Revista Memoria y Contenidos Locales

HACIENDAS DE MOSQUERA BIBLIOTECA PÚBLICA SAN JUAN BOSCO DE MOSQUERA

01 REVISTA DIGITAL

Proyecto Memoria y contenido local

Contenido local

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Formas de vida

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Haciendas

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Hacienda invisible

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Arquitectura

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Cuatro caminos

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Que sigue

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Exposición

Agradecicmientos

ODINETNOC

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¿Que es el programa de contenidos locales?

El proyecto de memoria y contenidos locales en su segunda versión, continúa como una necesidad y voz de la comunidad, en la cual se examina, reconoce y comunica su historia desde las raíces junto con las dinámicas que trae el inexorable paso del tiempo.

Como identidad del territorio y su historia, es incalculable el valor del proyecto, ya que logra versar entre la historia, la cotidianidad y la mirada hacia el futuro, involucrando los cambios y procesos de adaptabilidad que comprometen al municipio con su desarrollo. La Biblioteca desde su papel como fuente integradora de información, estrategias y criterios para evaluar contenidos; cumple un papel fundamental dentro de la sociedad. Se complace en recibir los aportes investigativos de los usuarios y la población en general, quienes con la recreación de sus memorias fortalecen el proyecto, reconociendo que también les pertenece.

La generación de esta clase de aprendizaje parte desde la población misma con sus experiencias, puntos de vista y propuestas que realzan los contenidos desde lo vivido. Es allí donde la Biblioteca Pública San Juan Bosco surge como canal entre el conocimiento y la comunidad; apoyando actividades que promueven la creación del acervo bibliográfico del municipio en sus diferentes

Proyecto de Haciendas https://es.wikipedia.org/wiki/Haciendas_de_Mosquera Para el desarrollo del proyecto de memoria y contenidos locales, se contó con la valiosa colaboración de algunos hacendados del municipio para visitar sus propiedades. Se realizaron tres visitas de grupos conformados por población diversa, en las cuales ellos originaron sus propios diarios de campo. A la par de la convocatoria realizada desde la Biblioteca se contó con alumnos de la escuela de fotografía de la Secretaría de Cultura y Turismo de Mosquera; quienes también participaron en talleres de documentación, georreferenciación, desarrollo de contenidos digitales y cartografía social.

Los talleres ofrecidos desde la Biblioteca fueron el insumo que permitió que la comunidad se adentrara aún más en el proyecto y alimentara las fuentes informativas en las cuales el proyecto Haciendas de Mosquera se apoyó para consolidar la información.

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HACIENDAS DE MOSQUERA MEMORIAS DEL PAISAJE La construcción de los espacios para la producción depende de las formas de vida y de producción específicas para cada uno de ellos. En el caso de las haciendas, éstas se establecieron como objeto de atracción que concedería fuentes de trabajo a la gente que vivía en sus alrededores. Tras el proceso de metropolización del municipio de Mosquera, a principios del siglo XX, se presentaron cambios en la transformación territorial en las poblaciones rurales de las veredas. Los cambios se reflejan principalmente en las familias

en cuanto a sus medios de producción como mecanismo de supervivencia, concepción de su realidad (hábitos, rutinas, costumbres); repercutiendo en el interior de su núcleo familiar.

Todo esto al tiempo de los cambios económicos globales que se presentaron y otros de identidad cultural, variando de acuerdo a la región. Mosquera no fue la excepción, las haciendas surgen como resultado de la subdivisión de lo que se llamó La Dehesa de Bogotá o Hacienda El Novillero; dentro de las cuales podemos nombrar:

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El Playón, La Pesquerita, La Esmeralda, El Diamante, El Rubí, la Ramada, Los Andes, Venecia, La Victoria, La Holanda, Quito, San José, Mondoñedo, La Fragua, Malta y Novillero. No obstante, algunas de éstas también han sido ganaderas, Haciendas como Mondoñedo y Vista Hermosa.

Dichas haciendas se convierten de esta manera en eje del desarrollo económico del municipio de acuerdo a sus labores de agricultura, lechería y ganadería de lidia, siendo sus principales proveedores de ésta última las haciendas La Holanda y Venecia, las cuales surtieron de los mejores ejemplares a la plaza de toros Santamaría desde sus inicios.

