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IMPERIO NAPOLEÓNICO
Salvo Georgia, que se mantuvo leal, los delegados de los doce estados restantes de Nueva Inglaterra: Massachussets, Nueva Jersey, Nuevo Hampshire, Pennsylvania, Delaware, Virginia, Maryland, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Nueva York, Rhode Island y Connecticut se reunieron en el I Congreso de Filadelfia, donde redactaron una Declaración de Derechos (1774) y decidieron suspender el comercio con la metrópoli hasta que se estableciera la situación anterior a 1763. En 1775 el II Congreso de Filadelfia acordó su separación de la corona británica. El 4 de julio de 1776 era aprobada por los congresistas una Declaración de Independencia redactada por Thomas Jefferson (1743-1826); abogado de Virginia y, posteriormente, tercer Presidente de Estados Unidos. La declaración fundaba la separación de las colonias en “Las leyes de la naturaleza y del Dios de la naturaleza” y en las verdades evidentes de la razón.
En 1774, los colonos se reúnen en Filadelfia, para convocar el Primer Congreso Continental, con el fin de pedir respeto a los derechos de las colonias; reconociendo todavía la autoridad del rey de Inglaterra. Entre los participantes del Congreso figuran: George Washington, Thomas Jefferson, Patrick Henry, John Adams y Benjamín Franklin. George Washington , fue nombrado jefe del ejército americano para combatir a los ingleses. Francia interviene apoyando al ejército americano con el fin de restar a Inglaterra gran parte de su poder e influencia colonial. La guerra dura siete años, hasta 1783, en que se firma la Paz de Versalles. Inglaterra reconoce oficialmente la independencia de los EEUU.
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En 1777 los norteamericanos obtuvieron la victoria de Saratoga, con lo que se liberaron las colonias del norte y centro. Benjamín Franklin, famoso científico ilustrado, fue nombrado embajador de Estados Unidos y mandado a París para conseguir aliados. Francia y España entraron en la guerra para perjudicar a su rival, Inglaterra. Los insurgentes recibieron ayuda en forma de material de guerra, empréstitos y voluntarios europeos, como Lafayette. Holanda, aunque se mantuvo neutral, también aportó armas y material naval. En el sur el ejército inglés fue derrotado en Yorktown (19 de octubre de 1781 por las tropas americanas de George Washington, primer presidente de los Estados Unidos de América, con lo que finalizó la guerra.

La capitulación de Gran Bretaña mediante el Tratado de París del 3 de septiembre de 1783, y ratificada por el congreso de los Estados Unidos el 15 de noviembre del siguiente año, puso fin a la Guerra de Independencia de las Trece Colonias. El 4 de diciembre de 1782, concluía la evacuación de las tropas británicas. Con ellos se expatriaron más de cien mil norteamericanos, quienes prefirieron seguir siendo súbditos de Jorge III. En el Tratado de París de 1783, Inglaterra reconoció la independencia de Estados Unidos y les concedió territorios entre los Apalaches y el Mississipi. España recuperó la Florida.

REVOLUCIÓN FRANCESA
Movimiento político, social, económico y militar. Surgió en Francia en 1789, como reacción contra las injusticias y las desigualdades. Originó el establecimiento del gobierno republicano, democrático y constitucional. Difundió por el mundo los ideales de libertad, igualdad, fraternidad, y soberanía popular. Sus consecuencias inmediatas fueron: El derrocamiento de Luis XVI; la abolición de la monarquía en Francia y la proclamación de la I República Francesa.

El establecimiento del régimen republicano en 1792 había abolido los privilegios de casta imperantes desde la Edad Media. Con la caída del máximo exponente de esta estructura feudal, el rey, desaparecieron derechos arbitrarios, como el contundente peso político de los nobles sobre el resto de la población. También se suprimieron los diezmos, esa parte de la cosecha que se destinaba como tributo a la Iglesia o a la Corona, y se eliminó la primacía de los hijos mayores en la herencia de las propiedades. Los grandes beneficiarios de estos cambios fueron quienes los habían provocado, los burgueses. En la práctica, la mejora de su situación se manifestó en una redistribución, favorable a su clase, del poder político y la propiedad privada. La posesión de bienes, libre de los condicionamientos señoriales, hizo que cualquier francés económicamente independiente fuese un elector y un posible miembro del gobierno del estado: un ciudadano.

