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HISTORIA ¿QUE SIGNIFICA LA PALABRA TEXTIL?
La palabra textil proviene del latín textus (tejido), del verbo texere (tejer, trenzar, enlazar).
Así, el verbo texere, nos aporta tejer y tejido en castellano. Del mismo origen, es la palabra texto, que el Diccionario de la Real Academia Española, define como “enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos”. Una obra literaria (novela, cuento o poema) también puede llamarse tejido. Es tejido por su autor. Un texto desarrolla una trama, una historia.
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La palabra trama también hace referencia a un conjunto de hilos horizontales, que al cruzarse con los hilos de urdimbre o verticales forman una tela. Al igual que lo hacemos con un texto, podemos leer los signos que arroja una tela, y añadirles un significado.
Los tejidos se pueden leer. La superficie textil es un poderoso territorio de expresión. Comunica mensajes sobre quién los porta. El efecto visual que refleja una tela proyecta el estilo personal, gustos, afinidades, edad, lugar de origen, inclinación política de una persona y su comunidad.

Historia del tejido
La historia y origen del tejido se remonta al paleolítico superior. Según los historiadores, el clima más benigno de Europa meridional pudo incitar a los hombres a emprender la costura de fibras. Hecho que parecería confirmado por el descubrimiento de agujas muy finas talladas en hueso que datan de ese período. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos también su evolución en el tiempo.
Origen del tejido
Las técnicas de hilado mediante el torcido de las fibras se remonta a la época paleolítica. El descubrimiento de restos de una red de pesca del periodo mesolítico en Finlandia muestra que algunas culturas de la época conocían las técnicas de entrelazado de las fibras, que están en la base misma del tejido. En cierta medida, esta técnica se confunde con la de la cestería y la del trenzado de esteras.
Desgraciadamente, la muy escasa conservación de materiales tan perecederos como las fibras naturales impide establecer un cuadro evolutivo de las técnicas que podrían haber estado asociadas a ellas. Los testimonios más antiguos se remontan al neolítico avanzado, y se concentran sólo en algunas regiones del mundo:
• En el Próximo Oriente.
• En las regiones áridas del Perú en América.
• Regiones mediterráneas de España.
• En el centro de Europa, donde cestos, esteras y tejidos pudieron ser preservados gracias a un medio ambiente muy seco.
• En Escandinavia y Suiza, donde el barro de las turberas y de los lagos, en algunos casos, conservó las fibras naturales
Testimonios más antiguos del tejido

Los textiles descubiertos en Egipto, que datan del inicio del quinto milenio, están lo suficientemente elaborados como para que podamos considerar una mayor antigüedad de las técnicas del tejido. Es el caso de un trozo de tejido que data aproximadamente del 5000 a. C.

El hallazgo proviene de El Fayum, oasis ubicado en la franja occidental del Medio Egipto. Se trata de la muestra textil más antigua que se haya encontrado hasta ahora, y sin embargo, revela un tejido regular y utiliza un hilo muy fino.
La primera representación del telar, de tipo horizontal, se puede observar en una vasija que data de alrededor del 4400 a. C., descubierta en el yacimiento de Badari, también en Egipto. Este artefacto es sumamente simple. Está compuesto por dos rodillos paralelos. El primero devana los hilos de la urdimbre hacia el tejedor y el segundo recoge el tejido realizado. El primer rodillo, llamado enjulio, está sostenido por
Asimismo, está equipado con arneses dispuestos horizontalmente respecto a los rodillos. Entre estos dos arneses se tensan cordeles denominados lizos, dotados de un anillo por el que pasa el hilo de la urdimbre. Estos lizos se ubican en intervalos regulares.
En razón de la aparente simplicidad y facilidad con que se podía montar y desmontar, el artefacto representado en la cerámica de Badari es considerado generalmente por los arqueólogos como el telar ideal de un pueblo nómada.
Esto podría apoyar la tesis de una mayor antigüedad de las técnicas del tejido. En efecto, la existencia de telares desamables demostraría que la sedentarización no fue una para el desarrollo del tejido, y que éste pudo existir perfectamente antes del quinto milenio, en Egipto o en algu¬na otra parte.
Como quiera que fuese, no es sino a partir de esa fecha cuando comenzamos a disponer de una documentación arqueológica abundante acerca de los textiles y las formas de tejido. El Próximo Oriente, particularmente, conserva cierta cantidad de vestigios de los
• Se encontraron restos de tejidos de lino en Susa.
• Tejidos regulares en Mesopotamia.
• Fragmentos carbonizados de textiles en Ghasul, en Palestina.

• Husos y ruecas que permitían fabricar hilo muy fino en Nakada, en Egipto, todos ellos del cuarto milenio.