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Las claves del nuevo baremo para la valoración de las personas con discapacidad orgánica

La rigidez de los baremos, que hasta ahora no contemplaban los aspectos no visibles de la discapacidad orgánica, es uno de los motivos por los que muchas familias con Fibrosis Quística recibían una negativa al solicitar el certificado de calificación de discapacidad. Con la puesta en marcha del nuevo baremo el pasado mes de abril, se pretende facilitar este reconocimiento para las personas con “discapacidad invisible”.

Una de las mayores complicaciones de las alteraciones orgánicas es que pueden afectar a muchos órganos internos, como es el caso de la Fibrosis Quística. La invisibilidad y el desconocimiento generalizado que las rodea provocan una falta de comprensión y de empatía en el entorno social y laboral, encontrándose con dificultades de reconocimiento en los baremos de discapacidad anteriores.

En 2019, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) llevó a cabo la creación del símbolo DisOrganic para hacer frente a esta invisibilidad. Representa la discapacidad orgánica y pretende hacer visible lo invisible, lo que no se detecta a simple vista, porque se origina en el interior del cuerpo humano.

Una mayor vulnerabilidad a las infecciones, rigurosas pautas de tratamiento y atención sociosanitaria, necesidad de bajar el ritmo vital y respetar los tiempos de descanso, y en los casos más graves, dificultad para caminar, necesidad de portar oxígeno… Las limitaciones que provoca una enfermedad crónica y degenerativa como la Fibrosis Quística, así como su impacto en la vida diaria, no siempre son visibles y, por tanto, tampoco son reconocidas ni en el plano social ni en el administra- tivo, lo que hace que muchas personas con FQ no consigan el certificado de discapacidad. La puesta en marcha del nuevo baremo de discapacidad, después de más de 20 años de espera, supone una importante mejora en la puerta de acceso al sistema de derechos establecidos en nuestro país para las personas con discapacidad orgánica.

Una de las consultas más demandadas en los departamentos de trabajo social de las asociaciones de FQ ha sido siempre la obtención del certificado de discapacidad. Por ello, en 2019, se realizó una investigación en la que se reflejaba que el 77,8% de las solicitudes fueron concedidas, pero el 40% tuvo que solicitarlo más de una vez para conseguir ese resultado positivo. Esto constató también numerosas desigualdades territoriales que señalaban las personas encuestadas, como en el caso de María, una joven con FQ que solicitó el certificado con 22 años de edad: “Solicité la discapacidad en mi provincia dos veces y las dos me la denegaron. Sin embargo, me empadroné en la provincia de mis padres y allí me la concedieron a la primera, con los mismos informes y en las mismas circunstancias”.

Los baremos que determinan la puntuación para la concesión del certificado de calificación de dis- capacidad están regulados por una legislación estatal que se aplica en todas las comunidades. Sin embargo, existe una diferencia significativa de porcentajes en concesiones positivas o negativas en lo referente a las discapacidades orgánicas y, concretamente, a la Fibrosis Quística. En la investigación se analizaron las variables que influyen en la concesión o denegación de este documento destacando como variable más significativa la provincia en la que se solicita. Como resultado pudo verse que, en Castilla y León, por ejemplo, en las provincias de Ávila y Salamanca el 100% de solicitudes tenían una resolución positiva, mientras que en Palencia y León prácticamente todas las solicitudes eran rechazadas. de la población, muy difícil de valorar si no estás sensibilizado e informado de la situación”, señala Laura Esteban.

El nuevo baremo del grado de discapacidad, después de muchos años de reivindicación, incorpora mejoras para el reconocimiento de la discapacidad orgánica Su intención es conseguir una valoración adecuada para que todas estas personas tengan reconocidos sus derechos y cuenten con los apoyos necesarios para avanzar hacia su inclusión y participación activa en la sociedad, ya que antes sólo se tenían en cuenta criterios físicos, psíquicos, cognitivos y sensoriales por separado “En este baremo se han incorporado puntos como la valoración del dolor, la fatiga, los episodios de brotes o la carga del tratamiento, extensamente reivindicados por COCEMFE y su Movimiento Asociativo, y su implantación pretende reducir las desigualdades a nivel territorial”, explica Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE.

