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Guillermo Rojas Carrasco

Guillermo Rojas Carrasco

Existen días del año, que no son tan recordados o apreciados por nosotros; pero sin lugar a duda el 10 de diciembre es un día más que especial, ya que en 1945 recibe el Premio Nobel de Literatura nuestra poetisa Gabriela Mistral. Quién diría que muchos años antes, en la naciente provincia de Antofagasta18 , en el departamento de Taltal, ese mismo día, un 10 de diciembre de 1895 nació Guillermo Rojas Carrasco, hijo de Guillermo Rojas Correa y de la señora Matilde Carrasco, quien a la postre y resultado de su trabajo literario, el profesor Guillermo Rojas recibiría el Premio de la Academia Chilena de la Lengua y sería el Primer Miembro Correspondiente, por Copiapó, de la Academia Chilena de la Lengua; méritos suficientes para recordar su imagen y legado. Sus primeros estudios los realizó en el Liceo de La Serena, para después trasladarse, desde allí, a la capital, donde ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, plantel que lo vio graduarse de pedagogo en las asignaturas de Castellano e

18 La provincia de Antofagasta se creó el 12 de julio de 1888 y estaba dividida en tres departamentos: Tocopilla, Antofagasta y Taltal. 59

Inglés. En abril de 1917 inició su carrera docente como profesor de inglés en el Liceo Hombres y Mujeres de Cauquenes (19171919), en donde creó además la Escuela Nocturna para obreros en dicha localidad y fundó la revista “Asteroides “, celebrando los primeros juegos florales de la provincia del Maule19. Aquí en Cauquenes conoce a la dama Águeda Venegas-Puga Guzmán, con quien se casa y de cuya unión nació su único hijo, Guillermo. En 1920 fue trasladado al Liceo de San Bernardo, donde creó los Centros de Alumnos y de Ex alumnos del liceo; fundó y dirigió el periódico estudiantil “El Heraldo”, fue columnista en el diario “Las Ultimas Noticias” e impartió clases en el Liceo de Aplicación de Santiago en las asignaturas de castellano y de inglés. En marzo de 1929 y hasta julio de 1937 asume la rectoría del Liceo de Hombres de Copiapó, desarrollando en el Liceo un foco cultural, intelectual y recreativo; fortaleciendo las relaciones humanas entre profesores, alumnos, padres y apoderados. Desde 1937 se radica en Viña del Mar, dirigiendo el Liceo de Hombres de esa ciudad, hasta 1950, cuando se acoge a jubilación, sin dejar de lado sus dos pasiones: su vida logial y su trabajo intelectual. En lo masónico fue iniciado el 23 de septiembre de 1919 en la R L “Justicia y Libertad” N° 5 del valle de Santiago, en donde recibió todos sus grados simbólicos. El 3 de septiembre de 1920 fue su aumento de salario al Grado de Compañero y el 11 de octubre de 1921 su exaltación al Grado de Maestro. El 3 de abril de 1929 fue su ceremonia de afiliación a la R L “Orden y Libertad” N° 3 del valle de Copiapó. Aquí ocupó distintos cargos: Fue electo Orador en los años 1929 y 1930, Primer Vigilante en 1931, llegando a ocupar el mallete rector en los periodos 1932 y 1933. Posteriormente ocupó el cargo de Orador nuevamente en 1934. Muy importante es destacar que el QH Guillermo Rojas Carrasco escribió el “Primer Bosquejo Histórico de la R L “Orden y Libertad” N° 3” en el año 1933. Entre sus obras literarias podemos mencionar: “Novela Picaresca de la literatura española” (1919), “Juegos Florales del

19 Con cuyo resultado Rojas publicó una antología denominada “Juegos Florales de Maule”, 1919

Maule” (1919), “De las Religiones y la Libertad de Pensamiento” (1920), “Liceo de Hombres de Copiapó. Su historia” (1929). “Don Pedro León Gallo, su Vida y sus Acciones” (1931); “La Huerta Simbólica” (1936), “Tres Ensayos de Divulgación” (1936), “Cuentistas Chilenos” (1936), “Chañarcillo” (1937), “134 Voces no Registradas” (1938), “El Liceo de Hombres de Viña del Mar” (1939), “Filología Chilena” (1940), “Chilenismos y Americanismos” (1943), “Anglicismos” (1944) y “Contribución del Profesorado a las Letras Nacionales” (1943). De todas sus obras, quiero destacar “La Huerta Simbólica”, que en palabras del escritor Eduardo Aramburú García nos dice: “Esta obra nos orienta para alcanzar la verdadera humanidad, conscientes de nuestros derechos y deberes como parte de la sociedad en la cual existimos. Cultivar la Huerta es tarea de todos los días: plantar, sembrar, desmalezar, regar y podar. El autor nos recuerda que la maleza crece sola sin que la cultiven, por lo que se debe estar atento a su intromisión, de lo contrario puede destruir las buenas plantas. Los malos hábitos y los valores negativos, la intolerancia, la ceguera intelectual se convierten en una maleza destructiva”.

“Hay que vivir sembrando, siempre sembrando. Pero es preciso limpiar antes el terreno. ¿Qué sacaríamos con sembrar en la tierra sin labrar? Sería perder la semilla y el tiempo. Aspiremos a dejarlo siquiera limpio, y aun cuando no alcancemos a hacer más, ya habremos cumplido una misión: otros encontrarán el terreno apto para la siembra” (Extracto “La Huerta Simbólica”). Actualmente, su nombre está grabado en una calle en el sector de Los Volcanes en la ciudad de Copiapó. Fallece en Viña del Mar el 18 de junio de 1959, a la edad de 64 años.