Desde el asentamiento de las haciendas como forma de vida colectiva, su importancia crece en la acción de generar trabajo para la población, bienestar y constitución de un sistema en el que las relaciones de reciprocidad se fundamentaban en el bien común. La hacienda se visualiza como epicentro de desarrollo del municipio de Mosquera.

La actividad agropecuaria de la gran mayoría de las haciendas le brindaba sostenibilidad a la población que en su mayoría trabajaba en las labores del campo o simplemente no cruzaba las fronteras hacia la capital, desempeñándose dentro del municipio en diferentes labores del comercio. La hacienda se concibe como una propiedad cuya actividad económica se realizaba dentro del sector rural, de acuerdo a las características naturales de la Sabana de Occidente como son, el clima, el riesgo de inundación de los campos y la calidad de la tierra. La clase de hacienda que se desarrolló fue el de las haciendas agrícolas y ganaderas, dedicadas al cultivo de legumbres, cereales, hortalizas y frutos; simultáneamente con la cría de ganado lechero y bravo, razón por la cual se les

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considera haciendas mixtas. Esta clase de haciendas sería la más común también en municipios cercanos como Bojacá y Madrid.

A partir mediados de los años cincuenta la economía mosqueruna se centró en la producción agropecuaria que incluía 30.000 botellas de leche diarias y la producción de trigo de los terrenos aprovechables, seguidas por la papa y el maíz de excelente calidad que era llevado para ser comercializado en Bogotá y Facatativá. En la ganadería de Mondoñedo, más de mil reses contaba su fundador, don Ignacio Sanz de Santamaría quien dedicó toda su fortuna y capacidades a una de las más prósperas empresas de ganadería de lidia del país. El territorio de Mosquera, por aquella época, se hallaba cruzado por caminos que comunicaban al centro con las veredas y poblaciones vecinas.

Hablamos de la hacienda como sitio humano y a su vez como forma de vivienda. Éste se compone por una serie de espacios regidos hacia la producción, pero también está encargado por áreas destinadas a diversas funciones o actividades: la vivienda, sea para el hacendado, administrador, trabajadores de confianza y para los peones; la administración, vigilancia, abasto, culto religioso, comercio, instrucción y recreación.

Además, este conglomerado poseía una amplia red de infraestructura, principalmente hidráulica y de comunicaciones en la época colonial, esta última se amplía posteriormente con la llegada del ferrocarril, teléfono y telégrafo y posteriormente se complementa con la electricidad y la nueva tecnología en los procesos productivos.

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ARQUITECTURA PATRIMONIAL El espacio construido de las haciendas reconoce coordenadas espacio-temporales y de un tramo de ideas anteriores que establecen la alteridad del presente frente al pasado.

El estilo andaluz encontrado en algunas haciendas nos remite a lo clásico. Se acentúa su presencia, ya que en el espacio rural son pocas las construcciones que destacan en el paisaje que utilizan elementos arquitectónicos con características clásicas, acentúan su importancia generando diversas reacciones entre la comunidad. De esta manera el sector hacendario forma un microcosmos donde los espacios oscilan entre lo público y lo privado; interactúan entre sí y crean variedad de formas que le conceden a cada una de ellas particularidades que las hacen distinguirse unas de otras.

En su estructura más íntima se pueden revelar atributos que las relacionan y las hacen pertenecer a una misma familia espacial. Las haciendas se observan desde la propia experiencia, es decir que, así como la sociedad se transforma, los espacios también lo hacen y con ellos sus significados, algunos se pierden y se adquieren otros.

El significado de las haciendas cambia de acuerdo a quien usa y la produce, tanto para quien la observa, como para quien la interpreta, de acuerdo al tiempo en el que se viva. El campesino la asimilará de una manera, el viajero de otra y seguramente para el propietario y demás habitantes de la ciudad será muy diferente. Para la construcción de las haciendas de Mosquera se utilizaron materiales como el adobe, la piedra y la madera, obteniendo como resultado casas de muy buena calidad Se solía estar a la vanguardia en cuanto a corrientes arquitectónicas, aunque a veces éstas se presentaban de manera tímida solamente en algunos componentes, especialmente de la casa grande. A las haciendas llegaron los progresos tecnológicos como el ferrocarril o el telégrafo, facilitando la comunicación. Se cargaba y descargaba el grano, había corredores cubiertos en las fachadas, en contacto directo con el anterior y lugar que servía para la vigilancia y además regulaba el clima; protegía de los rayos directos del sol y de los vientos.

