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Zoológicos como parte fundamental en la conservación de especies

Zoológicos como parte fundamental en la conservación de especies

La preservación de las especies

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Eugenia González Pujol, 10 de septiembre de 2020

La palabra “zoológico” para muchas personas lleva consigo una carga semántica negativa, y en ocasiones prácticamente representa el sinónimo de cárcel. Esta impresión, en parte, no es infundada, ya que el concepto entero de los zoológicos nació hace algunos siglos a partir de colecciones privadas. En el pasado, al rededor de 1850, los “jardines zoológicos” eran conformados por animales injustamente capturados y dispuestos en jaulas pequeñitas para divertir a espectadores y generar dinero, gracias capitalismo.

Pero a partir de la segunda mitad del sig lo pasado, y gracias a miles de movimientos en pro de los derechos de los animales, estas instituciones han pasado de ser un calvario a un refugio seguro. Hoy en día los zoológicos son vitales para la preservación de la vida animal, tanto en cautiverio como en su hábitat natural, y para la preservación de éste mismo hábitat que desde siempre ha sido amenazado y reducido por la actividad humana. Así que sí, lo que nació con intenciones egoístas y objetivadoras, ahora representa la principal esperanza para la supervivencia del mundo animal.

Un ejemplo de esto son las múltiple especies de animales que, gracias al esfuerzo inconmensurable de zoológicos, han sido rescatadas de la extinción tota l, como lo es e l caso del Lobo mexicano: la subespecie más pequeña del lobo gris, habitante de la zona norte del país, que desde los años 70’s (y después de una campaña para su exterminio) desapareció de la vida libre; pero después de una campaña de conservación desarrolladas e implementada entre el gobierno (tanto mexicano, como estadounidense) y los zoológicos de Chapultepec, Aragón y Los Coyotes, desde el 2014 se ha logrado reintroducir a la especie en su hábitat natural con éxito. Justo este 2020 han nacido dos camadas nuevas, sumando once desde su reintroducción, lo que prueba que la readaptación de la especie ha sido exitosa.

Casos similares al del Lobo mexicano existen a montones, como el del Tamarino león dorado (o Tití leoncino), primate reintroducido en Brasil a inicios de los 90’s; o el de los caballo de Przewalski, considerado por años como el único caballo salvaje en el mundo, que ha sido reintroducido en Mongolia y, a menor escala, en China; y así podemos seguir la lista con el Lince Euroasiático en Suiza, el Buitre negro en Francia, el Halcón peregrino, el Hurón de pies negros, el jabalí, etcétera. Sin la ayuda del trabajo inacabable de los zoológicos y sus programas de crianza, estudio de especies y conservación de hábitats, flora y fauna, la vida silvestre mundial se encontraría en un lugar muy oscuro (más de lo que hoy en día se encuentra).

Pero ¿qué ocurre con los que no pueden regresar a la vida silvestre? Porque sí, existen animales que, al haber vivido toda su vida en cautiverio, ya sea, en el peor de los casos, porcaza, captura y venta ilegal (mercado negro de animales, ese sí que es u n e n em i g o d e l cual preocuparse), o en el mejor de los casos, por haber nacido en zoológicos, producto de padres también nacidos en cautiverio, no desarrollaron las habilidades necesarias de su especie para sobrevivir en vida silvestre. Los zoológicos cuentan con estructuras grandes y gente especializada en su cuidado, por lo que sus “hogares” y áreas de estar son constantemente rediseñados con la flora que corresponde al hábitat natural de la especie, al igual de que se mantiene un seguimiento estricto de su dieta, y de su salud mental y psicológica, lo que permite que los animales desarrollen los comportamientos típicos de su especie. Tener un acercamiento a los animales permite que se hagan estudios de este comportamiento, y generar descubrimientos que nos ayuden a entenderlos y cuidarlos mejor, en sí, desarrollar una relación más sana con ellos, un ejemplo de esto es el zoológico de Filadelfia, Estados Unidos, en donde los cuidadores reproducen música para los animales dependiendo de los gustos de las especies, en este lugar, las jirafas prefieren el jazz.

Pero el principal beneficio de los zoológicos es sin duda su capacidad educacional. Vivimos en un mundo sumamente globalizado, en el que los niños (y adultos) pasan la mayor parte de su vida pegados a una pantalla, y aún cuando las películas e imágenes en general pueden servirnos para conocer lugares lejanos y crear interés, no le llegan ni a los talones a las conexiones que se crean con experiencias físicas, y sin estas conexiones, el compromiso que conlleva el cuidado del medio ambiente y de los animales, se pierde. En los zoológicos no solo rescatan animales, sino que también rescatan nuestra conexión con ellos y con la naturaleza, esto lo logran al invitarnos a convivir más de cerca con los animales, por medio de actividades recreativas y campañas que nos abren los ojos a la realidad de nuestro mundo y a la responsabilidad que tenemos de cuidarlo y preservarlo. Entonces sí, los zoológicos son una parte fundamental para la conservación de especies, para la conservación del mundo entero nuestra verdadera arca de Noé posmoderna.

Titi León Dorado

Los tamarin león dorado tienen un tipo de crianza compartida, los machos se ocupan de cargar en sus espaldas a sus crías, excepto cuando las madres deben ocuparse de su acicalamiento y alimentación.

Jaguar Melánico

¿Sabías que la pantera no existe?

El nombre correcto de este mamífero es jaguar melánico, esto pasa gracias a un fenómeno denominado melanismo, que consiste en un exceso de pigmentación oscura en las células de la piel.

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