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Centro Cultural Quinta Montes Molina | Materia

Historia, arte y arquitectura

CENTRO CULTURAL QUINTA MONTES MOLINA | MATERIA

Texto MARTHA LYDIA ANAYA Fotos JAIME NAVARRO

Esta casa-museo fue construida originalmente en 1906 y se convirtió en un ícono arquitectónico y emblema de Paseo Montejo, la avenida más notoria de la ciudad de Mérida donde se construyeron la mayoría de las casas de principios de siglo, durante el auge del sisal.

UNA ANTIGUA CASONA DE MÉRIDA en la que se ha adaptado una sección para convertirla en museo, está lista para recibir a los visitantes curiosos por conocer más de la historia y arte de Mérida y La Quinta Montes Molina. Su proyecto de restauración y remodelación estuvo a cargo del equipo de Materia de Gustavo Carmona + Lisa Beltrán.

La casa-museo fue construida en 1906 durante el Porfiriato y desde entonces ha sido un ícono arquitectónico y referente del emblemático Paseo Montejo.

Durante el proceso de diseño, los arquitectos crearon enlaces con instituciones culturales de México y Estados Unidos. Al mismo tiempo que diseñaban el recinto, logrando establecer el programa adecuado para entender la relación histórica de La Quinta con la ciudad de Mérida.

El proyecto se emplaza en la propiedad detrás de un conjunto de árboles centenarios que fungen como una fachada. Una serie de pórticos generan los recorridos y envuelven los espacios públicos exteriores para comodidad de los visitantes. Las columnas y cerramientos enmarcan vistas hacia la casa, los jardines y el pabellón conectando visualmente todos los elementos.

El programa interior incluye una galería de arte hundida, un restaurante, una librería (abierta en otoño del 2022), espacios de talleres, oficinas, espacios de cocina de catering y un cine de arte (cuya apertura está prevista para el 2024). La galería de arte sirve como un espacio de transición entre los

Las columnas y los pórticos enmarcan las vistas de los jardines, el pabellón y la casa, creando un patio central que envuelve un espacio público.

Esta residencia es la única en la ciudad de Mérida que se mantiene en su estado original. En ella puede verse cómo vivían las familias durante la época porfriana.

La ejecución de este Centro Cultural tomó seis años de planifcación, modelo de negocios, fnanzas, diseño y construcción. Una serie de viajes y visitas clave de los arquitectos a museos similares en Estados Unidos favoreció la comprensión más profunda de los programas y espacios que se requerían para el proyecto.

jardines y la plaza del centro cultural. También alberga una terraza exterior en su azotea, sostenida por un muro de cantera y concreto, y desde la que puede admirarse un nivel inferior separado por una pared de cristal que permite el paso de la luz sin dañar las obras de arte expuestas en el museo.

Tallar este espacio en el suelo ayudó a preservar la identidad de los jardines y el espacio abierto alrededor de la casa y el pabellón, al mismo tiempo que proporcionaba una forma pasiva de gestionar la luz natural y la refrigeración interior. Con la ayuda de la luz y los diversos registros y texturas de los materiales usados, los planos, perspectivas y ritmos activan un cambio incesante de efectos, sombras y sensaciones.

Un piso de piedra de río cubre un recuadro del área de descanso en el exterior y unas bancas de cantera invitan a los visitantes a tomar un descanso del recorrido sin perderse de la increíble vista que ofrece la naturaleza circundante y el cielo abierto. materiarq.com

El lenguaje arquitectónico de este Centro Cultural se compone y expresa a través de su estructura, que comunica su ensamblaje tectónico y crea superfcies para recibir la luz y la proyección de sombras en un entorno natural en constante cambio.