Los principales aspectos que señala el nuevo baremo de discapacidad son:

Según Laura Esteban, trabajadora social de la Federación Española de Fibrosis Quística y autora de esta investigación, este fenómeno puede estar relacionado, entre otras cosas, con la falta de sensibilización e información sobre la FQ por parte de los Centros de Valoración y Diagnóstico de algunas provincias: “En muchas ocasiones vemos que uno de los principales obstáculos es que las personas que valoran la discapacidad no tienen información de las repercusiones, no solo físicas, que conlleva el vivir con una enfermedad crónica como la FQ. Por ejemplo, si tienen delante a alguien que en ese momento se ‘encuentra bien’ y no puntúa en el baremo físico, no se tiene en cuenta el esfuerzo extra en las dimensiones emocionales, sociales y económicas que está haciendo esa persona y su entorno más cercano para poder ‘estar bien’. Ese esfuerzo extra ya te sitúa en una posición de desventaja con respecto al resto

• Un plazo máximo de respuesta de 6 meses desde la presentación de la solicitud.

• El reconocimiento del grado cuenta desde la fecha de presentación de la solicitud

• Pone a la persona en el centro, flexibilizando el proceso de tramitación a través de medios telemáticos y asegurando en todo momento la accesibilidad universal.

• Establece un trámite de urgencia, que reduce los plazos a la mitad, cuando sea necesario para personas más vulnerables, por causas humanitarias o de especial necesidad social, así como en casos de disminución de esperanza de vida, víctimas en zona de guerra y mujeres víctimas de violencia de género.

• Garantiza el derecho de los menores con discapacidad a ser informados y escuchados sin discri- minación por razón de la edad, así como también de las personas con un alto grado de discapacidad. Incluye criterios específicos de evaluación para la infancia y adolescencia.

• Permitirá realizar una valoración y calificación más certera de realidades que causan discapacidad como las discapacidades psicosociales, el autismo o las enfermedades raras. La norma, de hecho, posibilita su revisión a medida que surjan nuevas causas de discapacidad o se realicen nuevos descubrimientos científicos.

• La persona objeto de valoración podrá acudir al acto acompañada de una persona de su confianza, lo que redundará favorablemente en la autonomía y seguridad de las personas con discapacidades severas o grandes necesidades de apoyo.

• Incluye a la sociedad civil de la discapacidad como integrante de la Comisión de Valoración de la Discapacidad.

• Tendrá mayor uniformidad en cuanto a criterio entre los equipos de valoración de las diferentes comunidades autónomas.

• Se incluyen una serie de nuevos baremos para determinar la capacidad funcional de cada persona con discapacidad de manera mucho más certera: baremo de evaluación de las funciones y estructuras corporales, asociadas a las limitaciones de la capacidad para realizar las actividades de vida diaria; baremo de evaluación de las capacidades / limitaciones en la actividad; baremo de evaluación del desempeño; y baremo de evaluación de los factores contextuales, sobre los factores del entorno de la persona que pueden dificultar su participación plena en la sociedad

Por otra parte, este nuevo baremo espera facilitar la unificación con el baremo de dependencia y contará, además, con una aplicación informática (Baredi) para unificar la puntuación y los criterios que valoran la discapacidad.

Las asociaciones de pacientes desempeñan un papel fundamental en todo el proceso de solicitud del certificado, ya que pueden ayudar con la elaboración de informes profesionales de todos los ámbitos (social, psicológico…), la recopilación de documentación personal, informes médicos, presentación telemática o presencial en el centro base, aportación de nueva documentación que no se presentó en la solicitud, explicación detallada de todos los informes y, sobre todo, preparando a la persona para que sepa expresar cómo se siente y por qué necesita el reconocimiento de la discapacidad.

Flexibilización de la jubilación anticipada

Otra reivindicación, recientemente conseguida por las personas con discapacidad, es la facilidad de acceso a la jubilación anticipada, reduciendo los años de cotización exigidos de 15 a 5 años desde el diagnóstico de la discapacidad superior al 45%. Para ello, es necesario haber trabajado un tiempo efectivo equivalente al período mínimo de cotización. Además, se aplicará el mismo régimen a las personas que tengan más de una patología discapacitante si, en conjunto, superan el 45% de discapacidad.

En cuanto a las patologías, entre las que se incluye la Fibrosis Quística, la nueva norma aprobada por el Gobierno el pasado mes de mayo facilita tanto su acreditación como su actualización. En concreto, la acreditación de la discapacidad se podrá realizar, además de mediante certificación del IMSERSO o de las comunidades autónomas, mediante un informe médico que acredite que ha padecido alguna de las patologías contempladas y la fecha de inicio o manifestación de éstas. La edad mínima de jubilación de las personas con un grado igual o superior al 45% de discapacidad por alguna de las patologías enumeradas en el listado será, excepcionalmente, de 56 años. Y, en caso de que el trabajador tenga una discapacidad igual o superior al 65% podría jubilarse a partir de los 52 años.

Pie de foto: Las infecciones crónicas que se dan en las personas con Fibrosis Quística están asociadas con un empeoramiento de la enfermedad y, en definitiva, con la pérdida de la función pulmonar a lo largo de los años