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Beneficios e impactos
Un jardín vertical, como cualquier otro jardín o bosque, tiene numerosos beneficios para la salud de las personas, pues así lo han demostrado numerosos estudios. La calidad de vida de las personas mejora de diferentes maneras y algunas son las siguientes: • Un muro vegetal situado en las fachadas de los edificios tiene una actuación positiva en el clima de la ciudad. Retiene el polvo y las sustancias contaminantes provenientes de chimeneas y tubos de escape.
• La cobertura vegetal genera el oxígeno requerido por una persona y atrapa polvo.
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• Protege de la radiación solar, es decir, minimiza los flujos energéticos entre las zonas interiores y las exteriores.
• Mejora la eficiencia térmica gracias a los procesos de refrigeración que hace la capa vegetal.
• Disminuye las pérdidas de calor en invierno y enfría la pared de casa en verano.
• Aumenta el aislamiento térmico de la vivienda.
• El jardín vertical absorbe las ondas y reduce la contaminación acústica que existe en el ambiente.
• Mejora la calidad de las corrientes de aire gracias al proceso de evapotranspiración que hacen las plantas.
• Si se trata de un jardín vertical exterior, se puede aprovechar el agua, ya que este muro devuelve el agua de la lluvia al ciclo natural.
• No solamente tiene beneficios para la salud física, pues, al tratarse de espacios coloridos, mejoran el estado de ánimo de las personas.
Y, por último, los beneficios directos: • Ahorran espacio, tiempo (no es necesario eliminar las malas hierbas), dinero (mantienen equilibrada la temperatura del interior de las casas), agua (los consumos son equilibrados ya que puedes optar por instalar un circuito cerrado de riego), mantenimientos (son un repelente biológico).