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Belenismo
from ÁNFORA, BOLETÍN 27
by SONIA MARTIN
Anfora Belenismo
1.Introducción
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El “belenismo” se recoge en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), como: Arte de los belenes o afición a ellos. Y “belenista”: Persona que por oficio o afición proyecta, construye o colecciona belenes. Por tanto, el belenismo o construcción de belenes —también llamados nacimientos, pesebres o portales—, hace referencia a los diversos tipos y modelos de representación plástica del nacimiento de Jesucristo. Estas denominaciones están recogidas en el diccionario de la RAE: •«belén»: nacimiento (representación del de Jesucristo). •«pesebre»: nacimiento (representación del de Jesucristo). •«portal»: nacimiento (representación del de Jesucristo). •«nacimiento»: representación con figuras del nacimiento de Jesucristo en el portal de Belén. •«pasito»: (Costa Rica) Conjunto de figuras esculpidas de Jesús, la Virgen, san José, la mula y el buey.
El Belén es una de las tradiciones navideñas con más arraigo en España. La representación del nacimiento de Jesús es parte de una tradición cristiana que se remonta a más de ocho siglos.
Cabe decir en primer lugar que la palabra “tradición” viene del latín “traditio” que se refiere al verbo “tradere”, que significa entregar. En consecuencia, podríamos afirmar que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado. El término pesebre proviene del latín “praesepium”, vocablo utilizado ya por San Jerónimo en su traducción de la Biblia Vulgata hacia el año 350 de nuestra era. A su vez, deriva de prae-sepas, que parece guardar alguna relación con el griego he phatne, cuya raíz proviene del sánscrito bhedh. Phatne sería la concavidad donde se deposita el alimento del ganado y su significado original (y que también se utiliza hoy en día en el mundo de la ganadería) es el de “recipiente o cajón destinado a la comida de los animales”. La historia del nacimiento de Jesús y todos los hechos que lo rodearon, tales como la anunciación a los pastores y la adoración de los Magos entre otros, son escenas que habitualmente se representan en el arte del belenismo. Los datos de que dispone el belenista los encuentra solamente en dos Evangelios Canónicos, los de San Mateo y San Lucas, o en los Evangelios Apócrifos (no reconocidos por la Iglesia Católica), estos son más explícitos y añaden cierto número de detalles que proporcionan más ternura al nacimiento de Jesús. Estas fuentes sirven de guía a la imaginación y pauta a seguir en la escena que el belenista desea representar.
Existen muchos antecedentes de representación plástica del nacimiento de Jesús, tanto en las catacumbas romanas (lo que da idea de su relación con el cristianismo primitivo) como en las iglesias y otros lugares relacionados con el culto religioso cristiano. Los antropólogos e historiadores relacionan directamente las figuras del belén con diferentes objetos de culto de formas antropomórficas y animales, muy especialmente por el culto romano a los dioses del hogar (lares) que se realizaba también mediante pequeñas esculturas con forma humana.
