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Los estudiantes de Glenmary rompen récord

por omar cabrera

Impulsada por jóvenes de África, Glenmary alcanza su mayor cantidad de hombres en formación en más de 10 años.

La comunidad es acogedora”, dice. “Cuando estamos aquí (en la Casa de Formación), lo bueno es que todos estamos interactuando como hermanos”.

Evarist llegó a Estados Unidos como estudiante de Glenmary, junto con Aloysius Ssennyondo, ahora su compañero de clase. Ambos forman parte de un grupo de 14 hombres que actualmente se preparan para convertirse en sacerdotes o hermanos religiosos de Glenmary.

“Este es el grupo más grande que hemos tenido en más de una década”, dice el padre Aaron Wessman, director de Formación de Glenmary. “Y es uno de los más grandes en tres décadas”.

Atrás quedó la escasez

La congregación comenzó a recibir una cantidad constante de vocaciones a mediados de la década de 2000, luego de recibir muy pocas en las décadas de 1980 y 1990, dice el padre Aaron. “Creo que tendríamos que volver a la década de 1970, para ver grupos más grandes”.

“¡Es una clase grande!” dice el padre Bruce Brylinski, director de la Casa de Formación de Glenmary en St. Meinrad. Eso lo hace sentir “emocionado”, porque “es bueno saber que los jóvenes están interesados en la mi- sión, interesados en vivir el estilo de vida de Glenmary. Creo que también crea una vitalidad que están dispuestos a compartir la lucha y la esperanza que se necesita en la misión”.

ARRIBA: Varios de los estudiantes de Glenmary viven en la Casa de Estudios con el padre Bruce. IZQUIERDA: Aloysius Ssennyondo (Izq.) y Evarist Mukama son los dos nuevos.

De los 14 hombres en formación, cinco son de Kenia, tres son de Uganda, uno nació en Vietnam y tres son de los Estados Unidos. Nueve se están preparando para ser sacerdotes y cinco para ser hermanos.

El hecho de que Glenmary haya llegado a su mayor número de estudiantes en más de una década es “una gracia y una bendición de Dios”, dice el Padre Aaron. “Es una lección de humildad ver que Dios nos envía personas que dicen que sí para al menos mirar nuestra forma de vida”.

Para agregar a esta buena noticia, Glenmary espera aceptar al menos cuatro nuevos estudiantes este año. El padre Aaron ve esto como una confirmación de que la decisión de la sociedad de aceptar hombres de otros países más allá de los Estados Unidos está en sintonía con la voluntad de Dios. “Si juzgas algo por sus frutos, podemos ver eso, de hecho. Parece que está funcionando bastante bien”, dice.

PREPARÁNDOSE PARA

PREPARÁNDOSE