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Los procesos productivos de las haciendas se relacionaron tanto con las estructuras espaciales, que generaron cambios que desembocaron en nuevas concepciones arquitectónicas y la construcción de los espacios urbanos, convirtiendo al campo en parte de la urbe del municipio. La estructura espacial de las haciendas estaba directamente relacionada con la sociedad que la conformaba y con el poder que ésta ejercía sobre los recursos naturales, materiales e incluso la mano de obra del lugar, así como los nexos de poder que se tenían con otros hacendados o políticos para poder llevar a cabo la distribución de la producción; de esta manera, hasta que los hacendados tuvieron en sus manos dicho poder, la estructura espacial que conformó la hacienda permaneció. Abiertos a todos los visitantes de la Biblioteca, a manera de mapas con sus respectivos textos y fotografías junto con las ubicaciones.

El casco de la hacienda estaba compuesto por un orden de espacios relacionados entre sí de acuerdo a sus actividades lucrativas. La ubicación del casco estaba de acuerdo a la estrecha relación en el proceso productivo, sus espacios fueron resultado de las actividades que allí se realizaron, para ello, se aprovecharon los recursos propios del lugar, tanto físicos como climáticos, con el fin de que funcionaran adecuadamente. El aspecto formal estaba profundamente relacionado con las actividades provechosas, sin embargo, hallamos formas patrimoniales que se han apropiado para diversas funciones realizadas en ellas, además de algunos elementos de ornato, que también sirvieron como elementos característicos.

Sin duda la estructura espacial es una construcción social, es decir que modificándose ésta, se transforma el espacio mismo. Con el cambio de poder cambia el significado que tenían las haciendas. Perdieron poco a

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poco su hegemonía, hasta que se redujeron a pequeñas propiedades, algunas veces el último dueño trató de conservarlas y así seguir produciendo, con el paso del tiempo, llegó un momento en que éste desistió y vendió la tierra que le quedaba conjuntamente con el casco.

¿Qué sigue para el proyecto ?

La exposición del proyecto de memoria y contenidos locales Haciendas de Mosquera saldrá a recorrer lugares emblemáticos del municipio, empezando por las propias haciendas en donde se gestó la iniciativa de socializar los contenidos, seguidas por las instituciones educativas del municipio; sitios fundamentales para sembrar conciencia acerca de la importancia que siguen teniendo las haciendas de nuestro municipio, su papel dentro del desarrollo del territorio y el futuro que les espera de no tomar medidas para preservarlas.

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Exposición HACIENDAS DE MOSQUERA Memorias del paisaje Uno de los productos del proyecto Memoria y contenido local, haciendas de mosquera, y tal vez el más importante, es la Exposición "HACIENDAS DE MOSQUERA, Memorias del paisaje". En las instalaciones de la Biblioteca pública Municipal San Juan Bosco. estará abierta al publico hasta el mes de marzo de 2018. Se resalta la importancia de la historia y la implicación que tiene las haciendas en el territorio, también la pertinencia que tiene cada uno de los mosquerunos en su cuidado y divulgación como patrimonio del municipio y de la sabana de occidente. En el marco del Programa de Memoria y Contenidos locales del Municipio de Mosquera 2017, se hace necesario crear una serie de estrategias expositivas y pedagógicas que visualicen la noción del territorio de las Haciendas Patrimoniales del municipio, además de dar cuenta del proceso y la producción de documentos (revista digital, artículo de Wikipedia) que los habitantes de Mosquera generaron en el proyecto.

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FORMA DE VI DA EN LAS HACIENDAS Por Oscar Bellon Ciertas características de las haciendas como el tamaño y las zonas construidas se relacionan con el poder adquisitivo, pero también con la cantidad de recursos naturales a los que la hacienda tenía acceso y la manera en que se aprovechaban.

Al conjunto de edificios que formaba la hacienda se le llama casco, éste sintetizaba y personificaba el nivel de reputación y de dominio de la hacienda. La vivienda ocupa un lugar jerárquico entre las construcciones de la hacienda. Refleja las corrientes arquitectónicas de la época (neoclásico, neocolonial, etc). Interiormente suele haber combinación entre espacios abiertos y largos corredores. Las habitaciones de los empleados de confianza se ubicaban dentro del casco, los demás se ubicaban en caseríos dentro de la hacienda. La tienda de raya se hallaba, junto o en la casa del hacendado; era el sitio donde el señor le pagaba a sus empleados y también vendían productos de primera necesidad.