La actividad belenistica se organiza a través de las Asociaciones de Belenistas, que realizan cursos de técnica belenística para promoción y fomento del arte belenista, con gran aceptación de público, y exposiciones de sus trabajos, belenes y dioramas, en Navidad. A partir del siglo XIX se documentan las primeras Asociaciones de Belenistas, la primera de las cuales fue la de Wenns (Tirol, Austria), en 1860, aunque se cree que en Barcelona ya existía una asociación belenista anterior a esta fecha, su creación oficial fue en 1863; en todo caso, y, puesto que la asociación de Wens desapareció al cabo de un año de su fundación, la barcelonesa es la asociación con actividad en la actualidad más antigua del mundo. La asociación internacional es la Universalis Foederatio Praesepistica (UN-FOEPRAE), fundada en Barcelona en 1952 y sede actual en Roma (Italia). En la Federación Española de Belenismo hay integradas alrededor de 77 asociaciones con más de 15.000 belenistas, más o menos. A nivel regional, hay tres federaciones territoriales: la catalana, (la más antigua y numerosa), la andaluza y la navarra. El belenismo no solo da trabajo en la antesala de la Navidad, sino que mueve dinero, mueve una economía de empresas que se dedica a material, figuras, iluminación..., todo el año. Y a nivel turístico, también hay un turismo de belenes que busca estas obras más allá de la Nochebuena. Entre el primer sábado de diciembre y el 23 del mismo mes, se montan en diversas ciudades de España, ferias de Navidad, donde se encuentran todo tipo de figuras, accesorios para montar el belén (casitas, construcciones, aperos rurales y ajuar doméstico, luces, corcho, musgo, etc.). Algunas de estas ferias o mercadillos son la “Feria de Santa Lucia” en Barcelona, el de la Plaza Mayor en Madrid, o el de otras ciudades como Murcia o Sevilla. Y, por último, la convocatoria de los populares concursos de belenes, que se siguen realizando en entornos muy dispares, desde la Asociaciones de Belenistas, parroquias, colegios, ayuntamientos, etc., y que indudablemente hacen que esta tradición no sólo se mantenga viva, sino que además incremente la calidad de sus construcciones, hasta convertirse en un auténtico arte como difusión y promoción de esta popular y entrañable tradición del belén. El Segundo Congreso belenista internacional, celebrado en Roma en 1955 por la UN-FOEPRAE aprobó como definición de “belén”:
•“Entendemos por belén la
representación plástica y objetiva del nacimiento de Jesús mediante la disposición de un país visto de manera panorámica, en el que se sitúa una diversidad de figuras que se pueden mover y alterar de sitio a gusto del que hace el belén. Toda otra figuración del nacimiento de Jesús, representada en pintura, vidriería, bajo relieve o cualquier otra manifestación artística que no reúna las condiciones indicadas, no puede ser considerada como belén, el belén se destruye después de cumplir su misión”.
El belén representa, por lo general, a la sagrada familia en un pesebre o, según otras tradiciones, en un establo, granero o cueva, donde, según San Lucas 2,7, nació el Niño. La tradición los acompaña de una mula y un buey, según el relato de los Evangelios apócrifos. Puede incluir además representaciones de los pastores reunidos para adorar al recién nacido, de los tres Reyes Magos con sus ofrendas, de ángeles y de la estrella de Belén. Pero además de estas escenas, se acostumbran a incluir otras, como la Anunciación del Ángel a la Virgen María, la Visitación de María a su prima Santa Isabel, la Búsqueda de Posada de José y María en Belén, la Matanza de los Inocentes por Herodes y la Huida a Egipto de la Sagrada Familia, e incluso otras menos relevantes como el Sueño de San José, la visita de los Reyes Magos a Herodes, los esponsales de José y María, la Presentación de Jesús en el Templo y el Taller de Nazaret de José, carpintero. La Natividad, se le llama también Misterio, el Niño Jesús, María y José que son el motivo central del Belén, cuya representación nos mueve a la contemplación del gran misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Generalmente el “nacimiento” se monta antes de Navidad, tradicionalmente el 8 de diciembre, coincidiendo con la fiesta de la Inmaculada Concepción y se conserva montado hasta el 2 de febrero, fecha de la presentación de Jesús en el Templo y fiesta católica de la Candelaria. En algunos lugares es costumbre que la imagen del recién nacido se coloca la noche del 24 al 25 de diciembre; y en otros que, a partir de la fiesta de la Epifanía el 6 de enero, se coloquen las figuras de los Reyes Magos en adoración al Niño, que hasta entonces se hallaban desplazándose en cabalgata por el paisaje del Belén según el paso de los días navideños. Según la presentación del montaje, los belenes pueden ser: •Abiertos o panorámicos, que son visibles al menos por tres de sus caras o lados, situados más bajos que el punto de vista del espectador, sin estar rematados por embocadura alguna, ni techo ni armazón que lo cierre, si no, en todo caso, por un telón liso de fondo.
