Ilustrado y diseĂąado por: Felipe Rivera Franco
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Título original: La Estrella Triste Farolero Editores Texto: María Alonso Santamaría Ilustraciones: Felipe Rivera Edición: Farolero Editores Impresión: Incolors. ©Texto: María Alonso Santamaría ©Ilustraciones: Felipe Rivera ©Edición: Farolero Editores Bogotá D.C. Primera edición: noviembre de 2017 ISBN: 978-958-56789-1-1 Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida en su todo o por partes, ni registrada o transmitida por un sistema de recuperación, en ninguna forma ni por ningún medio, sin el permiso previo escrito del autor y del editor.
Ilustrado y diseĂąado por: Felipe Rivera Franco
H
ay una estrella en el cielo que no para de llorar, lleva unos dĂas muy triste se la oye suspirar.
10
La Luna está preocupada la estrella no luce hermosa, sin brillo, ahora apagada, es pálida y ojerosa. Manda a llamar a Platón y aunque muy bien la examina, su fama de buen doctor no encuentra porqué suspira.
12
Su hermana Estrella Polar se acerca con ella a hablar, pero no dice palabra y no para de llorar.
14
El cielo la mima no saben cĂłmo animarla, cantan, bailan, tiran cohetes, pero la estrella no habla. “Habla estrella, por favor dinos lo que te atormenta, nos gustarĂa ayudarte y verte como antes contenta...â€?
16
En visitar la tierra y conocer su belleza, piensa la Estrella Fugaz, para aliviar su tristeza.
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Las dos juntas de la mano emprenden este viaje, no llevan grandes maletas apenas sin equipaje. Pasean por las montañas, se van a bañar a un río, navegan por alta mar, además, juegan con niños.
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Se tumban en hierba fresca y en campos de girasoles, le enseĂąa que el sol y el agua crean arcos de colores. Que hay bonitos animales, que las flores son hermosas, escuchan cantos de pĂĄjaros ven volar las mariposas.
25
Por fin la estrella sonrĂe luce con brillo y color la belleza de la tierra su alegrĂa devolviĂł.
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Este libro se terminó de imprimir el día 11 de un noviembre lluvioso en la fría y caótica Bogotá. Fue una de las muchas historias que el universo tiene por contar. Esperamos que no pase fugazmente por sus manos sino que se atesore en un rincón de su corazón lector.