente.
6 [Creonte] “El enemigo nunca es amigo, ni cuando muera”; [Antígona] “Mi persona no está hecha para compartir el odio, sino el amor.”; [Creonte] “Vete, pues, allá abajo par amarlos, si tienes que amar, que, mientras yo viva, no mandará una mujer.” (v. 523).
7 Esta pregunta que suscita el discurso de Creonte sobre si el deseo de Antígona de enterrar a su hermano se basa en el pensamiento racional o en el instinto es un debate del que incluso Goethe formó parte. A esta pregunta Creonte responde “Acabo de verla adentro fuera de sí y no dueña de su mente.” (v. 491) Y en v. 561 “Afirmo que estas dos muchachas han perdido el juicio, la una acaba de manifestarlo, la otra desde que nació.”
8 «No le es posible separarme de los míos» (v. 48) dice Antígona refiriéndose a Creonte.
9 Crítica de Sófocles al detestable régimen de la tiranía. Véase también EURÍPIDES Ión vv. 621-632.
10 [Todos los altares están infectados por las aves y perros que vienen buscando el cadáver de Polinices: los dioses ya no aceptan los sacrificios ni las súplicas que se les ofrecen].