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Y AHORA QUÉ?
from Periódico Corriente Alterna nro. 11
by Programa Gestión de Proyectos, Universidad Nacional de Colombia.
María Alejandra Arias Frontanilla Estudiante de Ingeniería Mecatrónica Facultad de Ingeniería Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá
Trabajos, entregas y exámenes. Esfuerzo constante durante un período que se suponía sería de tan solo diez semestres, pero que, por diversas causas, algunas más justificadas que otras, termina prolongándose en ocasiones indefinidamente. Sin embargo, aunque la espera parece nunca terminar, eventualmente llega el anhelado momento y ese diploma con el título nos es entregado. Y la pregunta que desde hace unos cuantos meses tenía cabida en la mente del joven graduando empieza ahora a destellar con más fuerza: ¿y ahora qué?
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La cuarta revolución industrial, máquinas colaborando entre sí, intercambio de datos y respuestas de sensores que captan estímulos de diversos escenarios. Quizá es justo ahí donde se encuentra la respuesta que podría ayudar a que el interrogante de aquellos que en un futuro estaremos próximos a graduarnos tenga una perspectiva más clara. La tecnología avanza a pasos agigantados, las creaciones e innovaciones crecen a un ritmo acelerado, el umbral de sorpresa ha subido tanto que nuestra capacidad de asombro se ha visto disminuida. No obstante, hay algo que parece quedarse atrás en el ciclo de evolución y que, como una teoría comprobada, al parecer no se inmuta: la educación. A pesar de que ha habido cambios y de que se cuenta con mejor información e instrumentos, la base sigue siendo la misma. Se estudian los mismos conceptos. En ello no hay ningún inconveniente, ya que las ciencias exactas que empleamos como base de nuestra formación permanecen, en la mayoría de los casos, sin cambio alguno, pero la forma como se enseñan estos conceptos es lo que, sin duda alguna, debería tener un cambio.
https://bit.ly/2XUB
rba y Tomada y modificada de https://bit.ly/35IF QAG
Es momento de que seamos nosotros, los estudiantes, quienes reciban las señales y analicen las respuestas de esos sensores que están afuera. Es momento de cerrar la brecha entre el campo laboral y las aulas de clase: que no se espere hasta los últimos semestres para realmente sentir lo que es trabajar como un ingeniero y que desde un comienzo se enfoque la energía de aquellos que desean aprender, pero aún no saben exactamente sobre qué. La inmersión en el mundo laboral desde los primeros semestres de formación permite que los estudiantes reconozcan con mayor facilidad aquellas áreas de interés principal, y que la motivación por aprender no esté ligada a una nota o al miedo de no poder incrementar el porcentaje de avance, sino que, por el contrario, sea el mismo estudiante quien se impulse a profundizar y ahondar en lo que le llame la atención. Esto último está directamente relacionado con el interrogante que titula este artículo: que el estudiante pueda encontrar ese campo donde la afinidad y la aptitud se fusionen toma una relevancia muy grande al momento de elegir qué camino tomar como línea de profundización.
Porque si las máquinas pueden interactuar entre sí, es ahora nuestra oportunidad para que líderes en la industria y mentes nuevas se encuentren para trabajar en este presente que vuela con mucha rapidez hacia el futuro.