Desde los mayorazgos, la herencia que se ha mantenido en las haciendas atiende al buen nombre y prestigio de las familias que con el paso de los años conservaron las casas y parte de sus tradiciones de una generación a otra.

Con la constante actividad económica e interacción de varias personas dentro de la hacienda, esta concepción de familia implicaba también un fuerte vínculo de cercanía entre todos. Las familias de los hacendados solían ser numerosas y longevas, esto sumado a ciertas características del territorio como las distancias con el centro del municipio, la forma de las construcciones de las viviendas (patios internos, cuartos conectados) y los hábitos y costumbres de los habitantes de las haciendas; hacía que se compartieran más espacios con los trabajadores y huéspedes en general. Se acostumbraba dar pequeños paseos por los alrededores de las haciendas, tertuliar hasta altas horas de la noche (contando anécdotas o historias del saber popular) y se generaba una constante comunicación, ya que las vivencias en su mayoría giraban en torno a las actividades que se desarrollaban desde la misma hacienda, que nunca estaba sola; convirtiendo a quienes tenían que ver con ella en una familia.

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los hilos de fedora LA HACIENDA INVISIBLE Por Camilo Tiria El siglo XX sirvió como pregonero y gestor del “progreso”, en múltiples esferas sociales se atribuye este concepto a una iconografía específica, la cual puede ser traducida a la línea recta. Esa forma geométrica ambigua y relativa, sugiere división, pero a la vez resalta la unión entre dos entidades, objetos, masas, tiempos, territorios.

Hay miles de líneas rectas que construyen el imaginario colectivo de nuestras dinámicas socioculturales, por ejemplo, esas líneas que se ubican justo en medio de las capas de la piel, existen para identificar el adentro y el afuera de lo que llamamos cuerpo, o, esa línea a distancia infinita que divide el paisaje, “la línea del horizonte” nombra el cielo y la tierra, teóricamente curva pero dentro de los parámetros de la percepción humana es recta e imposible de alcanzar, o, la línea circular que se forma extendiendo los brazos y girando en el propio eje, esta porción de ambiente a la que individualmente llamamos “el espacio personal”, o, las líneas rectas que trazan polígonos que sirven para delimitar la tierra, lo que durante miles de años hemos llamado propiedad privada y ha sido el vehículo conductor de la administración del espacio y del territorio.

La construcción de infinitas líneas rectas en el territorio es cambiante, efímera y relativa al tiempo, al espacio y las actividades que los individuos establecen en este. Se puede tomar como referente relacional el relato de Ítalo Calvino, las ciudades invisibles (1972), “Las ciudades y los intercambios.4”, dice: “En Ersilia, para establecer las relaciones que rigen la vida de la ciudad, los habitantes tienden hilos entre los á

ángulos de las casas, blancos o negros o grises o blanquinegros según indiquen relaciones de parentesco, intercambio, autoridad, representación.

Cuando los hilos son tantos que ya no se puede pasar entre medio, los habitantes se van: se desmontan las casas; quedan sólo los hilos y los soportes de los hilos.

Desde la ladera de un monte, acampados con sus trastos, los prófugos de Ersilia miran la maraña de los hilos tendidos y los palos que se levantan en la llanura. Y aquello es todavía la ciudad de Ersilia, y ellos no son nada. Vuelven a edificar Ersilia en otra parte. Tejen con los hilos una figura similar que quisieran más complicada y al mismo tiempo más regular que la otra.

Después la abandonan y se trasladan aún más lejos con sus casas. Viajando así por el territorio de Ersilia encuentras las ruinas de las ciudades abandonadas, sin los muros que no duran, sin los huesos de los muertos que el viento hace rodar: telarañas de relaciones intrincadas que buscan una forma”.

La línea imaginaria que está justo en medio del espacio urbano y rural ha sido denominada como “frontera” entre las maquinarias productivas de cemento y las grandes extensiones agrícolas, la frontera puede llamarse un “no lugar”, Marc Auge, define a los “no lugares” 1 como esos espacios itinerantes en los cuales resulta imposible definir unas características propias que legitimen como un lugar, entonces, la frontera parece tener esas características para que podamos hablar de frontera como un No lugar, a estas características se suman otras importantes para este relato: la invisibilidad, la indeterminación, la relatividad.

