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El Síndrome del impostor

Foto: SHUTTERSTOCK

¿Te ha pasado que eres muy bueno entrenando y en competencia te va muy mal o que sientes inseguridad de ti mismo?, también la mayoría de las personas cercanas a ti ven que tienes mucha habilidad en tu deporte, pero tu minimizas la situación con comentarios como “no, soy normal” o “seguro estas exagerando”.

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Es probable que estés padeciendo del Síndrome del impostor o también llamado del Fraude, un trastorno psicológico en el que personas con muchas habilidades en una tarea se sienten incapaces de asimilar sus logros.

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico por el cual, a pesar de haber demostrado su valía con logros académicos o laborales, las personas que lo padecen sienten que no están a la altura, que no son lo suficientemente buenos, competentes o capaces. Todo lo que han conseguido no es consecuencia directa de su valía, sino que los logros han llegado a su vida por golpes de suerte o gracias a terceros, y por eso se sienten impostores: consideran que, aunque tienen una buena posición, no la merecen y son, en realidad, un fraude.

El primer nivel del síndrome del impostor consiste en un sentimiento de insuficiencia o de duda generado por las inseguridades que podemos experimentar de manera puntual ante un nuevo reto (un nuevo puesto de trabajo, un nuevo curso, un proyecto ambicioso, un nuevo cliente, etc.). En este caso suele ser temporal, ya que las dudas se disipan con el tiempo y la experiencia.

Sin embargo, existe otro nivel que es más grave, y es cuando estas dudas crónicas persisten en el tiempo, lo que conlleva un gran miedo a afrontar riesgos, a destacar o simplemente a participar, por si esa intervención hace que los demás se den cuenta de la falta de valía. Este tipo de síndrome del impostor puede perdurar años, incluso arrastrarse desde la infancia o adolescencia; sin embargo, aunque sea complejo, puede superarse con la ayuda psicológica adecuada.

SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DEL IMPOSTOR:

Falta de seguridad: Las personas inseguras y con una baja autoestima son más susceptibles ante problemas psicológicos de este tipo. A pesar de sus logros, siempre van a poner en duda sus habilidades, sintiéndose inseguros a la hora de enfrentarse a nuevos retos.

Nuevos comienzos: La dismorfia productiva se padece frecuentemente cuando las personas atraviesan transiciones que cambian su estilo de vida y rutina. Sienten la presión por no saber si alcanzarán el éxito en esta nueva etapa, teniendo la preparación y experiencia suficiente. Algunas preguntas como ¿estaré preparado? o ¿lo haré mejor que la persona que estaba antes en este puesto? Alimentan las inseguridades y pueden dar lugar al síndrome del impostor.

Ansiedad Social: El síndrome del impostor y la ansiedad social pueden coincidir. Estas personas experimentan este fenómeno sintiendo que van a descubrir su incompetencia social. Aunque ambos afectan a nuestra salud mental y los síntomas de uno pueden alimentar al otro, no significa que todas las personas que experimentan el síndrome del impostor tengan ansiedad social o viceversa.

Esto le puede pasar a cualquiera, un claro ejemplo lo podemos ver en el documental de Full Swing donde vemos el rendimiento de varios golfistas profesionales y es la historia de Joel Dahmen que retrata este problema ya que en un capítulo completo vemos su rendimiento y como su caddie, y compañeros golfistas y familia hablan de la capacidad que tiene para el golf, pero él no se cree lo suficientemente bueno lo cual impacta en su rendimiento y en lo que puede lograr.

La inseguridad es la base de este síndrome y es más probable que crezca si te comparas con otros, tienes baja autoestima y el no aceptar tus logros como merecidos otros factores pueden ser las dinámicas familiares tienden a padecerlo más aquellos niños a quienes les exigían altas calificaciones o cuando tienes una personalidad muy exigente.

Como Combatir El S Ndrome Del Impostor

Crea tu atención en los hechos, no puedes evitar que tu cabeza haga historias en este caso tu cerebro te lleva a creer que eres malo o que no estas a la altura, lo mejor es que evalúes los hechos que has hecho bien este ultimo entreno o competencia, ¿Dónde estuviste fuerte? ¿En qué mejoraste? Combatir el síndrome del impostor no es ignorar tus emociones. Más bien, la mejor manera de combatir esa sensación es reconocer que te sientes mal, validar que es normal sentirse así y luego olvidar esos sentimientos si no están basados en la realidad. Es posible que encuentres a alguien que también haya experimentado el síndrome del impostor. Desafortunadamente, el síndrome del impostor es un fenómeno común en tu deporte. Podría suceder que descubras que la persona a la que le están contando lo que te sucede también haya experimentado el síndrome del impostor en algún momento. Esto será de ayuda porque te sentirás acompañado y sabrás que no eres el único que se siente así. Es posible que encuentres a alguien que también haya experimentado el síndrome del impostor. Nuestros pensamientos son muy poderosos. La actitud con la que encaramos al mundo tiene el poder de moldear nuestra realidad, tanto de manera positiva como negativa.

Si a menudo tu voz interior es negativa, comienza a monitorearla y modifícala en la medida de lo posible. Esta técnica no dará resultados inmediatos, pero con el tiempo, te ayudará a abordar situaciones de una manera más positiva y prevenir el síndrome del impostor. Por ejemplo, la próxima vez que cometas un error, en lugar de decirte “Eso fue horrible”, intenta pensar lo siguiente: “Ese no fue mi mejor trabajo, pero la próxima vez será mejor”. Al replantear tu lenguaje mental, estás reconfigurando tu cerebro para que te brinde más apoyo.

Como puedes trabajar para disminuir este fenómeno, primero evita las comparaciones tu competencia debe ser tu y tus avances, segundo define tus fortalezas y trabaja con ellas, tercero no intentes ser superhéroe nadie puede hacer todo y en algún momento necesitamos recibir ayuda, acepta las recompensas o los elogios y trabaja en la forma en la que te hablas por lo regular las personas son muy duras y exigentes.

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