Sin embargo, no todo acabó ese mismo año, sino que duró unos diez años (1789-1799) de cambios violentos y organización popular, durante los cuales se dictaminaron los primeros derechos universales del ser humano, se le arrebató a la Iglesia Católica mucho del poder que detentaba y se redactó la primera constitución republicana de la historia occidental. Tantos eventos, desde luego, no se dieron sin un margen importante de violencia, tanto por parte de las tropas de la corona, que dispararon al pueblo insurrecto, como por filas revolucionarias que guillotinaron a los reyes y sus edecanes, junto con aquellos ciudadanos leales a la monarquía o a quienes luego hallaron culpables de ser contrarrevolucionarios, durante un período conocido como “El terror” (1792-1794).

La naciente república francesa tuvo que enfrentar la intervención de enemigos foráneos como los ejércitos de Austria y Prusia, que acudieron en defensa de la monarquía, temerosos de que ocurriera algo similar en sus propios países. La Revolución Francesa tuvo su fin con la toma del poder por parte de Napoleón Bonaparte, un general revolucionario que dio un golpe de Estado para devolver el orden a la convulsa República Francesa, proclamando poco después su propio Imperio y lanzándose a la conquista de Europa.

IMPERIO NAPOLEÓNICO
El golpe de Estado de Napoleón en 1799 dio el poder a un trío de cónsules. Pero pronto fue evidente que Napoleón era el hombre fuerte del nuevo gobierno. Aunque en teoría seguía habiendo una constitución, una asamblea legislativa y elecciones, en la práctica se hacía lo que Napoleón mandará. Pocos años después Napoleón consiguió que se le nombrara Cónsul Vitalicio, o sea, cónsul de por vida. Este cargo y sus amplios poderes, basados en su posición como jefe del ejército, acercaban su posición a la de una nueva dictadura.

Aunque Napoleón quitó a los franceses la mayoría de sus libertades políticas, consiguió que la mayoría de ellos lo apoyaran porque acabó con la guerra civil y con la crisis económica. Además hizo importantes reformas que modernizaron Francia, especialmente en el campo de la administración del Estado, la educación pública, la economía y el derecho. Bajo su gobierno, la sociedad y la economía se modernizaron, alejándose de los principios del Antiguo Régimen. En 1804 Napoleón se hizo proclamar emperador de los franceses y convirtió a Francia en el Imperio Francés.

Napoleón convirtió a Francia en la mayor potencia militar de su tiempo. Bajo su mando, Francia logró hacerse con un gran imperio europeo. Para ello se enfrentó a lo largo del tiempo a casi todos los países de la Europa continental, de los cuales los más poderosos eran el Imperio Austríaco, el Imperio Ruso y Prusia. Pero su mayor enemigo siempre fue Gran Bretaña,que dominaba los mares gracias a su poderosa flota de guerra. Las guerras napoleónicas fueron en parte un enfrentamiento entre los ideales de la Revolución Francesa y los del absolutismo, lo que explica que muchas personas apoyaran a Napoleón en los países que estaban en guerra con Francia. Pero sobre todo fueron un conflicto entre Gran Bretaña y Francia para ver cuál de ellas lograba el máximo poder mundial.

En su momento de mayor poder, Napoleón logró dominar este imperio y obligar a las restantes potencias continentales a aliarse con él. Pudo así imponer el bloqueo continental a Gran Bretaña, prohibiendo a todos los países europeos comerciar con ella. Pero eso provocó una fuerte reacción entre sus aliados, especialmente el Imperio Ruso, que decidió romper con Francia. En respuesta Napoleón invadió Rusia, pero fue un desastre. Miles de soldados murieron por las armas y, sobre todo, por el frío extremo. El momento fue aprovechado por otros países para levantarse contra Napoleón. Ocupado en demasiados frentes, el emperador no pudo resistir. En 1814 fue derrotado y desterrado a una isla. Poco más tarde logró escaparse y reconstruir por poco tiempo su poder, pero en 1815 fue definitivamente vencido y desterrado a una isla en medio del Atlántico, donde murió pocos años después.