•Cerrados, los dotados de un cerramiento exterior (cajón, estructura metálica o
de madera, cortinajes, etc.), que encierran el belén dejando como única vista un frente, a través de una embocadura, donde vemos todo como un paisaje cerrado provisto de perspectiva, como en un teatro. Se acostumbran a denominar dioramas artísticos. Una variedad muy importante del belén cerrado, que no es diorama, es el de escaparate o caja, más estrecho que un diorama, tiene varias caras o lados de cristal que permite ver su interior y a veces puede estar concebido como un retablo que se cierra; su contenido es reducido y ligero para ser manejable y portátil y normalmente solamente representa la Natividad. Normalmente, unos como otros una vez montados no se deshacen más, se exponen durante la Navidad y pasadas las fiestas se guardan.
La segunda clasificación es según la técnica de confección del belén:
•Populares, son los que se realizan utilizando técnicas sencillas de montaje, con materiales tradicionales (corcho, musgo, serrín, papel de plata, etc.) construcciones prefabricadas adquiridas comercialmente (portal y casitas de corcho y madera, plástico o resina; papeles decorados pintados como fondo, etc.), presentados normalmente “abiertos” y sin técnicas de perspectiva. La sencillez en el montaje no obliga a que las figuras sean también “populares”, ya que muchas veces se utilizan figuras de gran calidad artística. En general son los típicos belenes domésticos.
•Artísticos, son los que el belenista utiliza técnicas específicas y más sofisticadas, propias del arte, la construcción y el maquetismo, e intenta que el paisaje y el entorno del belén sean lo más realista posible. El belenista acostumbra a construir los edificios, modelar el paisaje, poner la iluminación adecuada, utilizando materiales muy diversos como el yeso, la madera, el poliestireno, las pinturas, etc. El belén artístico, además, ha de respetar las reglas de la escala y la perspectiva.
Según la manera y estilo de las figuras y el paisaje representado existen tres categorías:
•Los bíblicos (también llamados “hebreos” o “palestinos”), que recrean el paisaje, los personajes, los enseres y las costumbres que había en Judea en el momento del Nacimiento de Jesús.
•Los costumbristas, que utilizan paisajes no bíblicos (normalmente de la zona donde vive el belenista) y son normalmente anacrónicos, puesto que las figuras representan personajes de tipología local y regional, de épocas diferentes a la del nacimiento de Cristo.
•Los modernos, serían construidos de forma figurativa, según las convenciones del arte contemporáneo y llegando hasta la abstracción, mediante el uso de materiales y técnicas no convencionales y de diversa procedencia, como el metal, conchas, tejidos, botellas, luces, origami, etc. Los belenes pueden ser de cualquier tamaño, desde belenes en miniatura que se pueden colocar en el ojo de una aguja o de forma más habitual en cajas de música, botellas o tinajas, etc., pasando por belenes de sobremesa, los más frecuentes en el ámbito do-
méstico, de tamaño reducido, que se colocan encima de algún mueble, bajo el árbol de Navidad o en el hueco de la chimenea, por ejemplo, hasta los nacimientos grandes, que ya necesitan una ubicación específica al ocupar una parte considerable de una habitación. Pero desde el punto de vista del tamaño, los más relevantes son los belenes monumentales, generalmente construidos en el exterior, pueden aprovechar incluso rincones naturales del terreno, ocupan una superficie grande y suelen ser obra de varios artistas.
Por los personajes empleados se clasifican dos tipos de nacimiento: •Los vivientes, en que personas reales desarrollan las diferentes escenas del belén, incluso con la participación o no de animales vivos y vegetación natural. El primer belén, el de Greccio, fue de este tipo. •Los tradicionales, en que utilizan figuras realizadas en diferentes materiales. A su vez se subdividen en: •Fijos: Sus figuras no realizan movimientos. •Con movimiento. Dispositivos mecánicos o eléctricos permiten que las figuras realicen movimientos repetitivos.

Belén Viviente de Montemolín El Belén Artesanal en Movimiento de Valga