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Este “no lugar” existente solo en la confianza mutua de las sociedades, es vigente por la necesidad de los seres humanos al delimitar el territorio, pero no es posible crear linderos físicos tan extensos, (se logró hacer con la propiedad privada de pequeña extensión), así la frontera resultó ser una línea, “los no lugares: espacios del anonimato” invisible, inexistente e intangible, es una herramienta fundamental para establecer las relaciones sociales civilizadas dentro del espacio y la planeación del territorio.

La frontera no es la única entidad con características de No lugar, existen innumerables entidades construidas a través del consenso social también intangibles, este es el caso de Canoas, una hacienda que carece de lugar, espacio y tiempo, pero es transversal a todos estos. Se dice que algún día fue una gran porción de tierras de la Sabana de Bogotá. Canoas nace por una necesidad histórica, derrocar la encomienda en Colombia, la cual fue una institución que por parte de la corona asignaba una determinada cantidad de tierras e indígenas que la habitaban a un súbdito español, el encomendero, esto se hacía con el fin de compensar los servicios prestados.

Hecho esto, el encomendero se hacía responsable de los indígenas a su cargo, era responsable de la evangelización, y recibía los beneficios obtenidos del trabajo que realizaban los indígenas. No existía un inventario exacto del tamaño de las tierras ni el número de indígenas que se daban al encomendado, al parecer la corona española tenía una intención particular con la encomienda, la creación de poblados con una doble intención: establecer núcleos para poder manejar las agrupaciones de indígenas y desarrollar la producción de zonas mineras y así también impedir el crecimiento agrícola de productos locales.

Es el momento del relato cuando aparece Canoas, la hacienda invisible, esta responde a una forma de organización económica típica del sistema colonial español. En términos generales es un latifundio de producción mixta (agrícola-ganadera), tiene una raíz

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económica y sociocultural muy profunda en la hacienda andaluza. Esta aprovecha la crisis de la institución de la encomienda y a las estancias ganaderas para su nacimiento, así, ella es el punto de partida para un largo proceso de transición caracterizado por la concentración y explotación de las grandes extensiones de tierra, también es una forma de asegurar la estancia larga de los indígenas otorgándoles diferentes posibilidades y algunos beneficios que antes no tenían.

Canoas esta operada por un terrateniente que dirige la fuerza de trabajo de miles de personas que la habitan, organizada para dar abasto de un mercado a pequeña escala por medio de un capital pequeño. Los factores de producción se emplean no sólo para la acumulación de capital; sino también para sustentar las aspiraciones del status del propietario. Del mismo modo, en ciertas regiones y determinados períodos, la economía de Canoas exhibió rasgos de economía cerrada, aunque en otros casos Canoas junto a sus homólogas constituyeron como unidades productivas abiertas orientadas hacia una economía de mercado y al mismo tiempo como unidades productivas cerradas. .

Se dice que Canoas tiene unas dinámicas en el espacio muy particulares, pues no se encuentra emplazada como cualquier otra hacienda, se desplaza por la Sabana de Bogotá a su antojo, es una hacienda móvil, se sospecha que este atributo es uno de los factores que la hace ser una hacienda invisible, a veces se encuentra “Entre Ríos”, justo en la unión del rio balsillas y el rio Bogotá, a veces traslada todo su arsenal arquitectónico para postrarse frente a la laguna la Herrera, este movimiento lo hace casi anual hacia mediados de octubre e inicios de noviembre, le gusta ver la llegada de los patos que migran de Canadá, aunque últimamente no se le ha visto por allí, puesto que la minería ha ido desapareciendo la montaña y a Canoas le resulta poco atractiva la desmembración del paisaje y la polución, otras veces se puede ver a Canoas en el corazón del municipio justo en medio del perímetro urbano, aunque parezca abandonada, es una forma de

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camuflaje que adopta, pues le gusta mantener su bajo perfil y ser coherente con los intereses de su propietario.

