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Kevin Muñoz Gómez

15 años Cuba

En un país muy lejano, cerca de una bella y colorida isla, encontré un amigo. Quizás no parezca real, pero lo es. Quien lo dude pregunte a él. Un día de verano salimos de paseo. Hacía un calor intenso.

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Elsolparecíaestarmuycerca.Necesitábamosrefrescarnosen aquellas aguas mansas. El lugar era perfecto, no tardamos en entrar.

Mi amiga Trini saltaba eufórica y nos tiraba agua. Nosotros comenzamos a hacer lo mismo, era muy divertido. Pasaron horas y seguíamos ahí. Teníamos hambre, Hanny abrió su mochila y sacó algunas cosas de comer, Andy, Fabio y Malena también aportaron, comimos, bebimos, reímos. Todo bien hasta que algunos de mis compañerosdecidierondeshacersedeenvasesyrestosdealimentosy sin pensar en las consecuencias al medioambiente lanzaron al agua todo. Como si fuera poco comentaban lo gracioso que sería ver un tiburón con sombrero de cáscaras de plátanos. De pronto se apareció un tiburón que estaba ahí desde el principio, nos permitió bañarnos y relajarnos en su hogar pero ya era demasiado; si no hubieran arrojado desechos al agua, no hubiéramos conocido su malhumor. Él observa, tranquilo, como guardián de aquellas aguas cálidas, mientras ve diversión, juegos y romance, pero se molesta mucho si tiran basura. ¡Muchachos irresponsables por qué hacen esto! De la nada escuchamos. Buscamos con la vista al que habló y para sorpresa nuestraerauntiburón. Quéimpresionantefueverloasítancerca,tan serio y triste, con ese brillo en los ojos que asustaba. Parecía estar cerrando el paso. En ese momento algunos quedaron mudos, otros creímosestarsoñandoperoerareal.Tibudiánestabafrenteanosotros hablando, dando buenos consejos, explicando el porqué de todo lo que decía y las causas y consecuencias de nuestros actos. Esa fue la mejor parte del paseo. Diversión teníamos frecuentemente, pero alguien tan sabio defendiendo la naturaleza y además de otra especie, eso sí era especial. Tibudián nos hizo reflexionar, se convirtió ennuestroamigo,tambiéncomoélcomenzamosacuidaryamarcada díamásnuestroentorno.Cuandotenemostiempolibreonecesitamos consejos vamos a su encuentro y no somos los únicos. Tibudián, el tiburón guardián, es muy famoso por sus buenas acciones. Es una de las atracciones turísticas de nuestra ciudad. Ayer, mientras leía sentado en el muro del malecón de la Habana, vi unas aletas que se agitaban saludando y era él, mi amigo Tibudián, junto a un delfín. Siempre es así, aparece de repente, se roba las miradas y trae alegría con su presencia. Antes permanecía sumergido en el anonimato, ahora es feliz mostrándose y recorriendo el mundo, ansioso por conocernuevosamigos.

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