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El hijab y la burka: ¿símbolos de opresión o revolución?

El hijab y la burka: ¿símbolos de opresión o revolución?

Por Natalia Rodriguez

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Recientemente, bajo el marco de regímenes autoritarios en el Oriente que han sido estratégicamente viralizados en el Occidente, hemos visto cada vez con más frecuencia, ya sea de manera obligada o consensuada, la utilización de velos islámicos tales como el hijab o la burka. Desde países musulmanes, como Afganistán, hasta las grandes capitales del mundo como Nueva York o Londres, las mujeres musulmanas portan estas prendas. Los debates sobre su uso, encabezados por voces feministas occidentales, suelen caer en la islamofobia, expresando un desdén hacia los usos y costumbres de la cultura musulmana y decentralizando la conversación de las mismas voces feministas del Islam. A continuación, te contamos brevemente la historia de esta prenda oriental, sus significados para las mujeres, tanto musulmanas como occidentales y cómo es que esta ha sido un tema recurrente en debates feministas modernos.

¿Acaso se trata de una prenda que genera opresión o podría resignificarse como un símbolo de revolución?

Antes de comenzar, deconstruyámonos un poco y hablemos sobre nuestros prejuicios hacia la cultura musulmana.

Contrario a lo que comúnmente se piensa, el velo, que es una pieza de tela que cubre parcial o totalmente la cabeza y cara de las mujeres, no es exclusivo de las mujeres musulmanas.

De hecho, este ha sido portado en sociedades europeas, asiáticas y africanas durante siglos, sin embargo, sus significados y significaciones han cambiado con el paso del tiempo y bajo las nuevas visiones occidentales. Tomemos como ejemplo el velo de novia: esta prenda blanca de materiales ligeros, forma parte de la vestimenta tradicional de la mujer occidental durante la ceremonia religiosa del matrimonio y simboliza valores como la pureza y la virginidad. En la actualidad sabemos que estos “valores” no son más que construcciones sociales dentro de la cultura patriarcal y, aún así, seguimos utilizando el velo cuando llega ese día tan idealizado.

Ahora que hemos infundado algunos prejuicios, hagamos un viaje al pasado para conocer los orígenes de velo musulmán. Cerca del año 1400 a. C., en los antiguos imperios de Grecia, Persia y Mesopotamia, el velo era utilizado para diferenciar a las mujeres ricas y “respetables” del resto. Las mujeres de clase socioeconómica alta se cubrían y a las mujeres de estratos más bajos se les prohibía hacerlo. Las mujeres griegas también utilizaban los velos como símbolo de sumisión hacia el poder de sus esposos. Además, pensaban que al cubrir su cabeza y cara se protegerían de espíritus malvados que intentaran poner maldiciones sobre ellas.

Años más tarde, por el año 1175 a. C., las mujeres anglosajonas y anglonormandas portaban un velo que les cubría la cabeza, el cuello y una parte de la cara. Para el año 1 d. C., las mujeres hindús casadas usaban un velo que les cubría casi toda la cara. Miles de años después, en Italia, en la década de los 70s, se popularizó que las mujeres portaran unos velos muy similares, como símbolo de piedad y modestia. Estos estaban compuestos de una capucha llamada cuffa con un fazzoletto, una bufanda triangular, que se ponía sobre la capucha. En cuanto al velo musulmán, este fue utilizado por las mujeres en la península árabe desde los inicios del Islam y, al igual que en otras culturas y religiones, era utilizado como símbolo de modestia y piedad. Asimismo, se cree que servían para no “tentar” a los hombres y así evitar “no respetarlos”. El estilo de estos velos varía entre regiones y a través del tiempo. En años recientes, se han observado países que prohíben el uso del velo a las mujeres que quieren cruzar su frontera, alegando que se trata de una prenda portada por los “terroristas” y que es utilizada para oprimir a las mujeres. Sin embargo, cuando apreciamos los distintos modelos de velo y las posturas de las mismas mujeres musulmanas, la respuesta a esta noción se vuelve mucho más compleja. El hijab, que forma parte de los velos islámicos, tiene sus orígenes en principios religiosos muy profundos. Sin embargo, los nuevos significados que tiene para las musulmanas modernas van más allá de lo espiritual. A raíz de las transformaciones políticas y sociales provocadas por la globalización y los movimientos migratorios, algunas mujeres lo portan para reafirmar su etnicidad y honrar su pasado histórico, otras para hacer un statement en contra de la discriminación que viven en los países occidentales y algunas otras para manifestarse en contra de las intervenciones militares en los paises musulmanes. La realidad es que el Islam y el feminismo no son dos ideologías peleadas entre si y la prueba es la nueva generación de mujeres musulmanas que buscan luchar por sus derechos y desmantelar el patriarcado dentro y fuera del Islam, todo mientras usan un velo en la cabeza.

Los velos islámicos, así como toda prenda de ropa, son recursos identitarios, que nos hacen pertenecer en lo individual y en lo colectivo. El valor artístico, cultural, histórico y antropológico de estas prendas es grandísimo, sin embargo, las connotaciones de sus orígenes y su imposición obligatoria en los países musulmanes implican fuertes reflexiones sobre su uso. Pero así como con los corsés, que restringían físicamente el cuerpo de las mujeres e instauraron estándares de belleza inalcanzables y, que ahora fueron nuevamente introducidos en la moda actual bajo premisas mucho más inclusivas, los velos islámicos pueden resignificarse y ser prendas revolucionarias para quien las porta. Reconozcamos nuestro lugar como mujeres de Occidente dentro del debate sobre el uso del velo y escuchemos, sin caer en discursos islamofóbicos, lo que las mujeres musulmanas que portan y no portan algún tipo de velo, tienen que decir.

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