El forense del espanto

EL FORENSE DEL ESPANTO: ANÁLISIS DE LA GEOTRILOGÍA DOCUMENTAL DE PATRICIO GUZMÁN FLAVIA MERTEHIKIAN

I JORNADAS INTERNACIONALES 'CINE Y LITERATURA EN AMÉRICA LATINA'

INTRODUCCIÓN ¿Para qué sirve el trabajo del documentalista? ¿En qué punto puede cambiar la realidad? La pregunta planteada, aunque sea tácitamente, por el maestro del documental Patricio Guzmán resulta cuanto menos inquietante. El chileno, sin embargo, no responde a esa cuestión: la deja suspendida sobre La Cordillera de los Sueños, el broche de la geotrilogía chilena que arranca con Nostalgia de La Luz y promedia El Botón de Nácar. Un viaje en tres etapas fílmicas, desde las estrellas más remotas al desierto de Atacama, para descender al Pacífico profundo y reflotar sobre la imponente cadena andina de un país con las cicatrices abiertas y todavía supurantes de la dictadura. Un pueblo anestesiado por el terror de la tiranía de Pinochet que comenzó a sacudirse en octubre de 2019 con la protesta de los estudiantes contra el aumento del precio del metro y las marchas subsiguientes que continuaron pese a la fuerte represión policial. El temblor llegó durante un insólito 2020, en plena pandemia por el Covid19, con la participación aplastante en el plebiscito por la reforma de la constitución y la contundente victoria del ‘Apruebo’. Estos hechos recientes de la historia de Chile podrían responder al interrogante del documentalista que nunca dejó de sentirse “solo y aislado” por el espanto que atravesó su vida, su familia, su tierra, su memoria.

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UN GUION ABIERTO A LA VIDA Patricio Guzmán es un reconstructor de la memoria que con la destreza de un forense arma las piezas de un crimen, el de la dictadura en su país natal, “un pasado encapsulado” que la mayoría prefiere no revisar. Este hecho o situación concreta, es el dispositivo natural del documental en tres partes que como el mismo realizador define “es una historia de la realidad contada con los mismos elementos de la realidad, a través de metáforas y alegorías”.

NOSTALGIA DE LA LUZ (2010) El norte de Chile es el punto de partida. Un observatorio astronómico en marcha es el primer personaje. Abundan los planos detalles y primeros planos del “viejo telescopio alemán que aún funciona en Chile” y al que debe su pasión por la astronomía desde que era niño. Esta afición personal de Guzmán sirve para regresar a “un momento lejano y una vida tranquila de provincia antes del golpe que barrió con la democracia, los sueños y la ciencia…”

El desierto de Atacama es donde se construyeron esos enormes telescopios que “son la puerta del cosmos y donde comienza el misterio celeste desde donde las estrellas nos observan”.

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Nostalgia de la Luz: trailer Nostalgia de la Luz: película PÁGINA 03 | FLAVIA MERTEHIKIAN

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En ese mismo desierto las mujeres excavan buscando restos de sus familiares desaparecidos por la dictadura. Un astrónomo sostiene que “nada se ve en el presente, somos manipuladores del pasado”, sentencia. El arqueólogo alega que comparten territorio porque también rebusca en el pasado. Como es arriba es abajo.

La sorpresa: durante la filmación se encontró el cuerpo de una detenida, los fragmentos eran diminutos. Las mujeres de Calama que buscaron a sus desaparecidos durante 28 años cuentan su padecer: “Nosotras somos un problema, la lepra de Chile”. Imágenes de archivo reviven su lucha. La hija de una pareja torturada y desaparecida es astrónoma: “Somos todos partes de materia que se recicla. En ese juego la ausencia de mis padres cobra otro sentido”, concluye la mujer que siente que siempre llevará “esa falla de fábrica”.

En el observatorio las mujeres de Calama miran el cosmos a través

del

telescopio.

“La

memoria

tiene

fuerza

de

gravedad, siempre nos atrae. Quien tiene memoria vive en el frágil presente, los que no la tienen no viven en ninguna parte”, reflexiona Guzmán al final.

