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Retaliaciones

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Referencias

Referencias

El atentado al DAS logró nivelar las cargas “políticas” del Cartel de Medellín para tratar de relacionarse en el mismo nivel que con el Gobierno. La sumatoria de los atentados del avión de Avianca más el del DAS, lograron convertir al grupo criminal en un actor político para después negociar la entrega de Pablo Escobar y tener capacidad de infuir en la toma de decisiones del Estado en todos los ámbitos de poder público.

Retaliaciones

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En 1988 inició la guerra entre los carteles de Cali y Medellín, entre otras cosas, motivada por el control de las redes y rutas de distribución y exportación de cocaína a Estados Unidos. Los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, cabecillas del Cartel de Cali, dieron el primer paso a una serie de atentados sangrientos entre carteles:

El Cartel de Cali hizo estallar 80 kilos de explosivos puestos en un carro frente al edifcio Mónaco ubicado en El Poblado, [un exclusivo sector de Medellín, dónde vivía el narcotrafcante Pablo Escobar con su familia.] (...) En el atentado no murió ninguno de los inquilinos del edifcio, pero sí dejó tres muertos, diez heridos y muchos vidrios rotos a cuatro cuadras a la redonda. (Atehortúa, 2019)

Después, el propio Escobar en una carta escrita en 1993 atribuiría este atentado al grupo de “Los Pepes” (Perseguidos por Pablo Escobar):

Los Pepes aparecieron por primera vez el 13 de enero de 1988 colocando una bomba en el edifcio Mónaco. Han colocado carros bomba en El Poblado y han arrojado centenares de cadáveres al río Cauca (…) El Gobierno sabe que el grupo de la Dijín es el brazo militar de Los Pepes. (Salazar, 2001)

“Dicho grupo operó entre 1992 y 1993, detonando bombas, secuestrando, destruyendo edifcaciones y aplicando el mismo sicariato y prácticas desenfrenadas que engendró Escobar” (Matta Colorado, 2013).

Este grupo tuvo su origen en el deseo de debilitar al Cartel de Medellín y a su líder. Los hermanos Carlos y Fidel Castaño, jefes paramilitares, son los señalados de haber ideado y organizado este grupo. El último de los hermanos, Fidel Castaño, fue condenado por la conformación del grupo, siete años después de su asesinato en San Pedro de Urabá. “La sentencia fue proferida por el Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado, el 30 de noviembre de

2001. La pena fue de 13 años y medio de celda y una multa de 3.000 salarios mínimos legales vigentes” (Matta, Colorado, 2013).

En medio de esta guerra de carteles, el de Medellín arremetió contra las sedes de droguerías La Rebaja, propiedad de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela (González, 2010). En enero de 1988 se registraron cinco atentados con bombas a Drogas La Rebaja y se extendieron hasta el mes de mayo de 1990; se registraron en total 85 casos contra esta empresa en diferentes ciudades del país como Bogotá, Cali, Medellín y Pereira.

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