Es la capacidad de oír y es muy importante en el lenguaje como componente indispensable de la función comunicativa en los seres humanos.
Esta capacidad depende de la anatomía y fisiología del oído, órgano que nos permite percibir los estímulos sonoros que nos brindan los contextos socioculturales en los cuales estamos inmersos.
El oído consta de tres partes: oído externo, oído medio y oído interno. Estas permiten que el sonido viaje hasta nuestro cerebro.
El oído externo recoge los sonidos que nos brinda el entorno; los lleva al oído medio, el cual los recibe como vibraciones y los transporta a la cóclea en el oído interno, la cual esta llena de líquidos y células que lo transforman en estímulos nerviosos, que van al cerebro donde se comprende el sonido y se da significado.
Enfermedades infecciosas y crónicas del oído.
Enfermedades de la infancia como la rubéola, sarampión, parotiditis, meningitis y toxoplasmosis, entre otras y/o bajo peso al nacer, incompatibilidad sanguínea, hipoxia neonatal, sufrimiento fetal agudo.
Es la sensación producida por el choque entre dos objetos que vibran convirtiéndose en energía sonora, esta forma de energía viaja a través del aire y es percibida por el oído.
El sonido está en todas partes, en el ambiente, en la música y en la voz, entre otras.
Uso de sustancias y medicamentos ototóxicos.
Presbiacusia (pérdida auditiva en el envejecimiento).
Cerumen impactado o encajamiento de cuerpos extraños.
Golpes en la cabeza y/o de oído.
Exposición a ruidos excesivos y contaminación sonora.
El sonido también se convierte en indeseable cuando interfiere en alguna actividad cotidiana. Ya que al presentase a mayores niveles se convertirá en “la molestia”, a esto es lo que llamamos RUIDO.
Dificultades para la comunicación
Alteraciones en el sistema nervioso central y periférico.
Insomnio, ansiedad, agresividad, irritabilidad, estrés, y aislamiento.
Agotamiento, fatiga y baja productividad.
Señales de alarma 4.
Prurito o piquiña en el oído
Dolor de oído
Sangrado o secreciones con olor desagradable.
Vértigo
Sensación de que no escucha, solicitud de constante repetición, aumento del volumen del televisor, etc.
Alteraciones en el sistema digestivo.
Alteraciones en el sistema cardiovascular.
Inhibición del deseo sexual y alteraciones en el ciclo menstrual.
No escuchar música a altas intensidades cuando utilice audífonos.
No introduzca objetos en los oídos, sólo se debe limpiar la oreja en la parte externa.
No se automedique, consulte con su médico de confianza antes de ingerir o aplicarse algún medicamento.
Asista a controles audiológicos periódicamente y cambie la protección auditiva regularmente.
Cuando tenga gripa, procure que sus fosas nasales estén siempre despejadas. No se suene la nariz.
No se exponga a ruidos fuertes ni en la empresa ni en otros entornos y si lo hace utilice adecuadamente la protección auditiva.
Mantenga los protectores auditivos limpios, se lavan con jabón de tocador terminando la jornada y se utilizan al día siguiente.
La protección auditiva se debe cambiar cada año, dependiendo del lugar donde se utilicen y el cuidado del colaborador.
DECRETO 1295 DE 1994, ART. 21 OBLIGACIONES DEL EMPLEADOR. EL EMPLEADOR SERÁ RESPONSABLE:
“Procurar el cuidado integral de la salud de los trabajadores y de los ambientes de trabajo”.
“Programar, ejecutar y controlar el cumplimiento del programa de salud ocupacional de la empresa, y procurar su financiación”.
“Facilitar la capacitación de los trabajadores a su cargo en materia de salud ocupacional”.
ARTÍCULO 22. OBLIGACIONES DE LOS TRABAJADORES. SON DEBERES DE LOS TRABAJADORES:
“Procurar el cuidado integral de su salud”.
“Colaborar y velar por el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los empleadores en este decreto”.
“Cumplir las normas, reglamentos e instrucciones de los programas de salud ocupacional de la empresa”.