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Análisisdel poema
Musas An Nima
EDICIÓN: JULIA SICARÚ MARTÍNEZ CANSECO
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DISEÑO: ANDREA MICHELLE TORRES VILLARREAL
Sylvia Plath, una figura emblemática dentro del movimeinto feminista, escribe “Tulipanes” un marzo de 1961 al pasar tres días dentro de un hospital debido a una operación por apendicitis. El marido de Sylvia presenta ante ella un vibrante ramo de tulipanes colocados frente a una cálida fotografía familiar. Todo dentro de la situación pareciera evocar ternura, sin embargo, hay algo que eclipsa el panorama para la escritora haciéndola “probar agua cálida y salada”.

La historia de Sylvia Plath está marcada por numerosos episodios de depresión hasta culminar en un lamentable suicidio a la edad de 30 años. A través de su obra, nos encontramos a una Sylvia que expresa de lleno las luchas que habitan en su interior, una dualidad entre el rol como mujer que le imponía la sociedad, así como los anhelos que ella tenía para su vida: “Mi gran tragedia es haber nacido mujer”, escribió alguna vez. También, podemos observar un tono de dolor, de insatisfacción.
En su ya reconocida obra “La campana de cristal” la autora nos describe estos sentimientos con brutal honestidad, así como el camino que recorre a través de ellos hacia la oscuridad de la depresión.
Este poema en especial, contrasta la viveza de los tulipanes con la esterilidad de la sala del hospital…
“Los tulipanes son demasiado entusiastas, acá es invierno
Vean qué blanco todo, qué tranquilo, qué nevado.” Nos permite sentir que el cuarto de hospital le otorga a la autora un lugar de hibernación, donde es libre de entregarse al letargo y al desapego, experimentando la paz y libertad de aquél que sabe ya no tiene un “yo”. Sylvia puede por fin descansar, y en medio de esta imagen como un verso inesperado, irrumpe un intruso: los tulipanes. Una sútil muestra de aliento para regresar al mundo, para retomar aquel equipaje que había dejado atrás
“una valijita de charol, como un pastillero negro, mi marido y mi hija que sonríen en la foto familiar”.
Uno lleva flores a los enfermos como un intento de animarlos, un intento de recordarles la belleza de la vida Los tulipanes molestan a Sylvia por el descaro con el que no sólo la observa, sino que exigen ser observados. El descaro con el que le recuerdan la vivacidad de la vida, una vida a la que ella no quiere regresar





“ Los vívidos tulipanes se devoran mi oxígeno.
Antes de que llegaran el aire estaba suficientemente tranquilo(…)”
Al final, los rojos tulipanes rompen el encanto de la habitación de hospital, y le recuerdan a la autora que también es rojo su corazón, que se abre y cierra.
De manera personal, este poema representa la incansable lucha que hay a lo largo de la vida por rendirse, por ceder ante las presiones del mundo externo A menudo nos encontramos anhelando un
Así como las alarmas que te despiertan, también estamos en la búsqueda de nuestros propios tulipanes rojos. Aquellos que hagan que se despierte nuestro corazón Como mujeres, el mero hecho de existir es ya una muestra de rebeldía; como mujeres existimos y resistimos ante un mundo que nos llena de expectativas y de limitantes, creyendo en ocasiones que la paz que transmite la inconsciencia sería la alternativa ante nuestro constante estado de lucha Los tulipanes rojos nos enfrentan a la verdad de que, si bien la existencia implica enfrentamiento, en la vida hay belleza, y en la vida hay un corazón que va a seguir latiendo y que te exige permanecer y resistir
Escrito por: Priscila Torres Acosta
Diseño: Valeria Hernández Bovio

El día 27 de Mayo de 2023, tuvo lugar una mesa de diálogo sobre el aborto. Este artículo es para discernir y reflexionar sobre lo que se discutió en el mismo. Se contó con personas de diversas ideologías y perspectivas, desde diferentes ámbitos profesionales. De entrada, puede parecer que ésto trajo diversidad al diálogo, sin embargo al momento de discutir, cada persona habló desde su perspectiva, sin considerar el punto medio al que se podía llegar. Es decir, cada persona defendió a toda costa su lado y opinión, lo cual es lógico, sin embargo ¿qué no la razón de hacer mesas de diálogo es reconocer que existen diferentes maneras de opinar y que no existe una sóla verdad absoluta? Sobre todo en un tema como el aborto, donde es necesario que se hable del tema, que se eliminen los tabús, prejuicios y estereotipos alrededor del mismo, se necesita que se provea información y que se explique ampliamente de dónde surge cada ideología. Si bien, la mesa de diálogo terminó y personalmente, sólo pude confirmar mi opinión individual, cuando mi razón de asistir a la mesa fue que quería conocer la ideología contraria y comprender sus razones. Por lo tanto, en el presente escrito se busca llegar a aquellos puntos medios que puedan existir entre ambas ideologías.

