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OSKAR SCHLEMMER
Nacido en Stuttgart, tuvo una formación en marquetería. Entró en la Bauhaus de Weimar en 1920. Trabajó durante algún tiempo en el taller de escultura mural y, después, en el de escultura. Su obra más famosa es Triadisches Ballett (1922), en el que los actores aparecen disfrazados de formas geométricas. Igualmente en Slat Dance y Treppenwitz, el vestuario de los intérpretes hace de ellos esculturas vivas, como si fueran parte del escenario. También para el ámbito de la danza hizo el vestuario de Blonde Marie con Trudi Schoop en 1938.

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¿Qué fue lo que lo motivó para aceptar la propuesta de Gropius para formar parte de los docentes de la Bauhaus?
En el momento en el que recibí la oferta de Walter, desarrollaba una exposición en la galería de Der Sturm de Berlín. Al mismo tiempo estaba colaborando para actualizar el plan de estudios de la Academia de Bellas Artes de Stuttgart con la designación de nuevos profesores y exposiciones de arte moderno.
Sin duda la tentación fue enorme y practica mente ni lo pensé. Estaba en las puertas de un movimiento gigante y se me abrían oportunidades hasta ahora, inimaginables.
En el ambiente del arte ya se escuchaban rumores de las ideas revolucionarias de Walter y estaba reclutando un equipo maravilloso de artistas a los que yo admiraba y con los que trabajaba. Como rechazar semejante propuesta.
Poco tiempo después de su ingreso a la sede de Weimar, tuvieron que cerra y trasladarse a Dessau. ¿Como vivió el cambio cultural?
La educación en Weimar sembró las bases del radical cambio que sufrieron las artes como la arquitectura, el diseño, la cerámica, etc. Pero Dessau se trasformo en un movimiento contra cultural que trascendió los limites. Las mujeres vestían pantalones, jugaban al tenis, usaban el pelo corto. Alumnos y docentes convivíamos en la es- cuela bajo el mismo techo. Se hacían reuniones sociales, había un fluido intercambio de ideas todo el tiempo.
La escuela estaba profesionalizándose, ya no se hablaba de cursos ni talleres, estaban dándole forma a títulos universitarios.
Justamente en Dessau pude desarrollar mi trabajo sobre el rechazo de la abstracción pura. Represente cuerpos humanos con formas arquitectónicas, reduciendo la figura para lograr un juego rítmico entre formas convexas, cóncavas y superficies planas. Pude experimentar libremente con movimientos corporales no tradicionales que generaban un ambiente mágico en cada obra. La problemática de la figura en el espacio fue siempre mi mayor obsesión.
Entiendo que teme que los talleres de Cerámica y Tapicería puedan convertirse en los más populares de la escuela. Siendo estos los talleres por excelencia destinados para las mujeres, ¿a qué se debe su opinión?.
Claramente no estoy en contra de ningún taller en especial. Creo que todo los talleres forman parte de un todo, el teatro, sin la escultura, sin la música, o sin la escenografía, no podría despertar las emociones que hoy despertamos en los espectadores. Mis poco afortunados comentarios no tienen que ver con los talleres en si, sino con la cantidad de estudiantes que participan de los mismos. La Bauhaus propone igualdad de con-
diciones para estudiar. Condiciones de igualdad que hoy en día sabemos que no son tan normales en la vida social y política.
Estos talleres se convirtieron en un refugio para los estudiantes femeninos y entiendo, tal ves, equivocadamente, que solo se anotan por una cuestión sexista o de igualdad de genero y no por el verdadero amor por las artes que se trasmiten es ese taller. No me gustaría que el taller de cerámica sea mas por la cantidad de alumnos mujeres que por el desarrollo de las extraordinarias piezas que puede producir.
¿Se podría decir que hay un antes y un después de 'Triadisches Ballet' en Stuttgart?
Todo comenzó en Stuttgart, en lo que debía de ser una colaboración con los bailarines Albert Burger y Elsa Hotzel. La primera representación tuvo lugar en el año 1915, pero únicamente fueron interpretadas algunas secciones del espectáculo. No obstante, sería la representación organizada durante la Semana de la Bauhaus en 1923 la que mayor gloria me otorgo.
El número “tres”, como podemos ver en el título del propio Ballet, condicionaba la estructura del montaje. Esta dividido en 3 secciones, que contienen 12 danzas para las que es necesarios 18 vestidos. El Ballet Triádico consta de tres partes, que van evolucionando desde lo cómico hasta lo serio. La primera pieza, de tipo cómico-burlesco, tiene lugar en un escenario amarillo limón. La segunda parte, basada en el color rosa, es de tipo ceremonial y solemne. Por último, la tercera escena, con un decorado negro, tiene un carácter místico-fantástico.
En la obra, tres bailarines –dos hombres y una mujer– ejecutan doce coreografías de forma alternativa, utilizando dieciocho indumentarias distintas.
Los trajes –basados en tres formas geométricas precisas: círculo, cuadrado y triángulo–, confeccionados con materiales pesados y rígidos –papel maché, tela acolchada, metal y pintura– reducen intencionadamente la movilidad de los actores, que además van provistos de máscaras: son títeres que evolucionan a pesar de las limitaciones impuestas.
Para mi, el tres ‘trasciende tanto el egotismo como la dualidad, dando lugar a lo colectivo. Lo siguen en importancia el cinco, después el siete y así sucesivamente.’
OSKAR SCHLEMMER por Felipe Fumiere