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I En busca de la vocación perdida

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En busca de la vocación perdida

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Jordi Pallarès - Director Comercial de Promax Test & Measurement

En nuestra empresa, como en tantas otras, nos encontramos con que a menudo tenemos vacantes que contratar para las tareas propias de nuestro proceso de fabricación. Al ser una empresa productiva de equipos electrónicos y de telecomunicaciones, podemos precisar personal de diferente nivel académico para ocupar puestos, de diferente actividad, como pueden ser almacén, producción, laboratorio, comercial, administración, etc., pero siempre con un perfil relacionado con la electrónica. Eso hace que los candidatos procedentes de los ciclos de Formación Profesional de electricidad-electrónica y las ingenierías con vertiente tecnológica, orientada a la electrónica y las telecomunicaciones, sean los más adecuados. Dado el alto grado de componente de software que la mayoría de los equipos incorporan en la actualidad, los ingenieros de informática, a menudo también son requeridos. Siempre se precisa de personal con orientación a los procesos prácticos, incluso cuando se trate de especialistas en firmware.

las empresas preferimos personal con experiencia para que el proceso de adaptación hasta conseguir rendimientos positivos sea lo más corto posible

Curiosamente, en el mercado laboral se encuentran muchas demandas de personal como el que hemos descrito, mientras que la oferta de profesionales es mucho más baja. Parece contradictorio que no se pueda casar la oferta con la demanda cuando hay tanto clamor social acerca del nivel de paro existente en el país, en especial entre la juventud. Es bien cierto que las empresas preferimos personal con experiencia para que el proceso de adaptación hasta conseguir rendimientos positivos sea lo más corto posible, pero a menudo, ante la falta de ese, currículum se admiten candidatos con buena predisposición a adquirir los conocimientos que cada compañía imprime en sus procesos.

Los expertos, opinan que las empresas necesitan gente que tengan experiencia. Y están en lo cierto. Pero el tamiz del filtro utilizado no es tan excluyente como para no estudiar otras alternativas. Los mismos candidatos a menudo se quejan de que les exigen un año de experiencia en cargo similar pero no pueden adquirir esa experiencia porque nadie les da la primera oportunidad. Cuánta razón tienen. Es por ese motivo, que la propuesta de una Formación Profesional Dual, en la que tenga un gran protagonismo el trabajo durante la estancia en la empresa, para forzar esa experiencia desde ámbitos legislativos, está resultando muy atractiva. Para quien requiere de un peluquero o peluquera, qué mejor que una persona que después de adquirir los conocimientos básicos haya pasado buena parte de su tiempo lectivo aprendiendo los secretos de la peluquería en un establecimiento del sector. Y aún mejor, para el contratante. Qué mejor que contratar aquella persona que ha estado en su peluquería durante algunos meses dejándonos ver su predisposición a integrarse en la misma. Pues eso mismo ocurre con todas las profesiones. Y por tanto también en las nuestras. Los comportamientos más proactivos, con más interés serán premiados con una posición más alta frente a una previsible contratación, mientras que de una forma natural, los elementos menos activos, con menos predisposición serán relegados a puestos más atrasados en la parrilla de salida.

Pero vamos al origen del problema actual de la falta de profesionales en las especialidades de electricidad-electrónica y telecomunicaciones. lejos quedan los años 80 y 90 en los que cursar esas especialidades precedían a un estatus de reconocimiento en la sociedad. Por aquel entonces, ser un buen técnico en electrónica o un Ingeniero de telecomunicación era garantía de éxito laboral y por ende social. Los titulados y licenciados, conseguían trabajo sin ningún esfuerzo y las empresas se peleaban por obtener sus servicios. Por aquél entonces los videojuegos y Twiter, Facebook, Instagram, Youtube y otros tantos, apenas existían. Cómo ha cambiado todo. En la actualidad nos encontramos en una situación de mercado laboral semejante, en la que la demanda supera la oferta y por desgracia la oferta es cada día menor.

Muchas escuelas de Formación Profesional, se han visto obligadas a cerrar sus líneas clásicas de electricidad-electrónica por falta de alumnos, mientras que han tenido que inventar mil y una nuevas disciplinas con fondo tecnológico, pero orientación a un mercado audiovisual y de videogamers que generen un atractivo a los estudiantes. Si antiguamente estudiar electrónica estaba de moda, ahora estudiar electrónica aplicada está totalmente demodé. Sin embargo, todavía se mantiene el interés por los estudios que incluyen buena parte de la vertiente informática. Digamos que hay una batalla entre soldadores y teclados que de momento van ganando los teclados.

los comportamientos más proactivos, con más interés serán premiados con una posición más alta frente a una previsible contratación

Habrá sociólogos que puedan responder con cátedra a ese comportamiento de nuestros jóvenes. Nosotros sólo vemos el resultado y podemos intuir de una forma general que las carreras que exigen de un esfuerzo mayor EMPRESAS 35

son las que se quedan relegadas, porque los estudiantes buscan efectos inmediatos. Es la sociedad de la inmediatez. No hay paciencia para un bien superior, si el nivel de exigencia es alto.

en la actualidad nos encontramos en una situación de mercado laboral en la que la demanda supera la oferta y por desgracia la oferta es cada día menor

Durante muchos años nos hemos esforzado desde las asociaciones y los colegios profesionales en fomentar que el género femenino tuviese presencia en los centros de formación. Se había conseguido alguna leve mejora, pero las sillas de las aulas de los ciclos y carreras técnicas seguían siendo ocupadas mayoritariamente por varones. Esa situación que ya era mala, ahora se ve empeorada cuando la falta de vocación hace que hasta los varones se lo piensen dos veces antes de comenzar la aventura de estudiar una disciplina técnica. El resultado, es un triste desajuste laboral entre la oferta y la demanda. Cuando los profesionales del sector podrían gozar de nuevo de un buen estatus económico y un reconocimiento social, parece que no hemos conseguido tentarles adecuadamente.

Definitivamente la electrónica no está de moda.