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Casas María y Matilda | Gaeta Springall Arquitectos

Fusión de arquitectura y paisaje

CASAS MARÍA Y MATILDA | GAETA SPRINGALL ARQUITECTOS | OAXACA, 2022

Texto MARTHA LYDIA ANAYA Fotos ABRAHAM GARCÍA, JULIO GAETA, ALDO DÍAZ, LILIANA NAVARRETE, LARISSA RUS

Ubicadas a unos treinta minutos de Puerto Escondido y a unos pasos de la playa, rodeadas de vegetación endémica, emergen María y Matilda, varadas entre arena y vegetación con la idea de crear una sinergia entre la arquitectura, la naturaleza y los seres humanos.

La intención era construir un lugar silencioso y respetuoso que vinculara indisolublemente con el paisaje y la arquitectura, la naturaleza y los seres humanos.

Ambas unidades se dividen en dos, como una fgura de yin y yang; la mitad de la casa es una galería en relación permanente con los sonidos, la luz y las plantas y la otra mitad es interior con posibilidad de abrirse al camino exterior.

«CASAS MARÍA MATILDA se encuentran en una ubicación única en la costa oaxaqueña de México. Forman parte del conjunto compuesto por Casa Wabi, Hotel Escondido, Hotel Terrestre y otras piezas en donde han trabajado Tadao Ando, Alvaro Siza, Kengo Kuma, Alberto Kalach, Solano Benítez y Gloria Cabral, entre otros. Estas intervenciones hacen que este sitio, además de ser muy rico en su naturaleza, cuente con un valor agregado por la integración de piezas con mérito arquitectónico. Esta doble dimensión nos atrajo desde un principio cuando nos invitaron a ser inversionistas del Hotel Terrestre y tuvimos la oportunidad de conseguir un terreno frente al hotel con frente de playa», relata emocionada la arquitecta Luby Springall, socia y directora de Gaeta Springall Arquitectos, sobre el desarrollo y ejecución de este proyecto.

«Es muy interesante ver que las casas hechas por distintos arquitectos tienen su propia identidad –agrega la arquitecta–; sin embargo, el uso de soluciones tradicionales de carpintería y aprovechando la buena manufactura de concreto que hay en la región, se está creando un conjunto homogéneo, lo que casi nunca sucede. Fue muy importante trabajar con los artesanos de la región ya que tienen el conocimiento de las mejores soluciones.

En María Matilda importa mucho la relación que existe entre la interioridad y la exterioridad, y se comprende al paisaje como parte de la casas, o la casa como parte del paisaje. Esa relación permite que las casas se vivan de una forma muy diferente a como se vive en la ciudad, haciendo que esta experiencia sea única y en absoluto contacto con el mar, el paisaje, el cielo estrellado, los amaneceres y atardeceres. A los arquitectos les interesaba particularmente recuperar las especies endémicas y reconstruir el paisaje original, enriqueciéndolo y entendiendo que es la esencia del lugar.

La materialidad de las casas responde al sitio; buscando presentarse de manera sutil y respetuosa con el contexto. El contraste entre la dureza del hormigón y la suavidad de la madera se hace eco del sitio que los alberga; el hormigón se convierte en la estructura y materialización del volumen durante la obra, y la madera en el delimitador del espacio interior. Su estructura roza la arena al suspender una losa de hormigón sobre cimentaciones aisladas. La intención de apenas tocar el paisaje se hace presente desde la cimentación hasta la cubierta de hormigón soportada por delgadas columnas de acero, que brindan seguridad estructural en esta zona sísmica y permanecen casi invisibles frente al mar. gaeta-springall.com