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Vitali VINICOLA
Dada la importancia que una boda tiene a nivel sentimental y legal, lo habitual es que los novios quieran celebrarla con sus seres queridos mediante una ceremonia, un banquete y una fiesta en la que no falte de nada. Por ese motivo, la organización debe ser minuciosa y tiene que comenzar meses antes para que todo salga perfecto.
En concreto, lo habitual es que se sigan una serie de recomendaciones para preparar una boda tales como estas:
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-Elegir la fecha y el lugar donde contraer matrimonio con suficiente antelación, especialmente si el lugar de la ceremonia es muy demandado por las parejas que desean casarse.
-Iniciar los trámites que son necesarios acometer para que la unión tenga efecto a nivel legal.
-Preparar una lista con el número de invitados y ampliar o reducir esa en base al presupuesto con el que se cuente. Presupuesto que también deberá ser el encargado de sufragar todos los gastos de la ceremonia, el banquete, la fiesta e incluso lo que es la luna de miel.
-Si no se cuenta con demasiado tiempo para preparar la boda o si se siente uno muy perdido, siempre puede confiar en un profesional, u organizador.
-Encontrar el lugar perfecto para el banquete y la posterior fiesta. Debe tener capacidad para albergar a todos los invitados, debe tener experiencia en la organización de enlaces y debe ofrecer, entre otras cosas, unos menús exquisitos que enamoren a todos.
-Detalles importantes de la ceremonia en sí son las alianzas, la decoración, la música que sonará.
Los vestidos blancos para novia fueron adquiriendo un nuevo simbolismo a medida que iba aumentando su popularidad. El blanco comenzó a ser sinónimo de inocencia, pureza y riqueza
En la actualidad, muchas novias apuestan por dar toques de color a través de los accesorios o en bordados y detalles en los vestidos. El blanco impoluto como el de la reina Victoria ya no es una tendencia al alza. Tras 182 años de la boda de la reina puede que haya llegado el momento de aportar algo de color a las bodas
Según la tradición moderna y nuestra cultura occidental, el blanco suele ser el color favorito en los vestidos de novia. Entendido el blanco como primera opción pero también son muy comunes sus variaciones en tonalidades crudas, marfil, crema, se extendió por toda Europa y rápidamente comenzaron a imitarla las mujeres de la alta sociedad. Desde entonces, el blanco ha sido y sigue siendo el color favorito de las novias. Sin embargo, en España, las mujeres se casaban de negro. Fue a partir de 1910 que se impuso el riguroso blanco, pero no como símbolo de pureza sino de riqueza..