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EL BOTÓN DE NÁCAR (2015) En el Sur de Chile el cineasta nos arroja al Pacífico. “Todos somos arroyos de una sola agua”, es la cita del poeta Raúl Zurita que da pie a la tesis de Guzmán. De las estrellas y los fósiles del desierto a un cubo de cuarzo con más de 3.000 años de antigüedad con una gota de agua en su interior, que fue encontrado en el desierto de Atacama. Así Guzmán, analiza que “la vida nos llegó en los cometas que formaron los mares. El mar es la frontera más larga de Chile”.

Distintas voces, como la de un historiador, el poeta, un periodista, sobrevivientes de la etnia Kawéskar, y sus propias experiencias. Una anécdota personal del realizador, un

amigo

que

se

tragó

el

mar,

“fue

mi

primer

desaparecido”.

Los indígenas de la Patagonia fueron el primer pueblo marítimo de Chile. El agua como un concepto para los indígenas y astrónomos, un concepto inseparable de la vida. Los indígenas sufrieron un eclipse de su mundo cuando los colonos les declararon la guerra. Fue un exterminio salvaje. Un pueblo que “no tenía ni dios ni policía”. Un indígena que fue engañado para ser llevado a Inglaterra a cambio de un botón de nácar. Otro botón, el que fue encontrado pegado a un riel de los que usaban los militares para tirar a los prisioneros al mar.

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El botón de nácar: trailer El botón de nácar: película PÁGINA 06 | FLAVIA MERTEHIKIAN

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LA CORDILLERA DE LOS SUEÑOS (2019) El documental más autorreferencial, el más ligado a su autobiografía, en el que confiesa que “desde el golpe de estado nunca viví en Chile pero toda mi carrera la dediqué a mi país”.

El personaje principal es la Cordillera de los Andes como un elemento siempre presente, pero a la vez ignorado. La cadena montañosa sirve para repetir la estrategia que se inicia desde un punto geográfico destacado de su país. Un paisaje grandioso que es la fotografía de un mural gigante en el Metro De Santiago, al que nadie presta atención. Las ruinas

de

su

infancia,

la

fachada

de

una

casa

que

milagrosamente se salvó de convertirse en un gran edificio.

En este film aparece la figura del documentalista encarnado en Pablo Salas. Un camarógrafo de mirada resignada que atesora un archivo audiovisual enorme. El documental muestra muchas imágenes de Salas captadas durante la dictadura. “El tema de derechos humanos movilizan menos que antes, la cosa sigue igual”, se lamenta Salas, antes del estallido social de los estudiantes por el billete del Metro.

“Mi sueño es que Chile recupere su infancia”, es el deseo manifiesto de Guzmán en este film que nos enfrenta a un pasado cargado de espanto, pero también de esperanza.

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La cordillera de los sueños: trailer La cordillera de los sueños: película PÁGINA 08 | FLAVIA MERTEHIKIAN

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CONCLUSIONES Del recorrido por la trilogía del director chileno se sale con la sensación de haber viajado en el tiempo, hacia el pasado y también hacia el futuro. La voz en over del realizador es el recurso

narrativo

que

se

impone.

Guzmán

atrapa

al

espectador al narrar sus recuerdos, vivencias y puntos de vista con una cadencia que denota humildad, pero también la seguridad de un investigador que no deja nada librado al azar. Su voz es protagonista y remarca la presencia subjetiva del relato desde su ausencia física en la pantalla.

En cada una de sus películas Guzmán arranca desde un camino lateral que entronca con el tema principal. La fuerte autocrítica chilena también es dominante durante todo el relato que construye desde el final, con un trabajo de preproducción inmenso, para dar forma a este documental político con sentido poético. Los personajes, las emociones, la acción, la música, los silencios… todos los recursos de la ficción son también elementos que Guzmán utiliza para un guion abierto a las sorpresas de lo espontáneo y que reescribe

con

minuciosa

de

maestría la

en

historia

el de

montaje.

Chile

es

Su el

disección logro

del

documentalista preocupado por dejar un testimonio capaz de decirle al horror Nunca Más.

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