Un aspecto importante cuando se habla del aborto, es la maternidad, que cómo todo concepto alrededor del aborto, es complejo llegar a una sola verdad, pues cada persona, por más imparcial que trate de ser, la decisión u opinión que tenga, estará basada en el sistema de creencias que le haga mayor sentido. Dicho esto, es comprensible que cada persona que participó en la mesa de diálogo, tuvo una opinión diferente sobre cuándo comienza la maternidad. Por un lado, se decía que comienza desde el momento que la persona gestante está embarazada y por otro lado se decía que comienza desde el momento que la persona gestante decide que quiere ser madre.
Es importante resaltar dos comentarios que se dijeron en el diálogo, la ponente A y D indicaron haber pasado un aborto. Pero su opinión respecto a qué sucede en el aborto es diferente, por un lado A indicó que en el proceso del aborto el producto tras realizarlo, es simplemente un coágulo de sangre, por otro lado D indicó que para ella, el resultado de un aborto fue perder un hijo. Es importante cuestionarnos de dónde puede ser que provenga tal idea, pues bien, podríamos decir que proviene de la conexión que cada quien tenía con su embarazo.
Pues si una persona está embarazada, pero esto fue no planeado, no está en sus planes, o simplemente no es algo que busca en ese momento de su vida, ¿le podemos exigir que ahora sea mamá, será oportuno que se le imponga que por un error, cambie todo el curso de su vida? Me parece que esa decisión debería tomarla la misma persona, pues es la única que conoce a la perfección sus condiciones de vida, su contexto económico y social, sólo ella sabe por lo que pasará si es mamá o si decide no serlo, sólo ella puede saber qué hacer con ese error, es una decisión que tendrá que tomar, después de reflexionar sobre su conexión con el feto y embarazo, y decidir si quiere ejercer la maternidad. Entonces, regresando al diálogo, es justo lo que menciona la ponente A, que la maternidad debe ser deseada, pues sí, cada persona individualmente puede tener una opinión de cuándo comienza la maternidad, pero como la persona individualmente puede tener una opinión pero como la naturaleza de la opinión es sesgada (como mencioné, cada persona toma sus opiniones basándose en sus sistemas de creencias), al final del día la persona embarazada es quien decidirá para ella cuándo comienza su maternidad, ella decidirá si es mamá o no, estemos de acuerdo o no.

Ahora bien, considero que una razón por la que en la mesa de diálogo no fue posible llegar a un punto medio, fue porque cada ponente estaba argumentando hacia lados distintos. Las ponentes A y M indicaron que la cuestión a discutir no era si abortar está bien o mal, algo que los ponentes D y H sí estaban discutiendo. Con sus opiniones buscaban validar por qué abortar era igual que matar y porque abortar no es un derecho. Las ponentes A y M siempre indicaron que la razón de discutir era para informar y desestigmatizar el tema, y hablar de la importancia de la educación sexual. Por lo que, la opinión que se busca formar con las mesas de diálogo, para unos ponentes se refería a que los oyentes comprendieran que abortar era igual a matar (por lo tanto no es correcta la acción) y para otras ponentes se refería a que se diera a conocer el tema. Ésto hizo que cada quien argumentara hacia diferentes objetivos, lo que llevó a que no fuera posible conocer con amplitud cada punto de vista.
Porque si se hubieran dado a conocer ambos puntos de vista de manera concreta y completa, y se hubieran buscado los puntos medios entre cada perspectiva, se habría mencionado que la postura pro-decisión lo que busca es… justo lo que cada ponente concluyó como mensaje final. Dijeron que cada mujer decidiera lo que quisiera hacer. Claro, los ponentes D y H mencionaron que lo hicieran, pero pensando en que era incorrecto o inmoral, pero que ellas decidieran.

Finalmente, en la mesa de diálogo unos ponentes en todo momento buscaron indicar por qué abortar no estaba bien, y es que, la discusión del tema no es esa, no se busca llevar a las personas a pensar si está bien o mal, el punto de diálogos como estos, es que se conozcan experiencias y se exponga la realidad de lo que pasa con tu vida cuando abortas. Para que así, cada mujer con su ética y moral, decida si aborta o no, que ella decida cuándo comienza la vida, que ella decida si es matar o no, porque esa decisión impactará su cuerpo. De aquí surge el verdadero problema, que se necesita de educación sexual y de que se compartan experiencias, para que las personas puedan formular opiniones informadas. Esta primera mesa de diálogo fue el parteaguas de un tema sin precedentes en nuestros espacios universitarios, esto sumado a los aprendizajes que todxs nos llevamos tanto en organización, comunicación, respeto y dignidad, que nos hará seguir creando esfuerzos de diálogo seguros para todas, todes y todos.