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l Los espacios que nos esperan. Jesús Alberto Parra

Exposición Rosa Vegas en la Galería de Arte Nacional. Foto: Francisco Arteaga

Museos de Venezuela: de lo exclusivo a lo inclusivo Las paredes que nos esperan

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Por Jesús Ernesto Parra

Son los museos espacios que se debaten en una paradoja de transformadora continuidad. Su labor de la custodia de patrimonio en las sociedades, como testigo de la formación de manifestaciones trascendentes, y también siendo incontestable archivos - reflexión tácita en la materia al reordenar el fruto del caos creador; les colocan en el límite de ambas fuerzas, que en ellos no se hacen contradictorias, sino más bien se complementan –o así lo intentamos quienes en hacemos allí vida- en forma genuina.

Más allá de lo institucional, en el museo todavía se ejecuta una acción inusitada que la sociedad de la inmediatez ha mutilado del pensamiento humano común: el ejercicio de la memoria. Desde este sencillo, pero cada vez más extraordinario recurso, las sociedades puedes apelar a sus fuentes de

construcción de identidad –en un sentido; así como también al despliegue de las capacidades, que la construcción de lo simbólico encuentra en ese umbral de la mente que es la imaginación. Museos: imaginación e identidad.

No es deleznable la tarea en un contexto donde la humanidad se hace preguntas fundamentales; y donde las políticas públicas se ven urgidas para reconstruir tejidos que las crisis también liminares colocan en alto contraste. Las preguntas de siempre, las que persiguen a los autores, críticos, estudiantes y asistentes a nuestros museos, se hacen atronadores ecos que recorren las calles vacías del planeta, huérfanas de respuestas en un mundo temeroso de ver sus últimos días por la pandemia de la COVID 19.

Pero son las paredes de los museos que, con la serenidad de esas pacientes paredes, contestan el mundo asustado que no encuentra respuestas en las pantallas de sus teléfonos celulares. En los pasillos de los museos: los que sobreviven con el apoyo de los gobiernos, los que se incorporaron a la iniciativa privada, los que están a punto de desaparecer, le dicen lo mismo el planeta pandemia: aquí están las grandes preguntas que a veces olvidamos responder.

También, nos van a regalar respuestas los museos por abrir o crecer. Los que, de pequeñas iniciativas, terminan en

grandes formulaciones. El arte como la vida, es incesante. Antonin Artaud solía equiparar la creación teatral con una forma de peste. Pero este contagio no deja dudas de ser auspicioso. Ver crecer museos de ciudad en ciudad, y región en región, hoy día es de las mejores noticias.

En Venezuela viene pasando algo parecido. Es innegable que las sucesivas crisis políticas y económicas del país impactaron con gravedad en la dinámica de estas instituciones gubernamentales. Pero, esto no quiere decir que dichas instancias de crecimiento de las sociedades hayan fenecido y, mucho menos, deban ser abandonadas.

Una muestra de ello lo subraya la próxima incorporación, a la colección de los museos nacionales de Venezuela, de los donativos que el Estado realiza a través de los fondos de rescate de empresas e instituciones que fueron asumidas por lo público y que tenían en custodia enormes colecciones de arte venezolano, con autores de amplio renombre internacional. Arte comprado con capitales opacos, que ahora pasa a mano de los pueblos.

Que de exclusivas colecciones privadas autores como Soto, Cabré, Palacios, Pellegrino, Golding y Calzadilla, pasen a las nacientes bóvedas de museos en remotas localidades como Calabozo, San Cristóbal, Barinas, El Tigre; o a espacios culturales locales como en Yaritagua, La Victoria, o Santa María de Ipire, es un atronador acto de inclusión en un contexto adverso en todo ámbito. De nuevo, el arte, como la vida, es incesante.

Conformado como Comité Nacional, ese grupo de trabajo amparado por la institución museística, FMN, hace política pública, pero también sienta un precedente de legislación en materia de patrimonio de las sociedades. Vale la pena pensar, que cuando este accidente termine, más pronto que tarde, iremos todos gozosos a abrir las puertas de jóvenes museos para colgar cuadros de nuestros pacientes y eternos maestros, en esas, las limpias paredes que nos esperan. Para entonces continuar, sin dudad, con la vida.

Jesús Ernesto Parra

Editor, escritor y periodista. Editor fundador de las revistas plátanoverde y 2021: Pura Ficción. Ha sido becario y relator de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, dirigida por Gabriel García Márquez. Ha publicado: Sombras que cruzan las paredes, El Perro y La Rana (2005). Piernas de tenista rusa, Monte Ávila Editores Latinoamericana (2013).

Correo electrónico egoernesto@gmail.com