En todo caso Canoas no solo se moviliza en el espacio sino también lo hace por el tiempo, tiene la capacidad de retornar a épocas más tranquilas, adquirió una fascinación particular por la segunda mitad del siglo XX, allí es donde va a pasar sus vacaciones de los agobiantes perdidos actuales, aunque es de esperarse que para ella la actualidad es relativa. Otra gran habilidad de Canoas es la transformación de su estructura, su casa principal no siempre es la misma, tiene cambios significativos en su arquitectura, aunque al parecer mantiene una relación estrecha con el sur de España, debe ser por sus raíces en la hacienda andaluza, ella siempre mantiene una pequeña plaza de toros en su interior para el aprovechamiento de su actividad económica principal. Lo más llamativo para las personas que han podido establecer contacto con Canoas es que sus trabajadores y habitantes siempre son los mismos, a veces los nietos, a veces los abuelos, a veces los padres, al tener la capacidad de moverse en el tiempo también lo hacen sus habitantes. Todos estos viajes y recorridos de Canoas no tienen un fin egoísta, también los hace para dejar un rastro, como si se tratase de un caracol, ella deja una estela de hilos blancos y negros (igual a la ciudad de Ersilia del cuento de Calvino). Teje una estructura en el espacio-tiempo, la deja evolucionar e implorar en el ambiente de la Sabana, casi en todo el territorio se puede observar, los árboles son testigos de esto. Ella pretende develar el camino y se pregunta si los habitantes quieren ser prófugos del territorio y de la historia. A Canoas le inquieta ver a la comunidad la observa desde lejos, parada en la cima de “cerro gordo” tan solo ven la estructura de los hilos que se han tejido, sin poder observar la hacienda completa, le preocupa aún mimetizarse con Ersilia, y llegar a ser “las ruinas de las haciendas abandonadas, sin los muros que no duran, sin los huesos de los muertos que el viento hace rodar: telarañas de relaciones intrincadas que buscan una forma.”

1 Augé, Marc (1996) 2 Hacienda Andaluza: Se denomina hacienda a una finca agrícola, de gran tamaño, generalmente una explotación de carácter latifundista, con un núcleo de viviendas, normalmente de alto valor arquitectónico. Sistema de propiedad de origen español, concretamente andaluz, el modelo fue exportado a América durante la época colonial.

Un casa de cuatro caminos Por Jennifer Otálora Desde que estaba pequeña, mi profesor de sociales prometía llevarnos de excursión por las zonas rurales del río Bogotá. A pesar de conocer la zona, siempre me generaba curiosidad una misteriosa casa abandonada de la que él hablaba. Cuando empezaba su relato le cambiaba la mirada, su voz era más pausada y no había espacio para sonrisas.

La historia consistía en que en una vieja y abandona casa allá por la década de los años 50, vivía una familia de tres integrantes que cierto día recibió un “ajuste de cuentas”. Llegaron unos hombres a media noche, amordazaron al par de esposos y los asesinaron sin piedad frente a su pequeño hijo de apenas un año.

Minutos antes de abandonar la vivienda uno de los hombres dijo a los demás que no podía olvidar la mirada del niño, sin ningún escrúpulo uno de sus compañeros se devolvió y le disparó al niño en la cabeza. Lo trajo a la entrada de la casa y lo enterró junto al árbol que recibe a todo visitante.

Finalmente mi profesor nunca cumplió su promesa de llevarnos a visitar la casa, de donde cuentan se escuchan en las noches los lamentos del niño; pero yo lo hice por mi cuenta. El escalofrío de la historia me invadió especialmente cuando identifiqué el árbol que por cierto me pareció muy bonito, tanto como un niño pequeño e inocente.

HACIEDNAS DE MOSQUERA Memorias del Paisaje

HACIENDAS DE MOSQUERA ES POSIBLE GRACIAS A: SEÑOR ALCALDE (E) LUIS HERNÁN ZAMBRANO HERNÁNDEZ CARLOS ALBERTO MACÍAS AVENDAÑO SECRETARIO MUNICIPAL DE CULTURA Y TURISMO BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL SAN JUAN BOSCO EN COOPERACIÓN CON LA CAJA COLOMBIANA DE SUBSIDIO FAMILIAR COLSUBSIDIO SECCIÓN LECTURA, ESCRITURA Y ORALIDAD DIANA ANGÉLICA YUCUMÁ CASTILLO COORDINACIÓN DE PROGRAMAS FERNANDO SALAZAR JORDAN ESCUELA DE FOTOGRAFÍA SECRETARÍA DECULTURA Y TURISMO DE MOSQUERA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL SAN JUAN BOSCO DE MOSQUERA